16.- Juntos

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Varios días, por no decir semanas habían transcurrido en Fénix y desde entonces una batalla campal se desataba todas las mañanas y ese día no sería la excepción.

Raitei se levantaba más o menos temprano, eran las 8:00 cuando el líder entraba a la cocina en donde Sai devoraba lo que quedaba en la mesa, Hinata y Reika de igual forma, eso sí teniendo cuidado de no acercarse mucho al moreno pues podrían perder una mano.

—Buenos días Raitei-san —dijo amable Luka que ya juntaba los platos y cazuelas que habían quedado del desayuno.

—Buenos días Luka ¿Qué hay para desayunar?

—Hice fruta picada, sushi, cereal, yogurt, huevos de todos tipos, avena,  tocino, sándwiches… —y continuo mencionado una larga y enorme lista mientras el mayor literalmente babeaba—, pero ya no queda casi nada pues Sai se lo comió casi todo, aunque dejo algo de avena… creo…

Raitei solo hizo un ceño de asco, odiaba la avena.

—No, ni eso queda hermano —dijo Reika pasando a su lado—. Debiste levantarte más temprano, mira que Hinata y yo casi acampamos aquí para poder desayunar —y ambas chicas se fueron juntas de la cocina.

—Lo siento Raitei-san —decía algo apenado Sai—, es solo que este pequeño me da mucha hambre —y al igual que las otras se fue mientras el castaño lavaba el cerro de trastes que había en la cocina.

—¡Suficiente! —dijo enojado para ir a su oficina, desde que llegaron a Fénix y desde el transcurso del camino  Luka no solo lo dejaba de lado por Sai, sino que con eso ya llevaba casi un mes haciendo solo una comida y hasta eso eran las sobras de lo que dejaba Sai.

Aquello estaría bien, sino fuera porque al mayor Luka lo sacó prácticamente de su recamara para que durmiera más cómodo Sai, y como al moreno le relajaba el agua caliente solía darse baños largos acabándose el agua, pero aquella mañana fue la gota que derramó el vaso, así que cuando estuvo en su oficina empezó a escribir una carta para enviársela al Kazekage.

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En Konoha pocos días acababan de pasar desde que Naruto y Sasuke hicieron las pases y ese día el azabache estaba más feliz de lo usual, ese día habría luna nueva, lo que significaba que Naru entraría en celo.

Ya lo había conversado antes con él, pero el rubio se negó a recibir ayuda, dijo que él solo podía resolver ese problema y que no se molestara, que dejaría a los niños con él, mientras Naruto se recluía lejos de Konoha.

Era obvio que Sasuke no aceptó aquella condición por lo cual ahora se encontraba tocando en casa de Iruka para dejar a los niños y seguir a Naruto a escondidas, para el azabache era un hecho que ese día y después de más de cuatro y medio volvería a hacer suyo al Uzumaki.

Tocó la puerta de la casa hasta que por fin salió el moreno con un aspecto terrible, ojeras, y su espalda encorvada, como si le doliera el simple hecho de caminar derecho.

—Bu… buenos días Sasuke-san —dijo amable el moreno.

—Buenos días Iruka-san —“parece ser que Kakashi no le ha dado descanso ni un solo momento” pensaba con un tic—, quería saber si me puede cuidar a los niños, hoy tengo algo importante que hacer con Naruto.

Y de inmediato se oyó un “no, dile que también tenemos planes, hoy estrenamos el juego de esposas que compre y…”

—¡CLARO! —e incluso abrazo a los niños y a Kurama en forma de zorro contra su pecho —, los cuidare, hoy, mañana, todo el mes si quieres —pues estaba seguro que su pareja no se atrevería a tocarlo con los niños cerca.

Perdoname SasuNaru Donde viven las historias. Descúbrelo ahora