Ofir resistió la improvisada operación que Ian le hizo. Llegamos a el campamento ya de noche.
Estaba tan agotada que lo único que quería hacer era dormir. Pero por otro lado estaba Ofir. Aún no había reaccionado y me encontraba muy preocupada por su estado.
Los muchachos lo acomodaron en una de las pocas tiendas que nos quedaban. Le colocaron suero vía intravenosa y medicamentos para el dolor.
Yo me la pasaba rogando para que el resistiera. Si sobrevivía esa noche lo mas posible era que se salvará.
La tienda se limitaba a cuatro telas colocadas de manera horizontal. Ofir estaba en el suelo, y me preocupaba que en su estado el frío de la noche le hiciera daño.
—Hay que limpiarlo y cambiarlo de ropa —comentó Ian secándose el sudor—. Voy a traer ropa limpia; ve desnudándolo y limpiándolo.
—¡Yo! —exclame hacia Ian.
No iba a desnudarlo ni a cambiarlo. No me sentía cómoda con esa situación.
—¿Porqué no lo haces tú?
—Que tiene de raro. Solo debes quitarle la ropa y ya —se encogió de hombros, como si eso fuera lo más normal del mundo—. No le veo nada de malo a eso.
—Pues es que yo... yo nunca…
—Has visto a un hombre desnudo —me interrumpió Ian.
Al instante sentí que los colores se me fueron del rostro. Ian empezó a reírse a la vez que yo sentía ganas de estrangularlo.
—Esta bien, yo lo haré. Además si cuando Ofir se despierta le digo que tu lo viste desnudo se va a morir de vergüenza. Será más cómodo para todos si yo lo hago.
—Gracias —contesté de inmediato—. Lo que si haré es quedarme con el toda la noche por si necesita algo o si despierta. Voy a cenar y vuelvo enseguida.
Cada día éramos más pocos. La comida fue realmente escasa; al menos para nosotros ya que Lena y el hijo de Reu tenían prioridad. Ellos comían todo lo que querían.
La barriguita a Lena ya se le notaba y a me gustaba ver como Jerjes la consentía y la mimaba todo el tiempo. La amaba demasiado y sabía que mi hermana no quería admitirlo pero en el fondo ella también lo quería.
No como amaba a Ian, pero sentía algo muy especial por Jerjes.
Lena estaba cerca de mi, comiendo a gusto. Me acordé de Azur y sus famosas pastillas. Y si Jerjes…
—Lena ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Si la que quieras.
—¿Cómo sucedió lo tuyo con Jerjes?
—Bueno, la verdad lo nuestro fue rápido.
—Cuéntamelo —le pedí—, quiero saberlo.
Esperaba que ella no notará la angustia en mi voz.
—Todo paso una noche en la cual me pelee con Ian. Me fui sola a la casa y Jerjes iba en su auto —Lena tomo un sorbo de agua antes de continuar—, el me recogió y me llevo a casa. Hablamos por un largo rato y el hacia unos chistes muy graciosos. Antes de bajarme de su auto nos besamos… y a mi me gustó.
—¿Cómo no me di cuenta de que Jerjes te llevo a la casa?
—Me bajé una cuadra antes porque sabía que estarías como un búho dando vueltas por la sala. Y después de esa noche nos vimos muchas más. Y siempre nuestros encuentros terminaban con una buena sección de besos calientes…
ESTÁS LEYENDO
Trilogía mañana 1 (INVASIÓN)
Science FictionIsi es una chica con una vida normal. Pero todo esto cambia tras la guerra ocasionada por una invasión extraterrestre. En medio del caos producido por la inminente guerra entre humanos y Jupiterianos, Isi intentará reencontrarse con su familia y man...