Caleb.
Estoy nervioso, lo admito. Pero no lo estaría de no tener una mujer que es como un volcán a punto de hacer erupción cuando se enoja.
En mi defensa, desde muy niño y a las malas aprendí que no debía hacer enojar a la Reina.
Llegamos al restaurante Armani el cuál se encontraba completamente solo ya que lo reservé especialmente para nosotros. Por esa razón no hay personal cerca.
O por si algo sale mal, querrás decir.
Abro la silla para que Chiara tome asiento, me agradece y me voy a mi lugar, justo enfrente de ella.
Rápidamente traen el menú, ordenamos y esperamos a que nuestra comida llegue. Claramente aprovecho el momento para decir todo lo que tengo planeado.
—Verás...
—¿Por qué estás tan tenso?—Inquiere mi esposa con una ceja enarcada.
—¿Yo? ¿Tenso? No sé de qué hablas.
No responde, sólo se limita a mirarme con sus enormes ojos grises, tratando de intimidarme.
Tratando no, lo hace.
—Bien sí—Acepto, luego de unos segundos.— A ver, no quiero que te sientas presionada ni mucho menos, pero tengo a la Cosa Nostra detrás de mí día y noche, y...
—¿No quieres que me sienta presionada pero tienes a toda la mafia italiana detrás de tí?—Pregunta con una sonrisa divertida.
Bufo, cansado de esto y lo suelto:
—Quieren un pacto de sangre, Chiara.
La sonrisa desaparece de su cara, formando un mueca.
—¿Qué?—Pregunta en un susurro.
—Están enojados por la boda en Las Vegas, quieren una ceremonia tradicional con pacto de sangre, necesitan tener la certeza de que eres leal a...
—Está bien.
—¿Eh?—Creo que oí mal.
—Dije que está bien, lo haremos—Repite segura.
La miro detenidamente sin poder creerlo.
—Sabes que ese pacto significa para siempre, ¿Verdad? No es un juego, Chiara, si aceptas significa...
—...que nuestro matrimonio nunca se deshará, lo sé—Termina por mí.
—¿Y qué hay del contrato?—Pregunto confundido.
Hasta ahora me doy cuenta de sus ojos cristalizados. No va a llorar, ¿o sí?
Es la reina, ella nunca llora.
Y entonces una fina lágrima corre por su mejilla derecha, lo que hace que me levante de inmediato, yendo a su lado para arrodillarme y limpiarla.
—¿Qué sucede, Mia regina?
—Estoy... tan cansada—Suspira tras decir esas tres palabras.—Ya no quiero fingir que no me importas. Caleb, te amo desde que éramos unos niños que nisiquiera sabían lo que significaba el amor.
》Ya no quiero pretender que no soy felíz despertando a tu lado y, ya no quiero que esto sea una mentira porque es lo más real que he tenido en mucho tiempo...
Y la beso, lo hago con todas aquellas palabras que no pude decirle en estos meses en los que estuvo lejos de mí, con todo ese amor que desde niño yo también sentía por ella.
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Pacto Con El Diablo [+18]
RomansaLas Vegas siempre tuvo un magnetismo para atraer a las personas. La música, el baile, los juegos y... Las bodas. Chiara Lombardi, hija del Empresario Carlos Lombardi despierta en una lujosa habitación de hotel, acompañada por nada y nada menos que...