HOLA A TODO EL MUNDO, ESTE ES EL CAPITULO 2 QUE NARRA LA HISTORIA DEL ELEGIDO DE KHORNE HAIMON, ESPERO QUE ESTE CAPÍTULO OS LLENE DE IRA, SED DE SANGRE Y GANAS DE ALABAR AL PODEROSO KHORNE. ¡SANGRE PARA EL DIOS DE LA SANGRE Y CRANEOS PARA EL TRONO DE CRANEOS!
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Han pasado dos semanas desde que Haimon llegó a lo que era actualmente su nuevo "hogar" y lo que, en sus palabras, era un infierno.
Su nuevo señor, del que pudo saber su nombre, Skarbrand, decidió "entrenarlo". Diciéndolo de una manera simple, mandó a sus soldados a que lo mataran y él tenía que sobrevivir peleando.
En varias ocasiones estuvo a punto de morir, pero siempre se detenían cuando estaban por dar el golpe final. Por suerte sus heridas se curaban bastante rápido, pero el dolor aún perduraba.
A pesar de estar en constante dolor, Haimon podía notar su fuerza aumentar. No sabía cómo explicarlo, simplemente lo sentía.
Aunque entre todo lo malo había sus cosas buenas, no le faltaba comida, pues cada día recibía raciones de comida junto a los demás guerreros humanos y tenía un sitio donde dormir. A pesar de que no necesitaba comer ni dormir le gustaba, le hacía sentirse más humano, algo que ya no era.
Aunque entre todas las cosas, lo más importante en este lugar era el equipamiento para luchar.
Tenía una armadura ligera roja, que dejaba libre sus hombros y espalda de las que crecían pinchos, con el símbolo del dios Khorne, que era el dios que descubrió que adoraban, en el pecho, antebrazos y rodillas y dos hachas, una para cada mano.
Hoy era un nuevo día, Haimon se encontraba en un pozo de pelea, y a pesar de ser por la mañana, ya estaba siendo atacado por una decena de guerreros.
El chico ya estaba preparado y se lanzó de forma descontrolada contra los guerreros, a pesar de ser diez contra uno el niño pudo vencerles con no muchas dificultades. No tenía que preocuparse por mutilarlos, siempre regresarían curados y con sus extremidades recuperadas.
Los siguientes en bajar al pozo fueron esta vez dos docenas de guerreros, pero entre ellos había un desangrador, un demonio.
El gran número de guerreros humanos consiguió herir bastante a Haimon, pero aún así terminaron perdiendo contra él. El problema para el chico fue cuando el desangrador se unió a la batalla. El demonio, a diferencia de los humanos, no es tan frágil y tiene una capacidad de recuperación igual que la suya.
El demonio consiguió arrancarle un brazo a Haimon e inutilizar (romper) sus piernas, el demonio parecía que iba a ganar pero en un arranque de furia el chico le lanzó su hacha que le quedaba a la cabeza, logrando atravesarla y consiguiendo vencer al demonio.
Haimon tuvo tiempo para que se curarán sus piernas, pero su brazo apenas había comenzado a regenerarse cuando bajó su siguiente enemigo. Un enorme minotauro saltó en el foso, su rostro lleno de ira miraba fija y únicamente a Haimon.
El minotauro cargó iracundo en contra de Haimon. El chico se levantó del suelo y se apartó de la carga del minotauro, este detuvo su carga y empezó a mover salvajemente sus brazos en el aire tratando de cortar al pequeño chico con sus hachas.
Haimon sólo podía esquivar al robusto minotauro, los continuos ataques de este no le dejaban atacar. En un momento que pareció tener una oportunidad el chico atacó el torso del minotauro, pero este le había tendido una trampa dejando un falso hueco en su ataque y terminó cortándole su brazo faltante.
El minotauro soltó sus hachas y, con una mano, agarró las piernas de Haimon. Lo alzó en el aire y lo estrelló contra el suelo una y otra vez. Luego de estrellarlo una última vez, lo agarró del cuello contra el suelo y empezó a golpear su rostro frenéticamente.
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El guardián de la mazmorra
FantasiaDesperté en un lugar completamente oscuro, carente de luz en absoluto, no podía ver nada y ahora que lo notaba, tampoco podía sentir nada, ni mis brazos, ni mis piernas, nada, solo podía esperar a que pasara algo y así fue, de entre toda la oscurida...