56

1.3K 149 3
                                    


Los días han ido pasando y con eso ha pasado un mes entero. Hace unos días recibí una misiva de Rosé en ella me contaba que había sido madre de nuevo esta vez pese a su pesar de una bella mujercita. Había prometido que pesará a quien pesará su hija no sería criada en un internado y menos sería educada fuera del palacio.

En todo este mes no he sido capaz de dejar de pensar en la suerte que habrán corrido mis hermanas, en una semana partiremos hacia la casa de campo donde debe de encontrarse la tía de Lisa con Irene, nadie sabe nada de ellas es como si se las hubiese tragado la tierra, no puedo evitar sentir una punzada en el pecho.

Espero que sean los nervios y no una señal de que algo malo ha pasado.

Marcela luce una barriga apreciable, según el doctor su bebé debe de nacer a finales de agosto, así que nos quedan unos dos meses y poco.

A la futura abuela le costó asimilarlo, no concebía que su hijo, hubiera sido capaz de algo así, irse con una cortesana vaya, pero con Marcela que siempre había estado enamorada de él.

Ha intentado ponerse en contacto con el, cosa que le ha sido imposible, hasta el momento, pero cree que la última dirección a la que ha enviado una carta es la correcta, ahora solo tiene que esperar respuesta. Ella quería reclamarle por Marcela pero está última le pidió que no lo hiciera, ella no quería que el se casará por obligación, solo con que supiera que tenía un hijo o hija estaría bien, total su reputación ya estaba arruinada, nadie se casaría con ella al haber yacido con otro hombre y más engendrando un hijo. Así lo único que le hacía feliz era cuidad y ver crecer a su bebé y ya quedaba poco para ver su carita.

Teddy no se tomó demasiado bien el embarazo de Marcela al ser soltera, pero una vez lo acepto es uno de los que más la cuida.

Como ahora está enorme no le permito que cuide a Ruby en cambio la dejo que sea mi dama de compañía, que no es que lo necesite pero al menos así se siente un poco útil.

— Jennie ven tenemos que hablar. — dice Lisa desde la puerta de la sala.

Me levanto y me encaminó hasta el despacho a su lado. Paso y me siento frente a ella.

— Tu dirás...—

— Toma lee esto— dice entregándome un papel doblado.

Lo desdobló y comienzo a leer:

Querido Jeno...

Disculpe mi atrevimiento pero al no haberlo vuelto a ver, me veía en la necesidad de escribir esta misiva.

Desde que compartimos intimidad no he podido sacarle de mi cabeza, ya ni siquiera me interesa yacer con mi esposa o con cualquier otra dama, solo sueño con tenerlo a usted.

Perdónenme por el atrevimiento, pero soy un hombre enamorado y por usted lo dejaría todo.

Espero responda a mis palabras tan pronto como le sea posible.

Siempre suyo.

Namjoon de Hibe.

— Esto es una broma verdad?—

— No, querido mío, se ve que rompes corazones a tu paso— dice Lisa para después comenzar a reír.

— Qué vamos a hacer?—

— No, dirás qué es lo que voy a hacer, porque está claro que yo no tengo el gusto de conocer a Jeno.—

— Mmm... Está noche dormirás con los caballos, ya que ese no es mi problema.— respondo enfadada.

Lisa se acerca a mí y me abraza, deja suaves besos sobre mi cuello.

— Perdón! Te ayudaré pero no me prives de tu compañía y menos en la noche. Pensaré en algo para que tú enamorado no vuelva a molestar.—

— No esperaba menos de tí— digo y le dejó un beso sobre su mejilla.

— Solo uno?— dice suplicante.

— Si, tendrás que esperar hasta la noche, ahora tengo a Ruby —

— Mmm... Está bien esperare hasta la noche— dice refunfuñando.

Todo en la casa, está marchando bien, la economía del país vuelve a reflotar,
nuestras tierras son fértiles y obtenemos sendos beneficios, nuestras ganaderías se han convertido en las más grandes del reino, eso por una parte es buena pero por otra no tanto, hemos despertado envidias que nos han costado contratar más personal para evitar los robos.

Me encuentro en el jardín, sentada contemplando el atardecer, unos brazos me agarran brindándome calor y protección.

Lisa se sienta a mi lado y juntas vemos cómo el sol se esconde llenando el cielo de colores, se siente también estar así.

— Quiero quedarme siempre así, cuando seamos viejitas veremos el atardecer aquí mismo, nuestro pelo ya será plateado por las canas pero aún así seré la mujer más feliz...—

— Tu cabello ya muestra alguna que otra cana—

— Jennie eres única para romper el momento, te lo han dicho alguna vez—

— Si, alguna que otra vez— respondo y comienzo a reír.

Estos momentos son únicos, quiero guardarlos eternamente en mi memoria, sacar todos los malos y dejar solo estos.

— Te gustaría ir al arroyo?—

— Pero ya casi ha anochecido, y la cena será servida pronto— respondo asombrada por su pregunta, más sabiendo de sobra que no le gusta mucho que yo vaya allí.

Regresaremos antes de que la cena este servida, a no ser que te apetezca retozar un poco conmigo antes.— dice cogiendo mi mano y poniendo una sonrisa pícara.

— Siempre estás pensando en lo mismo, no te cansas nunca?— le pregunto incrédula.

— No y antes había una dama que tampoco sé cansaba nunca de la caricias que le proporcionaba su esposa—

— Y no lo hago, solo que ahora tengo menos tiempo para eso, tengo más responsabilidades...—

— Habrá que sacar tiempo entoces. Jajajaja—

— Eres un caso digno de estudio, pero aún así te amo cada día un poco más si cabe—

Nos sentamos en un viejo tronco cerca del arroyo, la noche está punto de caer, pero se siente tan bien entre sus brazos, sus dulces y cálidos besos que poco me importa si llegamos un poco tarda a cenar, Ruby
está bien y atendida así que porque no disfrutar de los placeres que me ofrece mi esposa insaciable.




==================================================================

CASADA CON LA DUQUESA (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora