23 Venecia Jonhson

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—Bien. Tiene una última reunión con el señor Collins antes de irse.

—Ayer ya lo atendí, ¿acaso el mencionó algo urgente que este pasando?

—Para nada señora. Solo que esta nervioso.

—Bien, entonces dile que si no es urgente lo podemos dejar para después. Necesito que revises unos papeles que estarán llegando después de que me vaya y los dejes organizados para mañana sobre mi escritorio.

—si abogada.

—Muchas gracias alexandra, puedes retirarte.

Me levanté de mi escritorio para ver el gran ventanal, siento que no duermo hace dos días. Mi cuerpo está pidiendo a gritos el spa y irme a la playa.

Pero mi poco tiempo me impide hacer tales cosas.

Suspiro antes de ver mi reloj, exactamente son las once de la mañana, sentía que llevaba horas aquí y apenas el día esta comenzando.

Pero después de un tiempo supongo que uno se acostumbra a la sensación de sentir que vives más en las oficinas que en tu propia casa.

Y la verdad, a mi me gustaba incluso estar más aquí que en mi casa, tener que ver a Oliver cada que llego es un fastidio para mi, no he logrado llevarme para nada bien con el estos años.

Cuando me case con el y luego termine la universidad dije "capaz con el tiempo podremos ser amigos" pero el no ayuda ni a eso.

Lo insoportable es estar estos últimos 5 años con el, para nada he logrado desarrollar una pizca de cariño hacia el, pero claro para nuestras familias y la sociedad somos un feliz matrimonio donde nos conocemos hace 5 años y dos de esos años son de casados.

Claro que aprendí a manejar la idea de que estoy casada, y eso me trajo pros y contras.

Una de las cosas buenas es que tengo la libertad de trabajar por mi cuenta, claro ellos piensan que trabajo para la empresa como una de las jefas, pero me asegure de tener mis otros negocios fuera del estado y del país.

Y el gran contra es la poca felicidad que ha traído a mi vida, ¿avance? Claro. Aprendí a seguir adelante no tenía otra opción. ¿Olvide? No. Nunca lo hice y hasta ahora no creo poder olvidar nada...ni nadie

Pero la vida es una mierda, una que o le sacas provecho o simplemente te quedas viendo como todo se derrumba.

Y aquí estoy en una gran oficina con la imagen de la esposa de uno de los jefes.

Mi padre consiguió lo que quiso, y tuvo razón al decir que esto traeria beneficios, y vaya que lo fueron.

Escuche el sonido de mi teléfono en mi bolsillo.

—Venecia.

—Ema,¿que sucede?

—Bueno estoy en casa de mi tía, y sacaron ya sabes cual tema otra vez, parece que te volverán a llevar esta tarde. Y justo ahora deben estar por llamarte para que vengas a almorzar con ellos.

—Bien. ¿Tu estarás?—Pregunte mientras suspire, esa señora es como un chinche, quiere estar pegada a mi todo el tiempo.

—No. Voy de salida a casa de Mateo, no pienso quedarme a ver otra pelea.

—Que gran amiga eres Ema, me abandonas por tu novio.

—Te llame para advertirte de lo que escuche. Cuéntame mañana, desayunemos juntas.

—De acuerdo.

Colgué el teléfono y espere, justo como ella lo dijo. El nombre de la mamá de Oliver brillo en mi teléfono.

Trouvaille [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora