9 - El primer beso

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Los días, las semanas y los meses comenzaron a pasar de forma tan rápida que ninguno de los niños se percató de ello.

Cumpliendo así ya dos años desde que los pequeños se conocían.

Para Sabo era costumbre ver a (Tn) todos los días, ya sea para pasar el día en la mansión de la pequeña o bien para irse juntos con Luffy y Ace, quienes fueron conscientes del trato más cercano que estaban teniendo ambos pequeños.

Un trato tan especial que muchos socios de los padres, al ver así a los pequeños, comenzaron a especular sobre una posible unión entre ambas familias.

Un trato del que también se dieron cuenta las familias de ambos y los Vinsmoke, siendo a los últimos a los únicos que parecía molestarle aquel trato y la presencia de Sabo en las reuniones y cenas, pues por mucho que intentase separar a la niña de él, siempre encontraba el momento y la excusa perfecta para pegarse a su lado.

Aquel día de diciembre hacia un frio que helaba hasta los huesos. Las calles se encontraban nevadas y el aroma a dulces típicos navideños inundaban la ciudad y la cocina de la mansión de los (Ta), la cual ya se encontraba exquisitamente decorada de adornos navideños y de un gran árbol de Navidad situado en el gran salón.
Preparándose así para las múltiples fiestas que se llevarían a cabo ahí mismo.

Fuera, en la gran casa de los pájaros, Sabo se encontraba sentado con un libro en sus manos y una ligera presión sobre su brazo, sobre el cual descansaba la cabeza de la pequeña, quien se quedó profundamente dormida a su lado.

Sabo trató de no moverse para dejar allí a la pequeña dormir junto a él. Aquel lugar era hermoso en invierno, pues fuera se podia ver atraves de las grandes cristaleras el jardin nevado y ellos encontrarse cálidos en su interior debido a la climatización.

Alzó la mirada a su otro lado y vio a la pequeña águila negra, la cual empezaba a crecer con el paso del tiempo.

Sabo sonrió al ver como aquel animal no se despegaba de su lado cuando entraba en aquel lugar, parecía haberle agradado su compañía.

Bajó la mirada nuevamente al libro y pasó una hoja con cuidado de no despertar a la pequeña con aquel movimiento, pero el aleteo de la águila fue la que se encargó de hacerlo.

(Tn) - Ah... -musitó bostezando.

Sabo - La despertaste. -le riñio al ave, quien ladeó la cabeza sin entender.

(Tn) - ¿Llevo mucho tiempo dormida...? - preguntó frotándose un ojo aún medio dormida.

Sabo miró su reloj de muñeca.

Sabo - Una hora.

(Tn) - ¿Dormí una hora sobre tu brazo?. -preguntó sorprendida y el pequeño asintió. - Tuvo que ser molesto para ti...

Sabo - No... no me molestó. -sonrió. - Me... me gusta tu perfume... -tartamudeó.

(Tn) - ¿Mi perfume...? ¡Ah!. -exclamó. - Es el que siempre llevo, me gusta mucho.

Sabo - Y a mi... -susurró.

La pequeña sonrió feliz por aquello y Sabo bajó su mirada al libro sintiéndose nervioso.

Sabo - ¿Anoche no dormiste bien...?

(Tn) - Me quedé hasta tarde leyendo.

Sabo - ¿Qué leías?.

(Tn) - Encontré en la biblioteca una sección de libros de amor. -dijo con una sonrisa sorprendiendo al pequeño. - Estaba leyendo uno muy bonito.

Sabo - ¿De amor?. -cuestionó. - ¿De qué trataba?.

En Mi Oscuridad (Sabo Y Tú) [EN LÍNEA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora