Astróloga XII

4 3 0
                                    

Athena 

Habíamos llegado hacía diez minutos y ya me estaba poniendo de los nervios.

-¡A ver! ¡Callaos de una puta vez y escuchadme!- Vociferó Dani.

-¡No! Yo no voy a dormir con este cabrón.- Se quejó Violett señalando a Erick.

-Vale, pero cállate.- Le pidió más amablemente.

-¡Oye!- Se quejó Erick.

-¡QUE TE CALLES!- Le gritó Dani.

-Vale, vale. Qué carácter.

Después de unos segundos todos se fueron callando.

-Vale, vamos a ver. Os explico para los que no hayáis estado. Somos nueve, y hay cuatro habitaciones. Si no habéis suspendido matemáticas en primaria, -miré a Marco y cuando él me vio me sacó el dedo corazón. Sonreí- los cálculos os darán que hay que hacer tres parejas y un trío. Os pido por favor a todos los mal pensados que no mal penséis con la palabra trío. Va por ti, Erick.

-¡Oye! Que yo no mal pienso tanto.- Se ofendió el aludido.

-Ajá, y yo tengo alas, ¡Mira cómo vuelo!- Respondió Tyler haciendo como si volara.

Dani se apretó el puente de la nariz, suspiró y cerró los ojos. Luego, miró al cielo y juntó sus dos palmas.

-Dios, dame paciencia, porque si me das fuerza, me los cargo. Te lo ruego.

-Que sí que sí, menos rogar y más contar.- Se volvió a quejar Violett.

-¡Ala! ¡Eso rima!- Dijo Erick sonriendo como un niño.

-Pero, ¿Tú qué te fumas?- Saltó Tiago.

Y empezaron todos a hablar a la vez. Sí, otra vez.

Dani parecía querer matarlos a todos, así que intenté ayudarlo.

-¡Ey! Yo nunca he venido. Me gustaría enterarme.

Tiago, Violett, Irene y Marco fueron los primeros en callarse. Dani me miró como si fuera a hacerme una estatua en agradecimiento.

-Bueno, como iba diciendo. No estamos en el colegio, así que vais a elegir vosotros solitos vuestras parejas. ¿Podréis realizar una tarea con tal magnitud? Igual morís en el intento.- Ironizó.

Sin decir nada, la gente fue moviéndose a un lado u otro. Marco se acercó a Adrian, Tiago y Tyler a Dani, Erick a Irene -eso me pareció un poco raro- y Violett se acercó a mí.

-Bueno, ya que tenemos los grupitos de excursión, id a vuestras habitaciones. 

-¡Qué difícil tarea, jefe Daniel Ruiz! Moriremos en el intento.- Exageró Tyler llevándose una mano al corazón.

-¡Qué graciosete! Anda, tira para allá.

Tyler le hizo un saludo militar acompañado por un "sí, señor". Violett lo imitó y Erick no pudo resistirse. Sabía que Tiago tampoco podía aguantarse, pero como lo hiciera, acabaría sepultado bajo tierra.

Cuando llegué a la habitación me quedé boquiabierta.

-Todos los años elijo esta habitación, no te importa ¿No?

-Qué va, ¡Si es preciosa!

Tenía dos camas con sábanas blancas separadas por una mesita donde habían dos lámparas, el mando de la luz, que permitía poner varios colores, dos botellas de agua, paquetes de servilletas  y un insecticida. Por otro lado, las dos camas eran grandes y cuando me senté en la que no había ocupado mi amiga, me dieron ganas de dormir -Como siempre- . Había un armario al lado de cada cama, eran blancos y de madera. Una gran ventana se lucía detrás de la mesilla. Me imaginé ver un atardecer en uno de los columpios que se podían ver en el jardín.

Una Sola MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora