Hermanos musicales XI

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Marco

Había intentado de todo, pero Irene seguía ignorándome. La verdad es que no la culpaba, en verdad fue culpa mía. Quería intentar matar dos pájaros de un tiro, pero el truco me salió mal. Lo único que había conseguido fue perder a mi novia, y que la otra se fijara en otro. No le había puesto los cuernos, simplemente le dije que me gustaba otra, pero ella se enfadó muchísimo conmigo. Tal vez no debí terminarla. Pero ya no la amaba, ¿Para qué seguir engañándonos? Nunca la amé. 

Lo bueno es que ella no me ignoraba, no me miraba con pena, me miraba como su mejor amigo. Aunque yo siempre la miré de una manera distinta, no iba a forzarla. Si la había intentado separar de él, había sido por miedo a que le hiciera daño, no por celos.

-¡Marcoooo!- Dijo ella lanzándose a mis brazos para darme un abrazo.

Le devolví el abrazo entre risas.

-Hola a ti también, enana.

-¡Cómo que enana! Es que tú eres una farola.- Fingió ofenderse.

Estábamos Athena, Violett, Tiago, Dani, Tyler y yo.

-Athe, tú eres la enana aquí.-Me defendió Dani dándole palmaditas en la cabeza.

Cómo sabía que iba a protestar, yo intervine.

-¿Sabes qué? Vamos al cine a ver una película en tu honor.

Me miró confundida, pero le puse un dedo en los labios para que se callara.

A los diez minutos andando ya la tenía subida en mi espalda. 

-Vaga.

-No soy vaga, es que tengo sueño.

-Ya, claro.

Nos reímos y cuando miré a Tiago, me estaba fulminando con la mirada. Como no empezara a intentar llevarnos bien, sospechaba que me mataría mientras dormíamos. Habíamos decidido ir este fin de semana a la casa del lago de Tyler. Iríamos unos cuantos. Athena, Tiago, Violett, Dani, Tyler, Erick, Irene, Adrian y yo. Podríamos ir en dos coches, pero Athena y Tiago decidieron ir en sus propias motos. Irene, Adrian y Erick venían juntos. Habíamos quedado en el cine, veríamos una película, y nos iríamos a la casa del lago privada que tenía Tyler.

Cuando llegamos, Athena pareció ofenderse mucho. Yo me reí de ella.

-¡¿Cómo que Los Minions?!

Irene se unió para quejarse, al igual que Adrian.

-Que fuerte.- Dijo Irene.

-Como nos insultáis.-Siguió Adrian.

-¡Yo os pondré la película Fall! Jodeos, farolas.-Dijo Athena esta vez.

Nos reímos y luego empezó a reinar el silencio. Había empezado la película.

Athena

Él y yo nos montamos cada uno en su moto. Habían dos horas de camino e íbamos los primeros. Los otros dos coches ya se sabían el camino, así que si íbamos a más de doscientos por la autovía no pasaría nada, porque ellos irían con calma. Lo bueno era que no habían radares o mucha gente, por lo que podíamos ir a bastante velocidad sin problemas. 

Una Sola MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora