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Lisa

Llegar a casa de mi hermana y encontrarme una escena tan desagradable casi hace que pierda los papeles, escuchar esas palabras de la boca de mi madre casi hacen que cometa una locura. Sabía que no sería buena idea volverla a ver, ella nunca cambio ni lo hará y mi padre con tal de no hacerla enojar le sigue la corriente. Pues no ya no estoy dispuesta a soportar ni una falta de respeto más.

El doctor me ha dado la mejor de las noticias Jennie, espera un hijo mío, la única pena es que alguien está tratando de envenenarla. No quiero pensar en mi madre pero no se me ocurre nadie más, ella es capaz de muchas cosas con tal de velar por sus intereses. Si descubro que a sido ella olvidaré que una vez me dió la vida y la trataré como se merece. Solo espero no llegar a ese punto.

He decidido que lo mejor es marcharnos, todavía no tengo claro a dónde. Hoy he recibido una carta de Teddy pero todavía no la he abierto. Lo primero es hablar con mi hermana, no puedo dormir tranquila sabiendo que alguien trata de envenenar a mi esposa.

— Minnie, me voy a ir en cuanto Jennie se encuentre mejor, el médico ha dicho que está embarazada y por si fuera poco también está siendo envene....

— Que alegría Lisa ojalá yo también quedé embarazada pronto, no os podéis ir ahora que Jennie está embarazada— dice interrumpiendome.

— No me has dejado terminar Minnie, alguien en esta casa está tratando de envenenar a mi esposa.— le digo.

— ¿Pero porqué?¿ Quién tendría motivos para hacerlo? Jennie es un amor, es educada y tranquila...

— No lo se, y lo quiero pensar mucho, no dejaré que nadie se acerque a ella mientras sigo aquí y menos tu madre...

— Te diría que la disculpes, pero no será así, he visto como mira y como trata a Jennie . Ella no la quiere tienes razón lo mejor es que os marcheis...— dice resignada.

Me despido de Minnie y subo a mi cuarto, Jennie está dormida , beso su frente y me siento en la cama, saco la carta de mi bolsillo y comienzo a leerla:

Estimada Duquesa de Manobal.

Le escribo está misiva en primer lugar para desearle salud y prosperidad.

Seguidamente le informo de todo lo acontecido en el reino en su ausencia.

Su majestad la reina emprendió su propia cruzada contra el país vecino, pero no consiguiendo aliados y viendo su ejército mermado decidió recular.

En unos días se casa en segundas nupcias con  Roseanne Park de Australia, consiguiendo así un aliado muy fuerte.

También le informo de que muchas haciendas sufrieron robos y vandalismo, gracias a Dios sus propiedades se encuentran en perfecto estado.

Por otra parte nada más abandonar sus tierras se presentaron los guardias del palacio requiriendo sus servicios hacia la patria y hacia su majestad.  No debe de preocuparse, les informe que hacía varios días de su partida en viaje de negocios, que a su vuelta sería debidamente informanda.

El único inconveniente es que deberá viajar una vez a su regreso a palacio y confirmar el porqué de su ausencia.

Sin más dilatación se despide de usted su humilde servidor.

Teddy.

Bueno al menos no son malas noticias, mañana saldremos para casa si Jennie se encuentra mejor para viajar, es un viaje demasiado largo. Y ahora en su estado...

Tengo demasiadas preocupaciones rondando en mi cabeza, vinimos aquí para alejarnos de todo lo que pudiera hacerle mal a Jennie y no he hecho otra cosa más que fallarle nuevamente, que voy a hacer para protegerlos, los tendré que meter en una urna de cristal o tendré que matar a todo el que les acerca ...

Me meto en la cama, Jennie duerme plácidamente, veo como su labio está hinchado esto es algo nuevo, no se golpeó en la boca si no en la cabeza, ¡creo que alguien se ha atrevido a golpearla y me puedo imaginar quien es!

Después de esta noche espero no volverla a ver hasta el día de su muerte, nunca fue una madre como tal, a mi hermana y a mi nos crío nuestra Nana, ella solo aparecía en nuestra vida para regañarnos o castigarnos. Nunca ví una muestra de afecto por parte de esta mujer. Siempre con sus estúpidas normas y su rigurosa etiqueta. Igual no debería culparla tanto, simplemente es lo que aprendió de su madre. Igual ella no sabe querer, o quiere a su manera. Pero vaya manera tiene de hacerlo.

A mí me alejo en cuanto cumplí la mayoría de edad, me aliste en el ejército dándole el mayor disgusto de su vida y mi hermana a la primera propuesta de matrimonio que recibió la acepto sin ni siquiera mirarla, menos mal que tuvo suerte y se caso con un buen hombre, lo único que deseábamos   alejarnos de esa casa y sobre todo de ella.

Me levanto temprano, bajo a la cocina y me encargo de supervisar el desayuno, quiero estar atenta de que nadie le  pone nada raro en la comida de Jennie.

Una vez está preparada  yo misma me lo llevo en una bandeja, las sirvientas muestran su enojó, en estos momentos me da igual. No quiero que nada le pase a Jennie ni a mi bebé.

— ¡Buenos días dormilona!¿ Cómo te encuentras hoy?— le pregunto.

— Bien, solo me duele un poquito la cabeza, ¿que haces levantada tan temprano?— dice Jennie adormilada.

— Partimos en una hora, no quiero exponerte más, no se que quien quiere hacerte dañó así que lo mejor será regresar a casa— le susurró.

— Está bien, ¿crees que podamos visitar a la condesa? — dice sonriente.

— Si nos pilla de camino y te encuentras bien podemos ir a visitarla— le miento.

Ella sonríe ilusionada, le dejo la bandeja en la cama y comienzo a recoger lo poco que nos falta por empaquetar. No me gusta mentirle pero se que la verdad le haría mucho más daño.

Una hora después estamos en el carruaje, mi hermana nos despide con lágrimas en los ojos. Veo una figura salir a la puerta. No necesito ver más... Se de quien se trata.

Golpeó dos veces el carruaje y este se pone en marcha, no necesito una escena de esta mujer, ella en su casa y yo en la mía.

Tenemos una semana por delante, ahora si espero que nuestro regreso sea relajado.


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CASADA CON LA DUQUESA (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora