—Hola —me saludó Ofir entrando a la tienda—.Vi a Cebrián y a su padre salir de aquí, ¿Qué querían?
Dude por un momento que contestarle. Debía ser muy prudente con lo que le decía. Note que traía una pequeña cajilla de color rojo en las manos.
—Vinieron a preguntarme si aun quería trabajar con la primera dama —mentí.
Me sentí mal de hacerlo, sobretodo con el que se había portado tan incondicional conmigo.
Sin embargo aún no era el momento de contarle la verdad.
—Viajaremos al centro de Rick Vaill, al Castillo, la señora esta allí.
—Si lo se. Nosotros también viajaremos, allí recibiremos entrenamiento, además en ese lugar está el centro de mando —la mirada de Ofir bajo a sus manos.
—¿Qué traes allí? —cuestione intentando cambiar de tema—. No descansaste mucho o si.
—Solo un poquito y aquí te traigo algo —susurro y sus mejillas se tiñeron de un color rojizo—. Espero que te guste.
—¿Qué es? —interrogué alcanzando la cajita.
Me sentí tan emocionada de destapar un regalo. Quite la tapa y vi tres chocolates dorados. Permanecían con su envoltura de fábrica. En medio de ellos había una nota. Era una carta escrita en un papel de color azul. Me encantaban los chocolates y las cartas me parecían tan románticas.
—¡Chocolates! —exclame en tono alegre—. ¿En dónde los conseguiste?
—Fue difícil, pero sabía que te gustaban. Lo supe desde aquel día en la cloaca —añadió con timidez—, cuando te envíe una barra de chocolate con Azur.
—¿Fuiste tú?
—Si, yo había conseguido esa barra y la tenía guardada —me contó Ofir—. Como vi que ese día no comiste nada decidí dártela. Si no que sentía vergüenza de mi mismo y decidí mandártela con Azur.
—¡El muy idiota no dijo nada! —replique—. Y yo creyendo que había sido un regalo suyo.
—El jamás compartía nada —agregó Ofir—. Pero no hablemos más de él; no quiero que se te dañe el día.
Hablar de Azur me causaba úlcera. El era un mal recuerdo que quería dejar en el olvido.
—Tienes razón, ¿Y esto? —pregunté alzando la nota.
—Quise hacerte un regalo… —Ofir dudo por un momento—. Y lo de la carta es porque quiero decirte algo, y busque una manera diferente de hacerlo. Léela por favor, se que puede que este no sea el momento pero no puedo esperar más.
—Esta bien —añadí emocionada—. ¿Quieres que la lea en voz alta?
—No por favor —rechazo de inmediato Ofir echándose a reír—. Me da pena, léela mentalmente. Espero no parecerte demasiado cursi y tonto, y todas esas cosas que a veces a las mujeres no les gusta.
Abrí la hoja y comencé a leer. Ofir tenía la letra un poco fea, o a decir verdad era espantosa. Pero lo importante era el contenido.
“No soy tan valiente,
como para ocultar lo que me haces sentir;tu sonrisa es un aliciente para mi,
y tus ojos me hablan de un futuro feliz.
Eres lo mejor que tengo,
y lo único por lo que vivo.Ruego a Dios que siempre estés conmigo, para ver esos ojos,
tan dulces y cálidos,
hasta el final de mis días.
Infinito y eterno amor,
viven en mi desde que te vi.
Amanecer sin ti no vale nada,
anochecer contigo lo es todo.
La aurora del horizonte carece de variedad sin tu presencia;
la mañana sin ti es sólo oscuridad,
oscuridad perpleja que me golpea inclemente ante tu rechazo,
no te has dado cuenta aun de lo tanto que te amo.
Sin embargo voy a esperarte;
cuando se ama de verdad, el tiempo no existe
sólo tu, en mi mente y en mi alma.
Voy a preguntarte algo, aunque peque de insolente:
¿Quieres ser mi novia?
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Trilogía mañana 1 (INVASIÓN)
Science FictionIsi es una chica con una vida normal. Pero todo esto cambia tras la guerra ocasionada por una invasión extraterrestre. En medio del caos producido por la inminente guerra entre humanos y Jupiterianos, Isi intentará reencontrarse con su familia y man...