Enganchada a ti (ADAPTACIÓN)

Capitulo 43

POV Vanesa

Llevaba ya un rato esperando en frente del edificio de ese hijo de puta. Cuando llegué toqué el timbre y tras no tener respuesta, le pregunté al portero. Él me indicó que no se encontraba en casa, así que me decidí a esperar. Después de casi 1 hora de espera, una moto aparcó delante de aquel edificio, cuando se quitó el casco, comprobé que era el y de repente vi todo rojo y mis pies empezaron a acercarse a ella. Le vi sacando las llaves de su casa y cuando estaba a unos metros de el alguien tiró de mi chaqueta dándome la vuelta.

V: Pero qué?— dije al girarme— Inma!

I: Vanesa no vale la pena— dijo mirándome a los ojos

V: Nela no sabes— me interrumpió

I: Ey, me ha contado todo... es un cabrón, pero no voy a permitir que mi mejor amiga eche su vida a perder por alguien como él.

Intenté soltarme con rabia, pero no lo conseguí, me tenía bien agarrada

V: Suéltame— dije con rabia

I: piensa, si haces lo que tienes en mente te podrías meter en un gran lío— dijo intentando convencerme— podrían meterte en la cárcel— me gritó angustiada

V: NO ME IMPORTA— dije intentando seguir avanzando, esa perra ya había entrado en su casa pero no se libraría.

I: Piensa en Malú— me dijo de repente

V: ¿Y en quién te crees que pienso? — dije desesperada

Me solté finalmente de su agarre , sentí mis lágrimas cayendo por mi cara y un calor que me recorría todo el cuerpo

V: Tenías que haberla visto anoche— dije llorando más intensamente— Estaba derrotada, jamás la había visto así— me di la vuelta para seguir con mi cometido pero Inma volvió a agarrarme, esta vez con tanta fuerza que caímos las dos de rodillas— I: Para Vane por favor— me suplicó

V: NO! — grité— Ese cabrón se atrevió a tocarla, se presentó en su casa y la agredió— me derrumbé en los brazos de mi mejor amiga— Y yo no estaba allí para protegerla

I: Nada de esto es culpa tuya Vane..

V: Si, sí lo es, ella me pidió que me quedara anoche, me lo pidió y yo no me quedé. Si le hubiera hecho caso, nada hubiese pasado. Se me encogió el corazón cuando la vi llorando en mi puerta, con su precioso labio roto y con su hermosa carita marcada, si hubiese estado allí para protegerla... pero no estaba. Lo único que he querido desde que la conocí es hacerla feliz Inma... y le he fallado.-dije abrazándola

M: Vanesa— escuché su voz detrás de mí y me levanté para quedar frente a ella

Me quité las lágrimas de la cara lo más rápido que pude, ella me estaba mirando. Se acercó a mí y levantó sus manos acunando mi cara entre ellas.

M: Hey, lo único que has hecho desde que te conocí es hacerme feliz-dijo de manera tierna— No necesito a alguien que me proteja del mundo y de lo malo que me pueda pasar, necesito a alguien que esté ahí para abrazarme cuando esas cosas malas pasen. Acercó sus labios a los míos y me besó dulcemente. Le devolví el beso y la abracé con todas mis ganas.

M: Vamonos a casa— dijo con una pequeña sonrisa

V: No, primero pasamos por la comisaría— Malú me miró y abrió la boca para rechistar, pero le tapé la boca con la mano— ni se te ocurra protestar. Vamos a ir a denunciarlo y no se hable más. Tras hablar la agarré de la mano y le pedía a Inma que nos llevara a la comisaría. Pasamos unas dos horas poniendo la denuncia. Tuvieron que sacarle fotos a Malú y le hicieron muchas preguntas, pero por fin habíamos terminado con todo ese rollo. Inma nos llevó a mi piso y tras darle las gracias por todo, nos despedimos de ella y subimos al ascensor. Nada más entrar en casa, Malú se metió en la ducha, yo me quité la ropa y me metí en la cama. Todo lo que habíamos pasado en las últimas horas me habían dejado agotada, encima no había podido pegar ojo la noche anterior. Estaba quedándome dormida cuando sentí que la cama se hundió a mi lado, en unos segundos ella estaba metida debajo de las sábanas, se colocó detrás de mí y me rodeó la cintura con su brazo quedando en cucharita.

Estuvimos un rato abrazadas, no hacía falta hablar. De repente sentí un beso en la nuca, me di la vuelta quedando cara a cara. Es hermosa, le acaricio la cara con delicadeza y ella me regala la sonrisa más divina que he visto en mi vida. Me acerco a ella y le dejo un pico en sus labios que la hace soltar una risita. Se acerca más a mí y me besa la punta de la nariz. Ahora soy yo la que no puede evitar sonreír como una idiota. Tras tanto tiempo mirándola a los ojos me siento totalmente hechizada. Cada vez tengo más claro que estoy enamorada. Sé que tenía miedo de decírselo y que ella no sintiera lo mismo por mí, pero teniéndola delante, penetrándome con esos hermosos ojos color avellana no puedo evitarlo. Si no siente lo mismo por mí mala suerte, pero necesito que sepa que la quiero, y necesito que lo sepa ya.

V: Malú yo—

M: Te quiero