━•⊰Presente ⊱•━
Ayame estaba acostada en la cama, con la mirada fija en el techo de la habitación que temporalmente ocupaba en la casa de Gojo. La tenue luz de la habitación proyectaba sombras suaves que se desplazaban lentamente sobre las paredes. El peliblanco le había informado que necesitaba que tomara una misión junto a Nanami, pero como era su costumbre, no había brindado muchos detalles. La incertidumbre la hacía sentir algo ansiosa, y para empeorar las cosas, Gojo había tenido que salir apresuradamente para tomar una misión ese día, dejando como única instrucción que espere a que el rubio la contacte.
Cada tic-tac del reloj parecía un eco de su propia inquietud. Miraba su teléfono constantemente, esperando que en cualquier momento recibiera un mensaje o una llamada de Nanami con más detalles sobre la misión. La falta de comunicación la tenía inquieta; no sabía cuándo debía partir o qué esperar exactamente, aunque suponía que la misión tendría que ver con Itadori de algún modo.
Finalmente, la ansiedad superó su paciencia. Tomó el teléfono y marcó el número de Nanami, con la esperanza de obtener algo de claridad sobre la situación. El teléfono sonó varias veces, pero no hubo respuesta del otro lado. La preocupación comenzó a apoderarse de ella, preguntándose si algo había salido mal o si Nanami simplemente no podía contestar en ese momento.
La falta de respuesta por parte de Nanami la tenía cada vez más preocupada, sobretodo porque ya era tarde. Decidió salir de la casa de Gojo y dirigirse a la escuela, si algo había salido mal en una misión, probablemente Shoko estaría al tanto.
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La puerta de la enfermería se abrió, revelando a Nanami sentado en una camilla, no llevaba camisa, exponiendo su torso bien formado. Tenía un libro en la mano, y parecía completamente absorto en la lectura, mientras Shoko lo curaba con su técnica inversa. La tenue luz de la enfermería realzaba la definición de sus músculos.
Al notar la presencia de Ayame, Nanami apartó ligeramente su mirada del libro, revelando parte de su rostro.
— Llegas tarde — le dijo, su tono serio pero no exento de su habitual calma.
— ¿Tarde? Traté de contactarte todo el día, además...
— Hola Ayame, que gusto verte, también estoy aquí ¿sabes? — interrumpió Shoko con un tono sarcástico.
Ayame rió y se dirigió hacia su amiga mientras Nanami volvía a pegar su mirada a su libro con desinterés.
— Lo lamento, sólo estuve preocupada todo el día. ¿Qué fue lo que pasó?
— Creo que Nanami puede explicar eso mejor que yo, de todos modos ya terminé de curarlo y parece que tienen cosas de que hablar. No me quiero involucrar así que iré a casa — Shoko le tiró las llaves de la enfermería a Ayame — ¿Cierras por mi?
Ayame asintió mientras veía a su amiga salir por la puerta. Inmediatamente volteó la mirada hacia el rubio.
— Entonces ¿qué pasó?
— Tuve un encuentro con una maldición de grado especial... — dijo mientras se ponía la camisa, la cual aún tenía rastros de sangre.
— ¿Por qué no me llamaste? — Ayame frunció el ceño.
— Te llamé varias veces al número que Gojo me dejó... — el rubio rodó los ojos mientras le mostraba su celular.
Ayame arranchó el celular de la mano de Nanami para examinarlo con atención. Luego soltó un suspiro exasperado.
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Entre ayer y hoy (Satoru Gojo x Lectora / Kento Nanami x Lectora)
RomanceAyame Zenin solo recuerda una cosa de sus años de secundaria: a Satoru Gojo, el bastardo que le rompió el corazón y la razón por la cual dejó su hogar. Después de diez largos años, ella regresa a Japón con una misión secreta que le impone su clan. S...