Festival de las estrellas

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Disculpen mucho la tardanza, he estado algo desanimada con la escritura y ahora he pasado por no tan buenos momentos, un comentario o dos siempre me hace feliz, y sobretodo seguir esta historia, con mucho esfuerzo de mi para ustedes. S.H.

"¿Has oido eso? Las estrellas nos observan, observan la historia. Una promesas escrita en papel y esperanza, entre fuegos que bailan en los cielos, una despedida que nunca fue olvidada... Pero los niños crecen, los caminos se separan, las personas olvidan... Tu lo olvidaste... " -Emi.

Los sonidos de la música y la risa inundaban susoídos, los colores brillantes de las luces y las yukatas que adornaban todo por donde se mirara. El Tanabata; festival delas estrellas, era hermoso, así había sido siempre, del primer festival al que asistió recordaba lo brillante de los fuegos artificiales y el júbilo en el aire, años después, aún experimentaba la misma sensación de sorpresa y asombro cuando caminaba por entre las decoraciones, fueran grullas para la familia, bolsos para los negocios, serpentinas, o deseos, juegos y comida.

El aroma de la comida, el pescado del sashimi con el fuerte olor del jengibre, el crepitar del aceite al freír el yakisoba, podía ver a los niños y adultos degustar preciosos bentos finamente organizados. Emi amaba los daifukus, amaba la sorpresa de ver con estarían rellenos. Los dorayakis eran también deliciosos, apenas sonrió al recordar que Doraemon, el gato robot de su caricatura favorita tenía un amor tan grande a los dorayakis como ella.

Hubiera querido comer algo de eso, un takiyaki o un yakitori de esos que su padre siempre preparaba... el dolor en su pecho fue instantáneo, como un terrible golpe en las costillas, pero aun así no paró de correr.

A donde veía había risas, había color y música, comida deliciosa, personas con máscaras y desfilando, estrellas cogaldo, hermosas ilustraciones de Orihime y Kiroboshi, pero Emi solo buscaba una cabellera negra despeinada entre el gentío. Porque él estaría ahí, lo había prometido.

Las personas la miraban al pasar, siempre había resaltado por el cabello verde, pero ahora lo hacía por el kimono oscuro que llevaba puesto, no era usual ver a una pequeña con un kimono en color negro pasear apresurada por el Tanabata. Tenía una explicación claro; ese, era el traje que usó en el funeral de sus padres.

Había sido sencillo, varios familiares reunidos junto a amigos y conocidos. El llanto y la tristeza en el aire, la lastima palpable en las personas que la veían, la veían mucho, sobre todo porque sonreía. No sabía exactamente porque esto era motivo de tal revuelo, pero aunque la miraran acusadoramente ella continuó haciéndolo.

No se arrepentía de ello, en absoluto, no había mejor forma de honrar la memoria de sus padres. Aunque estos no pudieran verla. Tropezó con sus sandalias, no cayendo, pero si perdiendo un poco el equilibrio, era difícil, ella casi nunca llevaba kimonos, de igual forma su cabello estaba pulcramente atado en un moño, sus broches de girasol a cada lado es este.

Esa noche planeaba usar una yukata rosa con un hermoso diseño de sakuras, sin embargo, ese tal vez había sido doblado y guardado en la maleta que su abuela y una empleada ahora estaban haciendo.

Emi no tenía seguridad que así fuera, pues ella se había escabullido antes de verificarlo.

Tenía una razón para estar ahí, así que mientras más rápido la encontrara mayor seria su oportunidad de volver sin asustar a su abuela. A ella no le importaría asustar a su abuelo un poco. Aunque no estaba segura si le importaría que Emi desapareciera.

Feelings and memoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora