Nanami Kento había hecho todo lo posible por mantenerse alejado de Ayame desde que esta llegó a su departamento. ¿Pero cómo podría hacerlo? Habían pasado años desde que ambos pasaban tiempo juntos de esta manera.
El rubio sería incapaz de admitirlo en voz alta pero, lo estaba disfrutando. Nanami había pensado, equivocadamente, que durante los diez años que pasaron sin contacto había logrado superar sus sentimientos por la joven. Sin embargo, él no era una persona ingenua, y desde que la volvió a ver, todas las emociones que creyó haber enterrado seis metros bajo tierra, comenzaron a salir a la superficie una vez más.
No podía negar que estaba enamorado. Enamorado de la persona que en algún momento fue su mejor amiga.
En un estilo muy típico de Nanami, simplemente llegó a la conclusión y la aceptó. Estaba enamorado de Ayame. Pero eso no cambiaba nada ¿verdad? Gojo Satoru, a pesar de todo, era su amigo.
Así que había decidido no hacer nada respecto a sus sentimientos. Lo que no había previsto era que se volvería tan difícil, sobretodo cuando ella siempre se mostraba emocionada de verlo y charlar con él sobre cualquier cosa, aunque muchas veces el tema de conversación girara en torno a Gojo Satoru. El rubio era consciente de que no había podido negarle una conversación a su amiga desde el día que la conoció. Por otro lado, ella sabía cosas sobre él que nunca había hablado en voz alta con nadie más.
¿Qué lo detenía entonces? ¿Era Gojo?
Nanami conocía bastante bien a Gojo, y aunque ninguno de los dos había hablado del tema, él sabía que el peliblanco era consciente de los sentimientos que ambos compartían por Ayame.
¿Era miedo?
Él estaba consciente de que con lo peligroso que era su trabajo, cualquier cosa podría pasar, y no sería justo.
Aunque no lo quería admitir, esa noche Nanami había bebido un poco más de la cuenta. Nervioso, ante la idea estar a solas con ella, preguntándose si el ofrecerle a Ayame quedarse en su departamento había sido una buena idea. Y maldita sea, ya estaba un poco borracho.
"¿Qué tal si tomamos un par de vasos más? Por los viejos tiempos."
Podía escuchar las palabras de su amiga resonando en su cabeza, mientras su cerebro y el sentido común le gritaban que se aleje y sólo se vaya a dormir. Pero por su puesto que no había hecho caso. Nanami estaba haciendo todo lo posible por mantenerse alejado de ella. Pero tal vez se estaba engañando a sí mismo. Después de haberle limpiado unas migajas de pretzel que habían quedado en la cara de su amiga, su mirada quedó fija en sus labios. Se había inclinado más cerca y podía oler perfume de Ayame, lo cual lo confundía aún más.
Los pensamientos del rubio no dejaban de gritarle que se aleje, que vaya a su cuarto a dormir. Pero los ignoró.
Él la había besado. Fue un beso suave y corto.
Nanami se aleja sólo un centímetro, y sus ojos buscan a los de Ayame. Ella le devuelve la mirada, y él busca en sus ojos alguna pista sobre qué carajos hacer después.
— Sabes a whisky — Ayame ríe suavemente mientras se inclina nuevamente hacia los labios del rubio.
Nanami sintió alivio. Los años de dudas, el tiempo que pasó preocupándose sobre si hacer un movimiento con Ayame podría arruinar su amistad. Esa fue en gran parte la razón por la que nunca trató de mantenerse en contacto con ella. Pero en ese momento, nada de eso importaba.
La siguiente vez que sus labios se encuentran, no es un beso suave. La mano del rubio acaricia la mejilla de Ayame, la sensación de besar a su mejor amigo es surrealista y abrumadora. Ella también quiere esto, y en ese momento lo quiere a él más que a nada.
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Entre ayer y hoy (Satoru Gojo x Lectora / Kento Nanami x Lectora)
RomanceAyame Zenin solo recuerda una cosa de sus años de secundaria: a Satoru Gojo, el bastardo que le rompió el corazón y la razón por la cual dejó su hogar. Después de diez largos años, ella regresa a Japón con una misión secreta que le impone su clan. S...