HOLA A TODO EL MUNDO Y BIENVENIDOS DE VUELTA A ESTA HISTORIA, ESPERO QUE OS GUSTE, OS ENTRETENGA Y OS HAGA REIR, YA SIN MAS QUE DECIR, QUE COMIENZE EL CAPITULO.
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Habían pasado varias horas desde que Talia y yo nos unimos al gremio y para mi sorpresa ya nos habían pedido para una misión. El contratista que nos pidió parecía ser un mercader, ¿cómo lo se?, su ropa lo delataba. La misión se podría decir que era fácil, teníamos que acabar con un campamento de goblins en una cueva al este, nos dieron un mapa con la ubicación exacta del lugar, no sabía por pero tenía una sensación extraña sobre esta misión.
No tardamos en dirigirnos hacia la ubicación marcada. Por el camino nos encontramos con una manada de lobos salvajes, no fueron un problema muy grande y pronto todos los lobos terminaron muertos.
Seguimos el camino hasta que llegamos a la ubicación, la cueva se encontraba es un bosque, cerca de un camino de tierra que dirigía directo al pueblo, estaba escondida tras varios matorrales y lianas que dificultaban verla. Hasta ahí todo bien, pero ocurría algo extraño, fuera de la cueva había un carromato con una rueda rota, habían huellas en el suelo y manchas de sangre en algunas partes.
Esto me dio mala espina y entre rápido a la cueva, Talía me siguió sin preguntar, habiendo llegado al mismo pensamiento que yo.
Al entrar a la cueva vimos más manchas de sangre en el suelo y paredes, también habían varios huesos ensangrentados y algunas calaveras, algunas humanas y otras de animales.
Caminamos con precaución por la cueva teniendo cuidado de no ser sorprendidos. Caminamos hasta llegar a un cruce en la cueva, al girar por el cruce vi algo que... bueno, no sabía que sentir.
Allí, en una sala oscura, habían un grupo de 10 goblins abusando de dos mujeres, estás estaban desnudas con algunas heridas en sus brazos y piernas, tenían signos de haber llorado, tenían sus ojos cristalinos y de sus bocas salía un líquido blanco, creo que ya se sabe que era.
GOBLIN
(NOTA, MIDEN 50 CENTÍMETROS)
Los goblins dejaron lo que estaban haciendo y nos miraron fijamente, sus ojos rojos brillaban en la oscuridad, algunos se bajaron de las mujeres y se prepararon por si había que atacar.
Yo acerqué mi mano a donde está el mango del mandoble pero detuve mi acción al escuchar un susurro familiar.
Susurro: Únete... siente el placer... hazlas gemir... que griten tu nombre
De vuelta un escalofrío recorrió por mi espalda, sentía que debía obedecer lo que me decía, que dejara que mis instintos hicieran de las suyas y les diera duro contra el muro, pero me vino a la mente la imagen de Talia. No se porque pero al pensar en ella mi mente dejo de lado todo lo demás.
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El guardián de la mazmorra
FantasyDesperté en un lugar completamente oscuro, carente de luz en absoluto, no podía ver nada y ahora que lo notaba, tampoco podía sentir nada, ni mis brazos, ni mis piernas, nada, solo podía esperar a que pasara algo y así fue, de entre toda la oscurida...