Hola... -Emi
Volviste.... -Shota.
Emi Fukukado había tenido buenos momentos heroicos. Grandes momentos heroicos que atesoraría en sus años de vejez. Y como había tenidos gloriosos momentos había tenido unos deplorables, idas al hospital y fracasos en misiones que se quedarían en su corazón para siempre.
Ser apuñalada por un papanatas con mascara de perro en un parque olvidado de Dios era un mal momento, digo, podría ser peor si muriera. Si muriera tendría que dar una explicación del otro lado por estar ahí.
"Hola, soy Emi. Me dejé apuñalar por un canalla mentecato que usaba una máscara de un perro chistoso en medio de la noche"
¡Dios! ¡Seria la burla del Inframundo! ¿O quizá reencarnaría? Quien sabe... En fin, aunque no lo crean este percance no entraría en el Top de malos momentos heroicos, pero estaba a punto de hacerlo. Especialmente porque Taishiro estaba furioso.
-¡Eres tan jodidamente... estúpida! -gruñó su rabioso y aterrado amigo temblando al colocar con cuidado a Emi sobre el sofá, su sofá, el sofá de su hogar. Regresar al cuarto de hotel era peligroso, quien quiera que le hubiera hecho eso sabía que estaban ahí. Y a solo veinte minutos en tren de ahí Emi le había insistido en que la llevara a casa, la tela rasgada de su sudadera sobre el hombro de Emi que usó para detener la hemorragia era una cosa húmeda y oscura que le manchó de rojo las manos.
-Sí... fuiste muy claro en tu valoración de mi intelecto la primera vez, Taishi. ¿Podemos hablar de algo más? -preguntó Emi con voz débil.
Le gustaba hablar, le gustaba especialmente para distraerla del dolor. Aunque Taishi continuaba diciendo que dejara de hacerlo mientras la ayuda llegaba. Taishi había dicho tantas cosas que comenzaba a pensar que su mejor amigo había sido remplazado por Eminen.
Emi creía que su enojo estaba un poco injustificado considerando que era a ella a quien habían apuñalado, pero cuando la voz ansiosa de Taishiro la trajo de vuelta a la conciencia y cayó en cuenta de que estaba desangrándose en un parque en la madrugada no cuestionó mucho que estuviera siendo tan grosero.
El comentario hizo que la ira del hombre normalmente sonriente se encendiera aún más. - ¡NO, maldita sea, no estamos hablando de nada más!
-Entonces estamos hablando de esto... -Masculló Emi.
-¡Eres la persona más brillantemente tonta que he conocido! ¿Cómo pudiste hacer algo tan estúpido?
-No fue tan malo si lo pones en una balanza. Sigo viva ¿no? -espetó ella, su rostro demasiado pálido para el gusto de Taishiro.
-¡Ooooooh! ¡Oh, lo siento, su Payasa Majestad! Entonces todo está bien, ¡todo fue un éxito! ¡Simplemente genial! -respondió con su mejor voz sarcástica.
-¡Exactamente! -Gimió Emi, cuando Taishiro estaba en pánico la rabia era su opción número uno, pero ella no tenía toda su sangre para discutir apropiadamente- ¡Todo ESTÁ bien y estás actuando como un niño!
Él alzó las manos al cielo.
-¿Yo soy qué? ¿Estás bromeando? ¿Actuaste como una idiota y yo soy el infantil?
Emi hizo una mueca, aunque Taishiro la odiaría si se lo decía en voz alta sonaba exactamente como Aizawa. Casi podía oír su voz:
"¡¿Acabas de fracturarte una costilla y ahora yo soy el exagerado!?"
-¡Solo tenías que hacer UNA cosa! ¡Despertarme! No era tan difícil, ¿verdad? ¡Un solo mensaje de texto! ¿Lo hiciste? ¿Mmm? ¿Lo has hecho? -Emi abrió la boca pero Taishiro siguió- ¡Nooooooo! ¿Y por qué? ¡Porque eres una idiota, por eso!
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Feelings and memories
FanfictionEmi Fukukado había vivido siempre con el recuerdo que alimentaba su sonrisa, con el sueño del hombre que, si, amaba. Aisawa Shota no estaba nada interesado en los sentimientos, mucho menos en volver la vista al pasado. ¿Que sucede cuando los sueños...