Capítulo 13.

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Caleb.

La inminente explosión nos arroja al frío suelo de la carretera.

Quedo anonadado por unos insoportables segundos en los cuales mi cabeza amenaza con estallar.

Chiara.

—Ca... leb—Susurran a mi lado.

—¿Estás bien?—Busco el rostro de mi esposa para tomarlo en mis manos.

Parece estar en shock, tiene un pequeño golpe en un costado de su frente, pero no parece nada grave o eso espero.

—Sí...—La tomo de la mano para ayudarla a ponerse de pie.

Tengo preguntas, muchas. Pero soy interrumpido por Fabio quién reporta los hechos.

—El perímetro es seguro, señor—Se acerca con cara de culpabilidad, y lo entiendo. Todo se nos fué de las manos.—Amenaza eliminada.

—Bien, Fabio...—Respondo ya exhausto, quiero irme a casa con mi mujer.—Tenemos que irnos antes de que las cosas se compliquen. ¿Las camionetas?

—En menos de cinco minutos estarán aquí, Señor.

—Cuánto antes me...

Me interrumpo al ver a mi esposa tambalearse, toca su cabeza con cuidado y la sangre me hace abrir los ojos con horror.

—¿Chiara?

Tarde. Cae en mis brazos, totalmente desmayada.

—¡Mierda!—Grito colérico.

La tomo con mayor cuidado y avanzo a la carretera abierta en busca de las camionetas que no tardan en llegar.

—A la fortaleza, ¡Ya!—Ordeno y aceleran tomando dirección a casa.

La acuesto con cuidado en mi regazo, la sangre sigue saliendo de su frente y saco un pañuelo de mi traje para parar el sangrado.

—¡Más rápido!

Aguanta, amore mio.

***

Ser el Don de la Cosa Nostra es un gran riesgo y, a mis diecinueve años lo aprendí de la peor manera.

Claro que para ese entonces yo era un adolescente que apenas se entrenaba para ejercer un cargo tan importante. Pero cuando tus padres mueren por una traición, no te queda de otra que ser fuerte y cumplir con un destino que tú no pediste.

Esa vez nos tomaron desprevenidos, en nuestra propia casa. Años después había perfeccionado la Fortaleza Russo para que fuera el lugar más seguro de Italia.

No sólo cuenta con barreras, hombres armados y el mayor sistema de seguridad jamás inventado, sino que también cuenta con plantas especializadas para distintas situaciones que se puedan presentar. Cómo en este caso, una emergencia de hospital, claro que no puedo exponer a mi esposa a un lugar sin seguridad, el hecho de tener un pequeño consultorio con todos los insumos necesarios en una de las plantas no es para nada exagerado.

Siempre es bueno prevenir.

Hace aproximadamente treinta minutos Chiara fué ingresada al área de salud de la fortaleza con el Doctor Axel, el único hombre al que le confiaría la vida de mi mujer.

La espera me carcome y la sola presencia de Fabio me hace querer partirle la cara hasta que sangre por los ojos.

—Hicimos las revisiones, fue un sabotaje externo, bien planeado...—Ruedo los ojos para que se calle.

Pacto Con El Diablo [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora