CASADA CON LA DUQUESA (G!P)

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Seis meses después

Todo el reino está de celebración ,la reina Roseanne ha dado a luz a un varón, todo el mundo está de celebración, la reina Jisoo ha bajado los impuestos y ha liberado a presos, todos son felices excepto yo, se que esto es efímero, la guerra se avecina y pronto las risas serán sustituidas por las lágrimas.

Nos dirigimos hacia el palacio he recibido una invitación de Rosé, tiene que decirme algo en persona y es algo que no puede esperar.

Ruby ha crecido mucho en estos meses, ha heredado el color de mi pelo castaño pero los ojos son como los de su madre Lisa. Es una niña de mejillas sonrosadas y mirada dulce.

La capital está como siempre abarrotada, un sin fin de carruajes se mueven de un sitio a otro, los olores tampoco son los más agradables, hace un minuto una señora ha tirado por una de las ventanas un cubo de lo que parecían excrementos.

Entiendo que en un edificio de varias plantas, no puedas bajar siempre a la parte baja. Pero tampoco veo correcto lanzar esas cosas sin ningún miramiento. En fin me compadezco del pobre que pase por debajo en ese momento.

El palacio está igual que siempre, no ha cambiado en nada, una señora y un guardia nos acompañan a Solar a Ruby y a mí para poder ver a la reina Rosé, en cambio Lisa a sido requerida por la reina Jisoo, al escuchar las palabras del guardia un escalofrío ha recorrido toda mi espina dorsal.

— Jennie, que gusto poder verte al fin
— dice Rosé muy feliz, una señora la mira enfadada a su lado.

— Podéis dejarnos solas—  dice Rosé dando una orden.

La señora de su lado, no parece feliz por la orden de su majestad pero no puede hacer otra cosa, más que obedecer. Solar  lleva con ella a Ruby antes de irse me dicen que estarán en la habitación de al lado.

— Acércate, no me veas cómo a una reina. ¡Jennie tu no!— dice rogando.

Quiero mis zapatos y me subo a la cama con ella, ella está tan feliz que no puede ocultar su sonrisa.

—¿ Y el príncipe?¿ Porqué estás en cama? Hace por lo menos una semana de su nacimiento...— pregunto curiosa.

— No sabes lo que te he echado de menos, tus preguntas sin filtros y tú espontaneidad. Aquí todos son un poco estirados.—

Su repuesta me produce risa, vivir con tanta gente y sentirte tan sola es verdaderamente triste. Que triste nacer en cuna de oro, al menos siendo pobre puedes elegir muchas cosas.

— Hank está perfecto, ahora está con la nodriza, en un rato vendrá...

—¿ Tu no lo puedes alimentar?
—  preguntó antes de que termine de hablar.

— Si, pero aquí todos se empeñan en que no está bien visto que la reina lo haga, por eso es mejor que una nodriza alimente a mi hijo, al menos el resto del día puedo estar con él—  dice con tristeza.

— Nunca entenderé las costumbres de los nobles...—

— Creo que mañana podré levantarme, el médico real recomendó que debería estar al menos una semana en cama para... Pues no lo sé, porque yo me encuentro bien— dice con resignación.

— Se que me has llamado para algo más, no solo porque me echarás de menos— digo cogiendo su mano.

— Aunque hemos pasado poco tiempo juntas, y en los últimos meses solo nos hemos escrito cartas te tengo mucho aprecio, por eso serás la madrina del príncipe heredero junto a la Duquesa Lalisa...—