18 Elisa Evans

371 42 0
                                    

Cuando creí que Jesús me tenía un poco más de cariño...¡PUM! Me pone otro obstáculo más.

Jesús déjame vivir la vida que merezco.

Cuando Venecia fue al baño se sentó la persona que creí que jamás volvería a ver en mi vida.

Samantha...

Sam fue es la única que puedo considerar ex, con ella si llegue a tener una relación pero fue hace varios años.

Si bien no sentía nada por ella, me ponía muy incómoda tener que verla de nuevo. Y más estando con Venecia.

Sam se acercó hasta la mesa y tomó asiento donde antes estaba Venecia.

—Me da gusto volver a verte eli.

¿Tendría que decirle que a mi igual? No lo se, mejor me quedo callada.

—¿No dirás nada?

—¿Que quieres que te diga? ¿Hola?

—Estaría bien un hola. Estas muy hermosa por cierto, si antes eras hermosa imagínate ahora.

—lo sé.

Soltó una carcajada y me sostuvo la mano por en cima de la mesa.

—no cambias, y eso a mi no me disgusta.

—Ujumm—que miedo Jesús.

Venecia estaba parada justo al lado de samantha con una cara para nada amigable.

—hola, que necesitas?—no digas eso porfavor.

—Necesito que te pares por que ese es mi asiento.

Mierda. Debo admitir que Venecia celosa me daba un poquito de miedo, pero a la vez me encantaba verla así.

—¿disculpa?

—No te disculpes y levántate. Como ya dije ese es mi lugar.

Samantha me miro rápido y miraba a Venecia también. Que incómodo.

—muy bien no te levantes. Vámonos Elisa.

—si...

—Espera—hablo Sam rápido antes de que me levantara.—¿Y ella quien es?

¿Por que me preguntabas eso samantha?

—soy su novia.

Samantha formó una O con sus labios y seguido de eso Venecia me tomo del brazo y nos fuimos de ahí.

—venecia...

—Me dirás quien es ella y por qué estaba de esa forma contigo. Y sobre todo por que insistía tanto.

—¿Estas celosa?

—estoy lo suficientemente enojada para que tu vengas a hacerme enojar aun más Evans.

Entrelace nuestros dedos y caminamos juntas de esta forma.

—vamos a sentarnos en ese parque, ahí hablaremos.

Nos sentamos en una banca.

—En toda mi vida, nada más he tenido dos novias, el resto no cuenta.

—No te estas ayudando con eso que estas diciendo.

—El punto es, que Samantha es mi ex, fue mi novia hace mucho pero juro que no significa nada para mi, no tengo ni así de cariño hacia ella.

—Ella es...es la chica que mencionaste cuando te pregunte que si te habías enamorado?

—no puedo decir que me enamore de ella, en su momento sentí afecto, de la única persona de la que me eh enamorado y estoy enamorada eres tu.

—de acuerdo, ¿por qué te trato así? Me dijiste que algo le hiciste para que terminaran.

—como sabes antes de ti yo pues me besaba con otras chicas, el punto es que hubo un mal entendido, se dijeron cosas fuertes en la discusión y decidí dejar todo hasta ahí.

—¿ella te quería?

—si, una de las cosas que me hizo terminar la relación fue que nunca la pude querer como ella merecía o como ella quería.

—¿tengo que preocuparme?

Sonrei un poco, levanté sus manos y deje un beso en ellas.

—No hay nada por lo que debas preocuparte, eres solo tu, siempre será así no podría llegar a amar a alguien como te amo a ti.

—De acuerdo...

—¿que quieres hacer?

—podemos ir al cine, hay una película que quiero ver y no tenemos más nada que hacer.

—iremos al cine entonces mi amor.

Fuimos en carro hasta el cine y casi no alcanzamos entradas, de echo quedamos en los puestos de arriba y en la esquina

—siempre odie estos puestos, estamos encerradas prácticamente.

Se quejo Venecia.

—no podemos hacer nada.

Compramos palomitas y fuimos a nuestros puestos, la película empezó y para mí era super aburrida.

Pero todo sea por mi novia.

La mire, ella se sentó en el puesto pegado a la pared y yo a su lado.

Al lado de mi había una señora, algo mayor.

Mi atención fue de nuevo a la mujer que amo y...por dios hasta viendo película se veía hermosa.

A mis ojos es perfecta, no pude evitar darle un beso en el cuello.

Ella se sobresalto un poco y me miro.

—¿Que fue eso?

—No puedo evitar querer besarte.

Le susurre en su oído.

Sentí que soltó un jadeo y su respiración se volvió pesada.

Poco después se volteo lo suficiente y unió su boca con la mía, el vaivén de nuestras lenguas explorandose era hermoso. Sus labios son mi adicción más grande

—Elisa...deberíamos ah...

Sintió como baje mi mano hasta su falda.

—Cubre tu boca y no hagas ruido, mi amor.

Trouvaille [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora