28 Venecia Jonhson

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Tal vez fue el vino o de verdad fueron los celos, tal vez fueron ambas. Pero no pude evitar besarla, se sintió tan bien después de todo el tiempo que pasó.

—Señora...señora.

¿Que?

—¿Umm?

—Ya llegamos a su casa.

—Gracias, puedes irte a descansar.

Pensé que saldría de esa cena con un dolor de cabeza y estresada pero por el contrario estoy súper feliz, un poco molesta por cómo actuaban esas mujeres con Elisa pero, feliz por que yo fui quien la beso.

¿Tendría que contarle a Ema?

No sé si es prudente hacerlo, primero debería hablar con Elisa.

Mañana lo haría, hablaré con ella.

Por ahora mejor voy a descansar.

...

Me desperté a las seis de la mañana, tendría que hacer unas cosas en la oficina antes de reunirme con Olivia, y después tengo que buscar a Elisa.

Desayuné y luego fui a alistarme, después de esto tome rumbo a la oficina a encargarme de varias cosas.

Por supuesto ni bien llegué y ya tenía mal humor, Perdimos un juicio importante y el cliente quiere reunirse otra vez.

—Señor, le ofrezco mis disculpas por parte de mi trabajador, créame que si yo me hubiera hecho cargo fuera diferente.

Le digo con calma.

—Fue tan estupido como perdí todo ese dinero. Usted tiene que hacer algo al respecto.

—Me comunicaré con usted, por ahora veré que puedo hacer.

—Bien.

Se levantó y se fue, era un señor que ya la edad lo tenía amargado. Bueno, según Ema soy amargada pero eso no tiene que ver.

Mi teléfono sonó y cuando respondí era Olivia..

—Buenos días Señora O'Brien. Tengo que hablar con usted.

—De acuerdo, puedo ir enseguida.

—La estaré esperando.

Tome mis cosas y salí enseguida, me pregunto que tendrá para mí.

Debo admitir que es muy limpia con su trabajo, me gusta como maneja todo.

Pero fuera de eso me cae mal.

Llegué y me recibió su asistente, la cual al ya saber que vengo con frecuencia me dejó pasar de inmediato.

—Hola, pase y tome asiento porfavor.

Lo hice, ella no se veía muy contenta.

—¿Que sucede?

—Lo siento pero no puedo seguir llevando el caso de su divorcio.

—¿Disculpe? Repítalo por qué creo que no entendí bien.

¿Por qué cambió de opinión de la nada?

—escuchó usted bien, no puedo llevar el caso de su divorcio y espero lo entienda.

Su cara seguía seria.

—No puede hacer eso, tiene que haber una razón. ¿Es por dinero?

—No tiene nada que ver con dinero, solo no puedo decírselo y por el bien suyo y el mío es mejor que dejemos hasta aquí su caso, y no insista más, recuerde que soy yo la dueña de la firma así que esta es mi última decisión.

¿Como se atrevía?

—Usted debe estar jodiendome, ¿no?

—No—su mirada desafiante, me dio media sonrisa y suspiró—seguiré con mi trabajo, fue un gusto señora O'Brien.

¿Que carajo?

No me pondré a discutir con ella, pero resolveré esto.

—Compermiso.

Me señaló la puerta y yo me levanté, empecé a teclear y busqué el número de Eli.

—Diga.

—Necesitamos hablar, es sobre tu amiguita.

—¿Donde estás? ¿Que pasó con Olivia? No me digas que la mataste.

—No, aún no.

—Que miedo.

—Estoy en frente de la firma de Olivia, es una camioneta negra, estaré esperando.

Me quedé parada en la puerta y minutos después Elisa salió por la entrada principal, al ella notarme yo subí y eso fue una señal para que ella tomara haciendo en el copiloto.

Ella entró y yo hice lo mismo, solo que tiré la puerta.

—Que...

—Elisa, quiero que me digas que esa mujer no es nada tuyo por qué si no ahora si tendré más ganas de volver ahí arriba y darle un golpe en su cara.

—No, no es, ¿qué sucedió?

—Dijo que no llevará mi caso de divorcio. Y me pidió que me fuera.

—¡Qué! Pero, si justo estaba revisando unos papeles sobre eso.

—La odio. En serio, me hizo perder mi tiempo.

—No sé qué sucedió...hablaré con ella. Tú no te preocupes, si ella no lleva tu divorcio lo llevaré yo.

—Serás feliz—le sonreí

—¿De ser yo quien elimine todos los lazos que tengas con él? Si. Estaré encantada.

—Claro, así me podré ir a buscar alguien.

La moleste, pero mi sonrisa desapareció en cuanto corto distancia, estábamos a tan escasos centímetros de darnos un beso, pero solo estaba ahí, su cara cerca de la mía.

—Ya decía yo que me faltaba uno...

—¿Eh...?

Trague grueso en cuando su dedo índice pasó por mi clavícula, trazando un camino hasta que tomó la cadena que llevaba su anillo, su dedo rozando en esa área me hizo soltar un suspiro, al tenerlo fuera de mis pechos lo colocó en su palma y sonrió.

—Es muy lindo.

—Lo es...

—Me alegra saber que... lo llevas puesto.

—Nunca me lo quito.

—¿En serio? Pues que bien.

—Aja...

—Creo que por derecho me pertenece.

—No, es mío. No te enseñaron que lo que se regala no se quita?

—Ummm...no hablaba del anillo, pero eso lo discutiremos después—tomó distancia de golpe—ahora iré a hablar con Olivia.

—¿En serio?

—¿Qué?

—Te irás así nada más, sin decir ni hacer nada.

—Si, veremos cuánto resistirás tu.

—¿Eh?—se fue, ¡maldita sea!

Creí que al menos me daría un beso...pequeño.

Pero no.

Al menos fue a hablar con esa mujer,

Debería subir a ver   que hablaran.

—No, no lo haré.

Esperaré, puedo ser paciente. Para algunas cosas...para otras no.

Trouvaille [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora