Perdoname SasuNaru

12.- Te Reconquistare

Naruto caminaba del brazo de Gaara mientras este ultimo llevaba a Kuroma cargando, Sasuke por su parte los seguía muy de cerca, tenía miedo de que Gaara se aprovechara de su rubio más que nada.

—Honestamente no pensé encontrarte tan pronto en Konoha.

—Yo tampoco Gaara, pero me trajeron a la fuerza.

—Escucha debo ir a ver a Tsunade, tengo que atender unos asuntos con ella, además la última vez que nos vimos quedamos un tanto mal, además en pocos días será la reunión con los Kages y quiero hablar con ella antes.

—Nos vemos al rato para la cena, los invitaré a comer al mejor restaurante de Konoha.

—¡Yupi! ¡Papá Gaara él mejor! —exclamaba feliz Kuroma.

Naruto solo suspiro resignado por la actitud de su pequeño.

—Entonces nos vemos en la noche.

Naruto solo asintió y continuo su camino al centro, tenía que comprar las cosas para la comida, además de que ese día irían a verlo Iruka y Hinata para comer.

El rubio caminaba por el centro junto con sus hijos, varios aldeanos lo reverenciaban, pero el rubio pasaba de ellos, era prácticamente como si no los viese, no era como antes que los saludaba amablemente, Naruto simplemente los ignoraba.

—¿Mami por estas personas te reverencian y te tratan con respeto?

Naruto respondió lo suficientemente alto para que todos los aldeanos que estaban presentes lo escucharan.

—Es porque son unos malditos hipócritas y tienen miedo que les destruya su asquerosa villa —con su mano empezó a crear un futon mientras los aldeanos salían corriendo asustados—, ven lo que les digo.

Naruto deshizo el futon mientras reía al ver como los aldeanos corrían

—Has cambiado Naruto-nichan

—Y tú has crecido mucho Konohamaru— le dijo al joven de ya 16 años que estaba frente a él.

—Naruto-nichan lo siento —se lanzó a abrazarlo ante la mirada molesta de Kuroma.

—Oye vago —dijo prepotente—, suelta a mi mamá.

—Está bien Kuro-chan, él alguna vez fue mi amigo.

—¿Entonces me perdonas Naruto-nichan?

—No te odio, después de todo tu no tuviste la culpa de lo que me paso, aunque tampoco puedo considerarte amigo.

—Entiendo, entonces no me quieres volver a ver más —decía cabizbajo.

Se iba a ir triste, pero Naruto lo detuvo, después de todo en aquel entonces el solo era un niño de 12 años.

—oye Konohamaru ¿me acompañas a comprar unas cosas? Traigo a los niños y me vendría bien algo de ayuda.

El rostro de Konohamaru se ilumino, aquello era una señal de que Naruto le había perdonado por no ayudarlo.

—¡Claro jefe!

Unas horas después Naruto ya se encontraba en su casa cocinando para sus invitados y sus pequeños, los niños por su parte estaban clavados frente al televisor.

—“Pobrecitos, allá en la lluvia no hay televisores, así que en raras ocasiones pueden sentarse a ver una película” —pensaba mientras hacia una palomitas al tiempo que cocía unas verduras para la comida.

—¡¿Mami y las palomitas?! —gritaba Kuroma desde la sala.

—Aquí están mi cielo —y le sirvió las palomitas para que siguieran viendo su película de dragones y jinetes que estaban pasando.