La verdad

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El ambiente en la sala del peliblanco estaba tenso. Gojo no podía creer lo que estaba escuchando. Frunció el ceño y su rostro mostró una clara expresión de desagrado.

— ¿Qué? ¿De verdad vas a irte? — preguntó, casi con incredulidad.

Ayame asintió con seriedad, manteniendo la mirada firme.

— Satoru, no voy a "irme" — dijo la chica tratando de disimular la irritación que el peliblanco le provocaba — Sólo voy a quedarme con Nanami a partir de ahora. No veo cuál es el problema, no volveré con mi clan... 

Gojo cruzó los brazos sobre el pecho, mostrando una expresión que combinaba molestia y frustración.

— Está bien Zenin, puedes hacer lo que quieras — el peliblanco rodó los ojos — pero si dices algo sobre Itadori me encargaré de acabar contigo personalmente. 

Ayame, que ha conocido a Gojo por años, era consciente de que él siempre encontraba la manera de provocar que le hierva la sangre, haciendo que se desborde como una olla descuidada en la estufa. 

La gente que no lo conoce usualmente no se da cuenta de lo siniestro que puede ser Gojo Satoru. En Jujutsu High se lo retrata como un hombre despreocupado que siempre está sonriendo y charlando con los estudiantes, pero cuando quiere conseguir algo, no duda en hacer o decir cualquier cosa para manipular la situación a su favor.

— ¿Disculpa? ¿Vas a amenazarme en serio? 

— Oh Zenin, no te lo tomes a mal, sólo estoy cuidando de mi alumno — la típica sonrisa sarcástica había vuelto a los labios del peliblanco, él sabía que había tocado una fibra sensible. 

En cualquier otro momento, Ayame se habría lanzado a una pelea verbal con él, pero la chica ya estaba cansada de su actitud. Con un suspiro, ignoró el último comentario y se levantó de su asiento. Gojo la miró con sus ojos azules penetrantes, evaluándola con una intensidad que la hacía sentir incómoda.

Finalmente, Ayame se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta, sin mirar atrás.
Gojo dejó escapar una risa suave.

— Vuelve Zenin, admito que me pasé de la raya...  — se encogió de hombros — De todos modos, tenemos una charla pendiente aún ¿recuerdas? — su habitual sonrisa arrogante se ensanchó increíblemente.

El comentario inesperado de Gojo la hizo detenerse en el umbral de la puerta. Se giró para mirar al peliblanco, sus ojos reflejando una mezcla de exasperación y curiosidad.

— ¿De qué mierda estás hablando? — preguntó, sin estar segura de lo que Gojo tenía en mente.

Gojo se levantó de su asiento con un aire juguetón, se acercó a Ayame y se detuvo a poca distancia de ella. Sonrió con satisfacción.

— Vamos, Ayame. Sabes exactamente de qué estoy hablando — Gojo sonrió, pero esta vez su expresión era más suave y sincera. — Desde que llegaste he tratado de tener una conversación seria sobre lo que pasó hace diez años y por qué decidí... romper nuestra relación.

— He estado evitando esa conversación por una razón Satoru... no necesito saberlo.  — Ayame podía sentir el dolor de cabeza creciendo poco a poco. 

— De todos modos te lo diré, escúchame y si aún quieres irte después... no diré nada más. 

Ayame dió un suspiro y asintió, sabía que escucharlo era la única forma de quitárselo de encima en ese momento. Gojo la miró fijamente, sus ojos azules revelando una vulnerabilidad rara.

Entre ayer y hoy (Satoru Gojo x Lectora / Kento Nanami x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora