Nos vemos de nuevo

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"Pesadillas. Memorias. Sueños. Esperanzas. Lo que es, lo que fue, lo que debería ser todo se conecta y me persigue, entre sombras y sangre. Me atormenta en las noches, y se enciende en el dia. Donde quiera que estés, ya no puedo esperar" -Shota.

"Es hora de un pequeño recordatorio. El pasado no puede evitarse por siempre, algunos recuerdos es mejor olvidar otros nunca deberían olvidarse. Donde todos son máscaras, mentiras y huidas, es grato ver un rostro familiar" –Emi.



Un mes. Veinticinco días.

Había estado pensando mucho últimamente. Más de lo que fue sano para ella.

No pensaba en las pesadillas que fueron terribles pero ya no la hacían lastimarse. Pensaba en el pasado, como en sus padres. En sus fuertes abrazos, en los desayunos o en las noches de karaoke, había pasado tanto tiempo y recordaba el levantarse una mañana con el pánico que sintió al darse cuenta de que había olvidado el tono exacto de la voz de su madre o cual fue exactamente el olor de su padre al inclinarse a besar su frente.

Pensaba en su abuelo, orgulloso hasta el final de sus días, con la culpa sobre sus hombros cuando veía el rostro de su madre reflejado en ella. Pensó en abuela, demasiado buena para rechazarla pero demasiado marcada por la pérdida para amar completamente a Emi, siempre manteniendo una pequeña distancia.

Y pensaba en Shota Aizawa.

Al principio lo evadió, concentrando cada fibra de sus fuerzas en no pensar en eso hasta que fue natural, hasta que el pasado estuvo tan lejos como Tokio. Pero volvía, una y otra vez como si estuviera destinada a terminar reproduciendo los grandes éxitos de Eraserhead sin parar.

A veces, cuando observas las cosas al cabo de un tiempo o desde una perspectiva ligeramente diferente algo que creemos esplendido, absurdamente fascinante se vuelve común. Una cosa del pasado. Y es entonces que te preguntas que demonios estabas haciendo.

Ese no era el caso de Emi.

Amar a Aizawa no fue como escuchar una canción la primera vez y clamar que era tu canción, cientos de veces hasta que al final descubrías que no era tan fantástica como la recordabas, (A Hizashi le hubiera gustado esa comparación). No, amar a Aizawa fue como ser golpeada por una verdad inexplicable, por un golpe demasiado fuerte para ponerte de pie. Era la familiaridad de su ceño fruncido, el calor de sus manos cuando de niños ella las tomaba entre las suyas, era la forma en que todo el mundo estaba en paz.

Nunca se detuvo, en ningún momento de su vida, había viajado de aquí para allá, aprendido todo lo que pudo, probando cualquier actividad nueva que le pareció remotamente interesante. Estuviera en Osaka o en Yokohama, en la anticuada casa familiar o en la solariega casa sobre el café. Siempre estaba buscando algo, o esperando ser encontrada.

"¡Búscame en futuro!"

Oh Emi...

"¡Aun tenemos que casarnos!"

Se acurrucó, abrazándose a sí misma como si así pudiera mantenerse a salvo. ¿Pero a salvo de qué? ¿De ella misma? ¿Del amor, de la verdad, de los recuerdos?

Porque ella aun lo amaba, lo amaba con una furia sorprendente porque se detestaba por ser tan ingenua.

Pero fue sincera, a pesar de todo fue sincera.

Lo intentó, ella lo ha estado intentando, poniendo cada gramo de sus fuerzas y concentración en la investigación, en intimidar, preguntar y ocultarse bloqueando todo detrás del armario de su conciencia, esperando que se perdiera entre todo lo demás hasta que no importara.

Feelings and memoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora