Las locas historias de amor de una joven que lucha con su propia mente, a la que le teme, donde a veces se pierde por pequeños detalles hundiéndose en un gigantesco pozo y cree que no volverá a ver la luz de la realidad. Busca el camino de vuelta a...
Es una pena cuando todo acaba antes de comenzar. "Quizá sea lo mejor", es el consuelo que me dan. Pero contigo entendí por primera vez la frase de: saber que vas a chocar y acelerar, y me gustaba pero supongo que esa inexperiencia al volante accidentó mortalmente mi intento de un futuro a tu lado. Por no saber ni comportarme, ni hablar, respirar, olvidar toda mis actividades motrices y cognitivas cuando compartíamos habitación, se rozaban nuestras pieles, cuando tus ojos se quedaban fijos en los míos y me esbozabas una sonrisa. Cuando me comías a abrazos, llenabas mi mente de segundas intenciones con los gestos de tu cara al bailar juntas y me colmabas de más piropos de los que podría aceptar. Tal vez haya sido mejor no empezar nada, tendré menos recuerdos para en lágrimas descongelar, pero preferiría ser capaz de llenar con ellas el océano si eso significara haber sido, por un instante: tú y yo, como en el noventa por ciento de mi vida onírica y musical desde que te hallé. Espero que no haber sucedido me ayude a olvidarte más pronto que tarde y perderte en las letras de canciones, porque no vivo ya encontrándote en todo, ahora que abandoné tu búsqueda. Y es que no me explico lo que siento, ni cómo dejar de hacerlo. ¿Cómo deshacerme de algo que no viví? ¿Cómo hago el duelo de una historia inexistente? ¿A qué me aferro? ¿Por qué si somos polos opuestos que no estábamos destinadas a ser ni por un día, el corazón me jugó esta mala pasada? Debo estar pagando algún karma porque sentirme atada a ti es mi tortura constante, a la que amo y odio a partes iguales, llorarte como si hubiera pasado a tu lado los mejores años de mi vida cuando solo fuiste deseos, ganas, sueños y aquello que veo cada vez que cierro los ojos, solo tiene esa explicación. ¿Por qué debo sufrirte si fuiste apenas mi anhelo? No lo sabía pero serías solamente la cara que creía que tenía mi felicidad, porque la vida me quitó la razón. ¿Será que estamos tan dañados que lo imaginario nos duele más que lo vivido porque no hemos tenido tiempo de destrozarlo? Mmm... Va a ser que Walt Disney con su Cenicienta sí nos afectó..., al menos a mi corazón idiota que viste a cualquiera de su princesa encantada. Ojalá hubieras sido tú...
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