CONTINUACIÓN PARTE 2
Los monstruos trataron de continuar su avance, pero el aire seguía siendo más denso cada vez. Aleksandr clavó sus ojos en Rhan y sintió una gran oleada de rabia y frustración. Se sentía con la energía recién ganada, y sus músculos se tensaron.--Esto es solo una distracción, dijo Rhan.
--¿Preparado Rhan?, te noto intimidado.
Rhan advirtió la rabia y frustración en los ojos de Aleksandr y una sombra de miedo pasó por su mente. En ese momento se dio cuenta de que tal vez hubiera subestimado a Aleksandr. Trató de calmarlo, pero era demasiado tarde.
El aire se agitó y comenzó a girar a toda velocidad. La presión aumentó y empezó a producir ruidos fuertes. Aleksandr respiró profundamente y levantó la mano hacia los monstruos, quienes se retiraron espantados. La atmósfera en la habitación empezó a comprimirse y una presión aplastante se hizo presente.
Rhan intentó moverse, pero el aire en su alrededor estaba demasiado denso, como si estuviera bañado en pegamento. Era como si estuviera dentro de una bola de aire compacto, incapaz de respirar o moverse. Sus ojos buscaron a Aleksandr, que lo observaba sin inmutarse.
Rhan empezó a sentir una intensa sensación de miedo, pero no sabía qué hacer. El único pensamiento que tenía era salvar la vida de Natalya, aunque ella había sido tan traicionera. Quería ganar el favor de Aleksandr, pero eso se veía imposible en ese momento.
--Aleksandr, por favor -logró decir Rhan.
Aleksandr lo miró con frialdad y dijo:
--No le hagas caso a tus sentimientos. Ahora eres mi prisionero y lo único que puedo hacer es mantenerte con vida. Pero te juro que si tratas de huir o hacerle algo a Natalya, te mataré. --Comprendes?. Rhan asintió, intentando dominar su miedo.--Sí. Lo entiendo.
Los hermanos de Aleksandr se miraron uno al otro, sin poder creer lo que estaba sucediendo. Se dieron cuenta de que su hermano había cambiado desde que Natalya había sido secuestrada. Aleksandr nunca se había comportado de esa manera, ni siquiera cuando perdió a su padre hacía años.
Sergei, el hermano más hablador de los dos, se atrevió a decir: --Aleksandr, detente. No te conviertas en algo que no eres. Aleksandr no se inmutó y continuó mirando fijamente a Rhan, como si fuera a partirle en dos si intentaba huir. Dimitri se aproximó a su hermano y dijo, en un tono más suave: --Hermano, por favor.
Aleksandr agachó la cabeza, un poco molesto porque su hermano pequeño lo había interrumpido. Se dio cuenta de que lo estaba comportando como un bruto, y que no era el hombre que quería ser. Tomó unos segundos para respirar profundamente y se relajó un poco. Se dio la vuelta y miró a Dimitri y a Sergei, quienes lo miraban con inquietud.
Aleksandr no tuvo más remedio que serenar sus pensamientos en un dos por tres, e ir a donde estaban sus dos hermanitos, y demostrarles que el no iba a ser tan malvado como Rhan.
--Gracias, hermanos, dijo Aleksandr. --Tienes razón, he perdido la cabeza. Es mejor que pensemos esto de manera fría y racional. Rhan miró a los hermanos de Aleksandr y suspiró aliviado, pensando que quizás ya no lo matarían. Pero no estaba seguro.
Entonces, Rhan notó que la puerta de la habitación se abría. Todos giraron la cabeza, esperando ver quién era. Al fondo de la puerta había una mujer con cabello largo y negro y ojos grises. Parecía familiar, pero no podían ubicarla. Los hermanos se quedaron mudos, y Rhan estaba paralizado de terror.
--Hermanito, dijo la mujer con una voz suave y dulce. --Estoy aquí para ayudarte. Aleksandr reconoció la voz. No podía ser. Esa mujer había muerto hacía muchos años. Aleksandr se quedó helado, incapaz de hablar. La mujer se acercó a él y le agarró la mano. --No estás solo, hermano. Yo estoy aquí. Siempre lo estuve.
Aleksandr se quedó petrificado. La mujer era su hermana Annika, que murió hacía mucho tiempo. En su momento de muerte, Annika le había prometido a su hermano que siempre estaría a su lado. Aleksandr la había echado de menos, pero no pensaba que fuera a regresar nunca. La mujer sonrió y le dijo: --Deja el odio, hermano.
--No es sano para ti. No es sano para tu alma. Aleksandr sintió cómo el nudo que le atenazaba el corazón desaparecía. Annika le dio un abrazo y dijo: --Te quiero. Nunca olvides que puedes contar conmigo. Aleksandr le dio un abrazo a su hermana y sintió cómo su corazón se alegraba.
--Me encargare del chico dark luego, temenos que ir a salvar a tu amiga Aleksandr. Annika le dedico una sonrisa a Rhan que hubiera derretido y helado el polo norte, a lo que este volteo la mirada rapidamente y sonrio.
--¿Se puede saber el motivo de esa sonrisa?, pregunto annika.
--Me agrada como eres, deberiamos salir algun dia, no crees?, Sugirio Rhan sonriente.
Annika solto una carcajada y desvio la atencion de Rhan, a lo que este volteo los ojos y se sonrojo.
Annika decidio teletransportar a sus hermanos junto con el pesado de Rhan hacia donde estaba Natalya. No sin antes decirle a los gemelos que era su hermana, aunque ellos no la recordaran.
La multitud de gente dejó de moverse, y la habitación quedó en silencio. En el centro de la habitación había una mujer con el cabello negro y los ojos marrones, que miró a Annika y sonrió. --Soy Natalya, dijo la mujer. Annika le devolvió la sonrisa y dijo: --Me alegro de conocerte. He escuchado mucho sobre ti.
Natalya se acercó a Annika y le ofreció la mano. --Bienvenida a nuestra pequeña familia, dijo Natalya. Annika tomó la mano de Natalya y la estrechó con fuerza. --Siempre quise tener una amiga, dijo Annika, y Natalya respondió: --Yo también. La sonrisa de Annika se hizo más amplia, y se sintió más ligera su alma.
De repente, todo se oscureció, y la habitación quedó en silencio. Una niebla apareció a los pies de Annika, y al instante se sintió transportada a otro lugar. Cuando Annika pudo ver, vio que estaba en el sótano de una antigua casa. Se notaba la humedad y la oscuridad, y podía ver algunas ratas que corrían por los pasillos.
De pronto, una luz apareció en una esquina del sótano, y Annika sintió un escalofrío. ¿Qué o quién podía estar allí? Annika se acercó lentamente a la luz, y vio que había una jaula. La jaula tenía una pequeña figura en su interior. Annika se acercó con miedo, y vio que la figura era... Natalya.
Annika alcanzó la jaula y la cogió con las manos, preguntándose qué hacer. Podía sentir la miedosa respiración de Natalya, y vio que tenía los ojos cargados de lágrimas.
--No temas, Natalya, -dijo Annika. --Lo solucionaremos.
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Destinos Entrelazados✔️
Mystery / ThrillerUna familia rusa oculta su pasado en una mansión oscura y misteriosa, rodeada por el bosque, y vigilada por guardias fieles a la familia. Los habitantes de la mansión tienen poderes inimaginables, y saben más de lo que demuestran. ¿Podrán los Volkov...