Las locas historias de amor de una joven que lucha con su propia mente, a la que le teme, donde a veces se pierde por pequeños detalles hundiéndose en un gigantesco pozo y cree que no volverá a ver la luz de la realidad. Busca el camino de vuelta a...
Fui mi propia trampa creándonos un cuento perfecto. No voy con tu vida de alfombras rojas, yo te conocí en medio de la oscuridad dando saltos y brindando constantemente. Soy la parte de ti más pequeña y oculta, de la que te avergüenzas o por cobardía no eres capaz de vivir a tiempo completo por muy feliz que te haga. Con cualquiera diría que sí, pero contigo ese espacio no me basta. Te conocí y juré ir a tumba abierta, dejar y apostar todo, pero en esto del amor es en lo único que no somos similares. Me gustas sin la pose estirada ni el comportamiento perfecto por hermosa que sea esa imagen, me atrapas con las risas furtivas que no sabemos detener y los sorpresivos acercamientos físicos con tu cava en mano escuchándome cantar en italiano. Cuando parece que nadie te está viendo, ahí te vi yo. Cuando nada te importa y eres tú y te tengo, así me gustas pero a veces en la vida no se puede elegir abandonar responsabilidades porque muchos años antes ya se tomaron grandes decisiones que lo impiden. Yo no me interpondré en tu camino pero seguiré el mío sin dejar de guardar esos planes perfectos para nosotras, los viviré porque tú y yo, son dos palabras que no irán juntas a ningún buen puerto al menos para mi desbocado corazón. Continúa con tu semblante rígido y sé la mejor en todo pero, sigue perdiendo la cabeza y los manerismos bailando Raffaella Carrà y cantando aún sin saber, sé feliz aunque sea a ratos, como si nadie estuviese mirando y yo todavía estuviera ahí.
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