25 Venecia Jonhson

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Después de ver a Elisa salir del lugar también tomé mi camino, si me quedaba más tiempo podría vómitar

La tal Olivia la llamo una vez y ella no le contesto...¿Olivia será su pareja? Ni siquiera es tan bonita.

Un poco tal vez...¡Maldición!

—Ay no.—tome mi celular y le marque a Ema, no obtuve respuesta así que solo tome el carro y me fui a casa, el chófer al ayudarme a bajar se despidió y se fue.

Escuche un ruido en la segunda planta, debe ser Oliver. Salió rápido por que tenia algo que arreglar del trabajo.

Si se hubiera quedado se encontraría con Elisa...¿Elisa nos habrá visto?

Claro. No seas tonta.

—Carajo...—frunci mi ceño, seguido de esto escuche como si muchas cosas se cayeran al piso.

Subí para ver que sucedia, al estar frente a la puerta de la oficina de Oliver se escuchaban varios...

—¿eh?—pegue mi oido a la puerta y vaya que no me equivoque, ruidosos jadeos y gemidos salían de la oficina del sucio ese. ¿Tenia que hacerlo aquí?

Abri la puerta bruscamente y sin dudas es la imagen más desagradable que he visto en mi vida.

Oliver tenía a una chica sobre su escritorio y el estaba casi con los pantalones abajo.

Cuando notaron mi presencia se apartaron rápido, el casi empujó a la chica y ella con esfuerzo se tapo sus pechos.

—Venecia...no es lo que crees yo-

—¿No es lo que creo? Por Dios estabas apunto de follarla.—fije mi mirada en ella y tenía el rostro completamente rojo de la vergüenza —ponte algo y sal de aquí, no te quiero ver.

La señale y ella obedeció, tomó sus cosas y pasó por mi lado casi corriendo.

—Venecia...

—¿No existen hoteles para eso? Mira. Mi problema no es que me engañes, eso no me importa, el problema es que lamentablemente tu y yo vivimos bajo el mismo techo y no quiero escuchar los lamentables gemidos de esa chica.

—No les digas nada a-

Se acercó a mi y cuando iba a tomar mi mano la aparte bruscamente.

—No me toques. Claro que se enteraran, ¿te crees que soy idiota? Veremos que dicen de esto.

Antes de salir de la oficina tomó con fuerza mi brazo, me dolió, casi de un empujón me metió de nuevo a la oficina y cerró la puerta

—¡No dirás nada! No te atrevas a amenzarme, ¿por qué crees que lo hice? Tu no logras satisfacerme y tuve que buscar otra opción.

—¡¿Si te estas escuchando?! ¡¿Como puedes ser tan imbecil?! Que asqueroso.

Intente salir nuevamente pero otra vez me agarro el brazo con mucha más fuerza. Me hizo caminar hacia atrás y ejerció presión en mis brazos.

—Oliver me estas lastimando...

—No hasta que digas que no dirás nada.

Cerré mis ojos por la presión que hacían sus manos en mi brazo.

—Eres tan malo en el sexo que ella se alivio cuando entre a la oficina...poca cosa...

Y lo siguiente fue una cachetada. Su mano golpeó fuerte mi mejilla y me grito que me callara.

—¡Cállate de una maldita vez!

Luche contra de su agarre y me safe de él, tenía mi cabello en toda la cara y mi mejilla ardía.

Trouvaille [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora