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— ¿Kai  lo has entendido todo?—

Kai asiente con la cabeza, todo debe salir a la perfección no puedo cometer ningún error, eso me costaría muy caro.

Llegamos a la entrada, esto es como una fortaleza, pensé que podríamos ver el ganado, bueno supongo que lo veremos después.

Nada más llegar un caballero de unos cincuenta años nos recibe en la entrada.

—¿ Buena tarde, podrían identificarse señores?—

— Soy el hijo de la Duquesa de Tailandia y este es mi lacayo—  le enseño el sello de Lisa un tanto nerviosa.

— Muy bien pueden pasar—

Primera prueba superada, avanzamos hasta las caballerizas y dejamos nuestros caballos, mientras caminamos hacia la plaza central de la fortaleza, Teddy tenía razón aquí solo hay hombres, ni siquiera el servicio es femenino. No hay ninguna mujer en este lugar.

Desde el centro de la plaza un caballero joven, comienza la subasta. Cómo voy a pujar bien si no estoy viendo la mercancía. Han pasado ya dos pujas creo que le he pillado el truco, tres pujas después ciento cincuenta cabezas de ganado son mías, cuando estaban apunto de dar con el martillo de madera he intervenido y añadido unos peniques, en el desconcierto el tiempo ha pasado y he ganado.

El único problema es que quizás he llamado demasiado la atención con este treta. Por lo que deberé mantener un perfil bajo el resto de mi estancia aquí.

Yo ya he hecho lo que venía a hacer, kai ha pagado la cuantía y mañana en la mañana nos marcharemos, en dos días llegará el ganado a la propiedad, allí lo dividire en dos. Una parte se quedará en la parte de Lisa y la otra irá al marquesado. Tengo que hacerlo así para obtener ganancias en los dos sitios si no uno de los dos estaría perdiendo ingresos.

Teddy estaría orgulloso de mi, de eso estoy segura.

Ha llegado la hora de la cena y no he visto venir el primer problema, los señores no comen con los lacayos.

Me he quedado sin protección y no lo he visto venir, me siento todo lo retirada que puedo, comienzo a comer en silencio, cuando un manotazo en la espalda casi hace que me atragante con la carne.

— ¿Quién es el muchacho que me ha ganado las cabezas de ganado?—

Bueno creo que no me quería agredir, era más bien un saludo pero vaya saludo estoy segura de que ha roto alguna costilla.

— Soy... Soy Jeno hijo de la Duquesa de Tailandia...—

— Vaya con Lisa no sabía que tenía un hijo tan mayor, por lo que supongo que eres un hijo bastardo, sin ofender claro— dice con sarcasmo.

—¿ No me ofende su señoría y usted es? Me gustaría hablarle a mi padre de tan digno competidor.—  mis palabras parecen gustarle. Se ganan más batallas con halagos que con golpes.

— Soy Namjoon ,conde de Hibe y ahora muchacho me gustaría que disfrutaras del espectáculo junto a mi. Estoy seguro disfrutaras—  dice casi arrastrándome a su lado.

Sacan licores muy fuertes por lo que veo hay brandi y whisky. Aquí tenemos un problema yo me emborracho con una copa de vino por lo que tendré que tener cuidado.

Casi todas las lámparas son apagadas dejando la estancia casi en penumbras. Dos lámparas son encendidas en medio de la sala, dos hombres totalmente desnudos comienzan a tocar sus miembros, primero con las manos y después con sus bocas, de repente uno se queda agachado y en otro lo monta por detrás, que escena más vergonzosa. Estoy segura de que esto es sodomía. Leí algo parecido en uno de los libros de Lisa.

Comienzo a escuchar gruñidos y jadeos por toda la sala, esto está empezando a ponerme demásiado nerviosa. Miro hacia mi acompañante y está con su miembro endurecido entre sus manos, me mira fijamente mientras no deja de acariciarlo.

— Tu también puedes tocarte, o puedes tocar o si eres más atrevido tan bien te puedo montar...—

— Lo siento pero estos no son mis gustos señor— digo avergonzada.

— Lo que pasa aquí dentro no sale a la calle, yo estoy casado como la mayoría de los presentes solo nos gusta disfrutar de compañía masculina de vez en cuando...—

— Agradezco su propuesta señor, pero me veo en la obligación de declinar su oferta, no estoy preparado para efusividad... Si me disculpa.—

Me levanto de la silla y salgo raudo de ese lugar de perversión, no podré quitar esas imágenes por el resto de mi vida de mi cabeza. Cierro la puerta con llave y me acuesto vestida. Por nada del mundo quiero que nadie descubra que soy una mujer después de lo que he visto esta noche.

Me levanto temprano, bajo al comedor la verdad es que no hay muchos caballeros está mañana, supongo que su fiesta se alargó hasta la madrugada. Me alegro de no ver la cara de ese tal Namjoon.

Lo mejor es marcharme lo más rápido posible de aquí, tardó más de una hora en dar con el paradero de kai cuando al fin lo consigo es el mejor momento para partir no deseo permanecer ni un solo minuto más aquí.

— Señor.. ¿perdón Jen porqué tants prisa por marcharnos? ¿Acaso pasó algo a noche?—

—¿ Tú que hiciste?— pregunto esperando que no me diga que también tuvo que vivir un episodio desagradable.

— Pues cenamos, tomamos un poco de vino y nos fuimos temprano a la cama. Nada fuera de lo normal, supongo.—

— Digamos que a noche descubrí porqué no se aceptan damas en estas ferias... Y no preguntes más porque aunque no lo parezca soy una dama y hay cosas que no puedo hablar con un caballero — digo un tanto avergonzada.

— Entonces no preguntaré más—

Hemos recorrido la mitad del camino, una fuerte lluvia nos ha pillado por el camino, agradecemos haber encontrado una aldea en nuestro camino. Gracias al cielo también hay una posada. El único problema es que solo hay dos habitaciones disponibles y como somos dos hombres y viajamos juntos deberemos compartir la habitación por si acaso viene algún huésped más.

Subimos a la habitación estoy empapada al igual que kai, nos acercamos a la chimenea pero es imposible entrar en calor con la ropa mojada.

— Jen bajaré al establo hasta que usted se halla secado yo puedo dormir allí.—

— No, podrías enfermar. Quítate la ropa y ponla cerca de la chimenea. Cúbrete con estas toallas y yo haré lo mismo.—

— Pero no puedo usted es una...—

— Se lo que soy, no hace falta que me lo recuerdes, volteate que voy a quitar mi ropa—

Termino de quitar mi ropa y me envuelvo en las toallas, le pido que también se despoje de la ropa. Cuando creo que ha terminado me volteo viendo que luce el torso desnudo y musculoso. Siento el rubor instalarse en mi rostro.

Pasamos varias horas sentados cerca de la chimenea, a fuera se ha desatado una gran tormenta.

Kai se acerca un poco más a la chimenea y coge su ropa.

— Jen mi ropa está seca, bajaré a por algo de comida. Debemos descansar y partir en la mañana temprano si la lluvia ha cesado—

Asiento con la cabeza. Se posiciona a mi espalda y se viste o eso creo. Minutos después sale de la habitación.

Ahora que estoy sola quito el vendaje de mi pecho está empapado y lo dejo junto al fuego.

— Jen, olvide preguntar si deseaba algo en especial—

Me volteo sin pensar y miro hacia la puerta.

— Yo... Yo... Lo siento no he visto sus pechos...— dice ruborizado y cierra la puerta.

Miro hacia abajo y veo que no llevo nada puesto de cintura para arriba. No lo puedo creer me ha visto así...

¡Que verguenza! ¿Como voy a poder mirarlo a la cara? Y si piensa que lo quiero seducir. — Está claro Jennie tu siempre estás en problemas parece que los buscas.— digo en voz alta.


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CASADA CON LA DUQUESA (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora