Perdoname SasuNaru

7.- Se Que Hice Mal

Sasuke iba a una velocidad impresionante a Suna, normalmente se habría hecho dos días, pero gracias a que no se detuvo ni a comer o descansar sólo se hizo un día de viaje.

El amanecer empezaba y Sasuke podía ver cerca la entrada de Suna, sin embargo cuando estaba a punto de entrar el cansancio le pasó factura y cayó rendido.

Afortunadamente los guardias lo vieron, uno lo llevó al hospital y otro se dirigió a avisarle al Kazekage.

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Hinata venía saliendo del hospital, tenía varias fracturas por la pelea con Sakura, pero no quiso quedarse en ese lugar y prefirió ir con Iruka a casa.

El moreno llevaba varias medicinas que tendría que ver que Hinata consumiera, justo iba a entrar a su casa con ella pero alguien lo llamó.

—¿Podemos hablar? —dijo Kakashi un tanto tímido.

—Lo siento, no tengo tiempo ahora.

—Por favor —continuó insistiendo.

—¡Uf! Está bien, Hinata espera adentro, en seguida estoy contigo.

La chica sólo asintió y dejó solos a los maestros.

—¿De qué querías hablar Kakashi? —preguntó serio.

—Yo quería pedirte perdón, si te hubiera creído… tal vez junto hubiéramos pensado en otra forma y no habrías tenido que ceder cinco años de tu vida, Iruka yo… perdón.

—Bien, si es solo eso entonces te puedes ir.

Se iba a meter a su casa, pero Kakashi sostuvo su brazo para que no se fuera.

—¿Qué pasará con nosotros?

—Nada… porque ya no hay ningún nosotros —dijo para después dejar solo al peliplata.

— …

Kakashi no dijo nada, no tenía cara para protestar, el moreno estaba muy sentido y tal vez solo necesitaba un poco de tiempo para pensar las cosas, pero eso no significaba que dejaría de intentar recuperar a su persona amada.

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Sasuke abría los ojos lentamente, el blanco de la habitación por un momento lo dejó sin ver, pero poco a poco se dio cuenta que estaba en la habitación de un hospital.

—¿Dónde? ¿Qué pasó? —preguntaba desorientado.

De repente pudo recordar todo  lo que pasó con su rubio hermoso.

—Naruto… tengo que encontrarlo —decía fuera de sí y parándose sin importar que en su brazo tenia suero conectado—. ¡NARUTOO!

Ante los gritos del azabache varias enfermeras fueron a ver qué pasaba, tuvieron que agarrarlo entre varios médicos para poderlo tranquilizar, pero era inútil,  Sasuke estaba fuera de sí.

—¿Qué sucede aquí? —preguntó una voz calmada que venía llegando.

—Gaara…— dijo casi en un susurro.

—Déjennos solos —les indicó a los doctores y enfermeras quienes solo hicieron una reverencia y se marcharon—. Mis guardias te encontraron tirado en la entrada ¿A qué has venido?

—Por Naruto.

—Si te enviaron a verificar que Naruto no esté aquí puedes estar tranquilo porque en esta villa no le dimos refugio.

—Mientes, Iruka me dijo que Naruto vino para acá.

—Es cierto, él vino, pero le negamos la ayuda.