Capítulo 15.

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Caleb.

Acomodo a Chiara en la cama de manera en que su cuerpo quede abrazado al mío. Estaba tan cansada que tuvo que dejar la conversación para mañana, ella que nunca espera...

No me pasó desapercibido su tono de evidente preocupación, pero estoy seguro que me dirá, sea lo que sea.

Seguro no es nada malo.

Me convenzo a mi mismo de ello y tras dejar un beso en la frente de mi mujer cierro los ojos para dormir.

***

Me despido de Bertha antes de salir de la fortaleza.

Esta mañana me levanté y mi esposa no estaba a mi lado, cosa que me sorprendió bastante, si bien yo soy el que normalmente despierta y se va primero.

Quise no ser un paranoico de mierda pero nisiquiera un maldito mensaje me dejó.

Nada.

Conduzco mi Aston Martin Hasta la oficina y me pongo con lo mío. O eso intento hasta que Fiore entra hecha una furia a mi despacho.

Dejos los documentos que tengo en la mano para mirarla echar humos por los oídos.

—¡Nada, Caleb!—Camina alrededor de la oficina como un tigre enjaulado.—¡No hay nada de esa maldita mujer!

Ruedo los ojos ante su comportamiento.

—¿Podrías parar ya?—Pregunto hastiado.

Se detiene solamente para lanzarme dagas con los ojos.

—¿Por qué diablos estás tan tranquilo?—Ahora es ella quien pregunta.—¡Esa mujer nos jodió todo! Estás ahí como un imbécil sin hacer absolutamente nada, ¿nos ves que eres el ridículo? Todos habla de como la Diavolessa saboteó tu acuerdo con el Alemán, eres...

—¡Cálmate de una vez, parece una niña!—Le alzo la voz más de lo normal y se calla.—Eres mi hermana pero recuerda que también eres mi Capo y que sigo siendo tu Don, me debes respeto.

Traga duro mientras respira ondo, sabe que cometió un error y que tiene que calmarse si no quiere que la saque.

—Ahora siéntate, dime que tienes ahí—Le ordeno después de un rato.

Se sienta frente a mí y me entrega las carpetas que trajo.

En ellas hay imágenes del saboteo, pero nada que no sepa ya, puesto que mis hombres han estado investigando desde lo sucedido.

—No hay nada de ella, ni foto, ni vídeos, datos o registros—Me explica.—Es un maldito fantasma.

—Es imposible.

—¿Ya vez por qué me alteré?—Su voz se eleva un poco pero luego se modera.—Te dije desde la primera vez que se metió con la Cosa Nostra que debías tomar cartas en el asunto, pero te hiciste de la vista gorda.

Cierro la carpeta con la única información sobre la mujer misteriosa, la cuál me dice según los testigos que usa máscara roja que resalta su ojos verdes esmeralda y que tiene el cuerpo de una diosa. Además de que en todos sus planes solo hay mujeres, nada de hombres armados o con misiles, sólo mujeres hábiles y capacitadas para acabar con imperios.

Pacto Con El Diablo [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora