16. Oculto tras las murallas se encuentra un pasado en agonía

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La necesidad de seguridad, de bienestar y de paz, es tan antigua como el peligro, el malestar y la guerra. Los ríos de sangre que rodean la historia se cubrieron con altas murallas que protegieron a los sobrevivientes, brazos que los apartaron de los males que amenazaban con entrar triunfantes. ¿Cómo protegerse ante algo que puede estar en todas partes y en ninguna a la vez? Un respiro, eso es todo lo que se necesita para mantenerse del lado correcto de los muros. Una vida segura. El problema es que lo mismo pensaron los tres cerditos cuando crearon sus casas, y cuando el lobo llegó sólo uno se salvó. ¿Qué hace que unos muros sean más resistentes que otros? ¿Y si no son los muros, que depara la seguridad de alguien? Los lobos rondan por todos lados y no siempre hay cazadores para detenerlos, porque a veces una bala de plata no es suficiente para espantar las guerras, porque a veces, aunque el cazador esté presente, el lobo devora a la presa.

Jorely temía a los lobos que se atravesaban por su vida. Siempre sonriendo y aullando con intenciones hostiles, algunos la atacaban directamente, otros llamaban a otros depredadores para que hagan el trabajo. Una vez se preguntó qué clase de cerdito era ella, la respuesta siempre estaba entre el constructor de chozas de paja o el de cabaña de madera, su vida se tambaleaba entre lo frágil y lo vulnerable.

¿Y si construyese muros anchos y fuertes, de concreto y acero que protegiese su alma y su corazón, cómo se enfrentaría a la vida?

Probablemente caminaría sin las constantes preguntas en su cabeza que iban desde el ¿dónde estoy? hasta el ¿no he sufrido suficiente? El miedo no paraba de pulular dentro de ella y por esa noche, por esa larga y oscura noche gélida, deseó tener en sus manos una bala de plata, entender que el miedo sólo puede derribar muros de paja y madera si se lo permitía, entender que el miedo era un arma contra ella, pero también era algo con lo cual enfrentarse al mundo. Lo único que debía hacer para detener el miedo en su contra y usarlo a su favor era respirar.

Antes de cruzar el portón, cuando miró la muralla de piedra, las dudas e inseguridades la golpearon sin avis. ¿Era buena idea atravesar el muro? ¿Quién había creado tal barrera y por qué? ¿Era seguro cruzarla? ¿Qué había del otro lado que necesitaba una construcción de tal calibre para aislarlo o aislarla del resto del mundo? La estructura tenía detalles inscritos en intervalos de uno a dos metros con símbolos que Jorely no podía identificar, bien podían ser glifos de otro idioma ajeno al suyo, o bien podía ser algo más, murmullos etéreos de tiempos olvidados.

Respira, Jorely. Respira.

La adolescente tomó una larga bocanada de aire con los ojos cerrados. Cerró los puños agarrando con fuerza una bala imaginaria, capaz de ahuyentar los lobos y monstruos que la atacaban en ese momento.

Y las preguntas se desvanecieron.

Rodeados de oscuridad, la joven estuvo por sacar la barra fluorescente que guardó en la mochila cuando frente a ella rayos de luz se hicieron visibles. No estaba atrapada en la penumbra, no por completo. Colocó la mano no lastimada en la pared que tenía a un costado, la luz color sepia indicaba el camino que debían seguir para salir del callejón en el que se encontraban, debían ser unos doscientos metros transitando una calle adoquinada con piedras antiguas entre grises y naranjas opacas.

La oscuridad protegía el rostro de Jorely ante cualquier intento de mirarla que hiciera el hurón, no quería que viese lo enojada que estaba por no encontrar la puerta correcta, pero la verdad no era eso, no estaba enojada. Estaba decepcionada.

Durante los últimos meses había practicado su expresión de todo está bien, una máscara de mentiras que volvió a usar una vez que salieron del callejón, pero el hurón era inteligente, sabía que la muchacha no quería mentirse, quería estar bien de verdad, así que no se preocupó por ella, porque en algún momento su mentira se volvería verdad una vez más.

Cuando la noche termineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora