26 Elisa Evans

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—¿Y bien? ¿Nadie te contesta?

—Es que no tengo señal—en serio no tenia. Busque todos los ángulos posibles para al menos alcanzar un poco de señal—y es que casi ya no había nadie en la oficina...

—Llama a tu novia, a él guardia, a alguien.

—¿Que novia?—la mire con gracia, ella en serio no podía dejar sus celos ni en momentos así—¿umm?

—Elisa no te hagas la tonta, solo llama a alguien...

—Venecia, no estaremos más de minutos aquí, en todo caso sería una hora. Pronto se darán cuent-

—¡AYUDA!—se volvió loca Jesús—¡¿ALGUIEN ME OYE?!

—Oye, si entras en pánico será peor. Tranquilízate.

Empecé a llamar, pero ni modo, tocaba esperar por que la señal esta horrible y ya me canse de tener mi brazo arriba.

—¿Como esta Raquel?

Después de varios minutos de silencio Venecia por fin habló, debo admitir que tengo miedo a cualquier conversación con ella por que no se como manejar los nervios que me dan

—Esta bien, vive en Toronto.

—Eso me alegra mucho.

—Ella si esta muy pendiente de tu vida, lo Chismosa no se le pasa.

Venecia sonrio de lado pero al instante pareció recordar algo y su semblante cambió

—¿Sucede algo?

—Nada...

—Bien.

—¿No se supone que olivia ya tendría que estar preocupada por ti? Yo lo estaría.

—¿porque? Digo si se preocupa pero ella tiene cosas que hacer, no estará pendiente de mi cada que me monte en el ascensor.

Eso lo dije de chiste pero Venecia parecía no causarle nada de gracia. Si antes era seria ahora se ve más seria y super sexy...

Digo ¿que?

—Pues debería, no es común en una pareja que no se preocupe donde está la otra persona

—Espera. ¿Tu crees que...—el sonido de mi celular interrumpió nuevamente. Maldición—Olivia ayúdame, me quede encerrada en el ascensor con la señora O'Brien.

—Mandare al guardia enseguida.

No fue enseguida por que han pasado 5 minutos y nada que llega el hombre ese.

Jesús que calor tan feo, y no es del que me gusta.

—Elisa...

Venecia me llamo y se veía apunto de entrar en crisis.

—Ey...tranquila, pronto estarán aquí ¿si?

Me mantuve en mi lugar alejada de ella, ella empezó a querer safarse un botón de su camisa. Dios ayúdame

—No puedo...no puedo respirar eli...

Ahora si me levanté de mi lugar, si no abrían este maldito elevador en menos de un minuto yo misma lo voy a hacer, tome sus manos en busca de tranquilizar su respiración pero ella simplemente respiraba con más dificultad que antes.

—Solo mírame, respira...piensa que no estás aquí dentro.

Sus ojos se fueron cerrando...¡¿se va a morir?! No porfavor. No te mueras. No ahora.

—Ey no. No seas payasa, no cierres los ojos—tome su rostro apartando su cabello de su rostro para mirar a profundidad sus ojos...ella mantuvo sus ojos conectados con los míos creando esa conexión que en años atrás teníamos, un brillo particular habían en ellos, su azul era tan cautivador—Ya vendrán.

—Elisa...—un poco más...escasos centímetros separaban nuestros labios, inconscientemente una de mis manos bajo a su cintura acercandola más a mi cortando esa distancia en nuestros cuerpos, sin dejar de mirarla a los ojos y con mi respiración pesada entrelazada con la suya, quería hacerlo. Necesitaba hacerlo...

Pero claro que siempre hay un metiche de por medio.

El ascensor se abrió mostrándo al guardia, inmediatamente Venecia y yo nos alejamos.

—Disculpe abogada. Pero no me encontraba en las oficinas.

No le preste atención y saque a Venecia de el ascensor para que tomara aire.

—Llama a el de mantenimiento o algo, que arreglen este problema, no quiero que vuelva a pasar.

—Sí señora.

—Puedes irte.

El guardia se fue y volví mi vista a Venecia que respiraba ondo y tenía su mano en su pecho

—¿Tan torturoso fue estar conmigo?—venecia me pregunto, ya se veía más calmada.

Claro que lo es. Y más si te acercas de esa forma mujer.

—No quiero que le pase a otras personas. Es todo

—Debo irme.

—Nos vemos mañana. Venecia.

Sin esperarlo si quiera, ella dejo un fugaz beso en mi mejilla, no duró más de dos segundos, pero la sensación de sus labios en mi mejilla. Lo dulce que se sentía y lo delicada que siempre era ella me enamoraba por completo, la manera en como un simple acto como un beso en la mejilla podía hacer que mi mundo diera vueltas. Un beso o cualquier tacto de ella sobre mi era mágico, era tan mágico como torturoso a la vez, la sensación de querer pedirle que se quede más tiempo pero a la vez querer alejarla por defensa propia a mis sentimientos, la pregunta es ¿podría mi corazón soportar otra grieta por parte de Venecia?

Así como el beso fue fugaz su presencia también lo fue, después de aquel acto ella salio casi corriendo del lugar dejándome con la duda en mi cabeza y por supuesto con mi corazón sintiendo vida después de tanto.

Quien lo diría, la misma persona que hizo que mi corazón latiera así por alguien fue la misma que hizo que mi corazón dejara de latir, pero ahora también es la misma que esta volviendo a causar dicho efecto en mi, la misma que hace de mis sentimientos un revoltijo de sensaciones.

No puedo lidiar con esto, voy a morir si sigo así.











Aqui esta el otro 😪

Hay que rezar a Taylor Swift y a cualquier Dios que tengan para que no me cierren la cuenta otra vez 😭

Byeee🍎🌷

Trouvaille [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora