23. I'm gonna build castles

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From the rubble of your love

I'm gonna be stronger than

You ever thought I was

–Freya Ridings

El Burlón Primordial. Ese no es su único nombre, burlarse no es más que un pequeño pasatiempo para él. El pasado atormenta y castiga, se vuelve un torturador que limita a las personas, las encadena a algo que ya no existe más que en su memoria,  las obliga a revivir ayeres sin descanso, prohíbe que el presente se construya con nuevas experiencias.

Y, aunque el pasado sea el torturador por excelencia de la memoria, también es de los tres tiempos el más sabio. El presente es ingenuo, vive todo por primera vez; el futuro es soñador, espera lo mejor y se aferra a ese sentimiento. Pero el pasado..., el pasado ha vivido tanto y conoce tanto que encamina al presente a tomar mejores decisiones para forjar un futuro más esperanzador. Y, sin embargo, el pasado siempre es el que más estigmas carga. Es el doliente, el que recuerda los pesares del alma, el que mantiene la herida abierta, el que sufre más que cualquiera, el que despierta a los ancianos y los llena de remordimiento. Es el más triste y el más sublime.

El Burlón Primordial, aquel que guarda para sí el conocimiento y no pide nada a cambio, no es más que un mártir. El pasado duele, pero también enseña. Es el único que construye mundos desde las cenizas, castillos desde el rencor.

Y alguien en el castillo negro estaba descubriendo el valor que tiene el pasado en el presente.

Detrás de las inmensas puertas talladas en madera de ébano un salón esperaba a los visitantes. Los candelabros de oro macizo que colgaban en intervalos de cinco metros vertían una iluminación amarillenta que regalaba al salón principal un aire de vejez extraordinario, las alfombras rojas con bordes dorados dirigían los pasos atónitos de los visitantes siguiendo a la hechicera. Pero sin duda, lo más asombroso de aquella parte del castillo era sus escaleras al final del gran salón, un par de escaleras se situaban a cada extremo del salón con una simetría imposible de replicar; la madera de los escalones, a diferencia de la puerta, era de caoba pulida de tal forma que reflejaba sutilmente la iluminación amarillenta del techo, los escalones se curvaban en espirales anchas que cruzaban cada planta del edificio por la torre principal hasta la punta. Cuántas veces Jorely había visto en fotografías castillos góticos de todo tipo, pero ese castillo negro era único, un castillo que nunca existiría en su mundo, uno con una belleza construida desde el desamor y el intento de olvido.

El granito gris y blanco de las paredes, conjugado con los marcos de madera de las ventanas cubiertas por las cortinas carmesí y negro azabache delataban los diseños propios de Nigri, ella caminaba complacida con una sonrisa triunfante en su rostro cuando reparó en el hecho de que tanto la humana como el mamífero notaron su estilo característico en el castillo. Además del amarillo dorado, el rojo sangre y el negro sombra, había otro color que se fusionaba con el espacio interior de la edificación, un celeste cristalino característico de los vidrios, no importaba el tamaño o la forma que adoptaran las ventanas, todos los vidrios tenían ese color que imbuía paz y trataba de equilibrar su frialdad entre tantos colores cálidos. Al hurón le resultaba interesante que desde fuera todo el castillo tuviera ese color negro vidrioso propio de la obsidiana pero que por dentro nada hubiera tantos colores fusionándose en armonía. El exterior del castillo viviente de Queendom era amenazante, algo tétrico, un hogar digno para el Conde Drácula, pero por dentro, era una obra de arte de la arquitectura, era necesario entrar al castillo para conocerlo en su totalidad y dar una opinión justa sobre su ser. Tal vez eso debía hacer el pequeño animal, tomarse un momento para mirar su interior, conocer más de sí y saciar su curiosidad andante empezando desde él y quién era. El hurón era un castillo más en construcción, una obra de arte esperando ser juzgada por sí mismo.

Cuando la noche termineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora