11 Venecia Jonhson

879 72 0
                                    

No fui consiente de más nada. Solo se que en un momento caí tan dormida y exhausta por todo lo que ocurrió anoche, que no me fijé en nada más que no fuera Elisa.

Tengo en mi mente tantas cosas justo ahora, tanto cosas en que pensar, y cosas te tengo que decir. Pero sobre todo preguntas que son para mí misma

¿Que se supone que haré ahora? No lo sé. ¿Esto será un error? O vaya que lo es. ¿Pero si es un error entonces por qué me gusta tanto?

¿hay una posibilidad de que esto no sea un error? No lo sé tampoco. Pero solo se algo.

Me estoy enamorando de este error. Me di cuenta que desde que conocí a esta loca, desordenada, hermosa y perfecta mujer, he descubierto sentimientos que nunca antes experimente con nadie.

Desde que la vi en aquella fiesta, luciendo tan espectacular, lo que siempre tuve fue envidia, al saber cómo otras chicas podían besarla libremente sin tener miedo.

El tener que ver cómo ella besaba a las demás y no a mi.

Pero justo ahora, yo soy la que tiene a Elisa durmiendo conmigo.

Aunque técnicamente, se puede decir que ella me tiene a mi durmiendo con ella, por qué estoy en su cama.

Siento un leve dolor en mi cuerpo por todos los orgasmos que tuve anoche.

Los traicioneros flashback empiezan a hacerse presentes, y me traen recuerdos maravillosos de anoche que hacen mis mejillas arder por recordar todo aquello.

Me levanto llevando la sábana para tapar mis pechos y veo como Elisa duerme tan plácidamente.

Así parece un ángel, pero no. La verdad es que Elisa de angel no tenía nada.

Empezó a moverse, hasta que por fin abrió los ojos y me regaló una sonrisa un poco nerviosa, pero que también reflejaba felicidad

—buenos días florecita.

—buenos días Elisa.

—te sientes bien? Llevas mucho rato despierta?

—me acabo de levantar. Y si estoy de maravilla, incluso creo que esa palabra no expresa como me siento justo ahora.

Le doy una sonrisa y Elisa se acerca a mi rostro y me deja un casto beso en los labios.

—voy a preparar el desayuno. Puedes usar la ducha mientras, siéntete libre de escoger algo de mi armario.

Me sentí tan horrible en ese momento. Por qué a diferencia de ella. Yo no tenía experiencia en nada, y cuando digo nada es nada.

—Dios...— perfecto Venecia. Ahora Elisa seguro no se siente conforme.

Me bañé rápido y me puse algo de su armario como ella me dijo.

Elisa parece un especie de narco vampiro. Casi todo es chaquetas de cuero negra y cosas grises.

Me puse unos shorts y una camisa manga larga.

Salí de su cuarto y la vi, tan perfecta caminando por la cocina.

Cuando me vio me sonrió y me hizo una seña para que me sentará en la mesa

—es algo rápido, debes tener hambre.

Había fruta, sandwich, jugo de naranja y huevos.

—pensaba que no cocinabas nada.

—en mi casa disfrutamos la buena gastronomía. Entonces aprendi un poco.

Se sentó en frente de mi y empezamos a comer

—Elisa, quería pedirte perdón

—Ay no Venecia, no vas a salir con que esto es un error y luego sales huyendo

Trouvaille [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora