CAPÍTULO 25

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—Ofir ya despertó —le dije a Jordán apenas llegue a su lado—. Con ayuda de alguien podrá caminar y rápidamente llegaremos a Rick Vaill.

—Me alegra que Ofir se haya despertado. ¿Te pasa algo? —preguntó mi hermano enarcando una ceja—. ¿Porqué ese tono de voz?

Jordán debió de ser adivino en vez de soldado. Parecía una bruja con uniforme.

—No tengo nada es sólo que me preocupa Ofir. Estamos en un sitio muy peligroso y el aún está muy débil —añadí haciéndome la desentendida—. Quiero que hoy lleguemos todos a Rick Vaill.

—Y así será, pero ¿Qué te dijo el niño bonito cuando se despertó? —cuestiono mi hermano pasándome uno de sus mapas—. ¿Acaso se te declaró?

Lo dicho era una bruja infiltrada en el ejército.

—Claro que… no. No digas tonterías, y lo mejor será que nos pongamos en marcha no hay que perder ni un sólo segundo.

Mi hermano en vez de un soldado parecía un Psíquico. Tenía una capacidad increíble para intuir cosas que no le importaban.

—Como quieras, ¿Tú llevaras a Ofir? —investigó Jordán con su sonrisa burlona—. El chico se sentirá muy cómodo contigo a su lado.

—No lo haré; no tengo fuerza suficiente para sostenerlo —conteste.

Eso era cierto, no era una excusa inventada.

—Yo creo que Ian lo hará. De todos modos estaré cerca por si se le ofrece algo.

***

Decidí caminar en silencio. Sin embargo podía sentir la mirada de Ofir en mi espalda.  Supongo que el se merecía una explicación. Había arriesgado su vida por mi y lo menos que podía hacer era explicarle porque no podía corresponder a sus sentimientos.

No podía pero si quería.

Y mucho.

Iba tan ensimismada en mis pensamientos que no escuche el primer disparo. Pero luego el sonido de más disparos hicieron que todos nos pusiéramos alertas. Eran en una parte alejada.

Nuestra llegada coincidía con la del vicepresidente LatHot. Ese ataque debía ser para ellos.

—¡Todos busquen un refugio y escóndanse! —grito mi hermano haciéndose a un lado—. ¡rápido!

Junto con Ian y Ofir nos escondimos detrás de una gran roca. Debíamos ser muy precavidos; teníamos una gran ventaja y era que las Sloper estaban detrás del vicepresidente y no de nosotros. Así que por hoy no éramos su objetivo.

—¿Falta mucho? —pregunto Ofir haciendo un gesto de dolor.

Tenía su mano alrededor de su herida. Se estaba esforzando mucho y eso podía ser perjudicial para su salud.

—Como 2 kilómetros —contesté acercándome a él.

Había revisado los mapas y Jordán me hizo aprender varias rutas por si llegaba a perderme durante un ataque.

—Déjame revisar tú herida.

—Estoy bien… no te preocupes, sólo me duele un poco —respondió pero su cara decía todo lo contrario—. Además no quiero retrasarlos.

—No importa voy a revisarte…

—¡Silencio! creo que viene alguien —intervino Ian llamando la atención de los dos—. Es del lado del ataque. Voy a ver que pasa quédense aquí.

Ofir respiro de manera pesada. Su dolor iba en aumento. Podía sentirlo por la forma en la que su expresión se desfiguraba.

—¿Te duele mucho? —investigue mientras quitaba la mano de Ofir de su herida.

Trilogía mañana 1 (INVASIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora