Cuidado con lo que deseas

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(Donna y Cayetana)

Desde tu traje de pantalón negro hasta tu seria pero elegante forma de hablar, eres justo lo que sabía era: mi mujer perfecta. Demasiado tarde me di de bruces con la realidad de que haberte encontrado era un arma de doble filo, te acababa de dar el poder absoluto sobre mí y eso poco tardaste en demostrarlo cuando en una absurda discusión que llevaba ganada, aún sin argumentos ni la razón me dejaste como una niña en pañales frente a ti, temblando por miedo a perderte y rogando perdón. ¿Qué diablos había pasado? ¿Qué me hiciste? ¿En qué me conviertes? Es una situación que había leído en varias novelas y puedo jurar que no es tan excitante vivirlo como leerlo. En la vida real sólo soy capaz de enloquecer ante un sentimiento desconocido que no sé afrontar, dudo si seré capaz de soportarlo por mucho tiempo y es que somos imperfectas, completamente opuestas y con una personalidad muy fuerte que choca continuamente. ¿Me quedo? ¿Me voy? Me pide la cabeza que me aleje pero no consigo apartarme de ti, vivimos en un ciclo continuo de temor a perdernos, fingir que no nos importa pero buscarnos a escondidas. Eres todo lo que siempre deseé y ahora que te tengo, te temo. Apenas sé algo de tu vida, eres una incógnita, un misterio que normalmente hubiera querido revelar pero algo me dice que no lo haga, de alguna forma esa oscuridad me ata, es un vacío al que me lanzo, temblando en el borde del abismo lo observo inquieta, pero quiero hacerlo. Sé que me puedes hacer trizas y te lo estoy permitiendo, no tengo control para evitarlo, me excita esa peligrosidad, quiero verla de cerca arder en tus ojos. Aunque me a veces me quemas y se llena de llagas mi piel, he seguido ahí porque un imán me retiene, el mismo que me aleja. Y es que creíste desde el inicio que sería otra de tus jóvenes conquistas pero nunca he acatado las reglas y jamás estaré dispuesta a hacerlo por mucho que lo sigas intentando. Me cansé de ser un escarceo a escondidas y me voy ahora, no te aguanto, eres una imbécil y una soberbia que piensa tener el mundo a sus pies solo porque nosotras te lo hicimos creer. Y soy consciente de que no tardaré demasiado en volver a sentirte. Porque vas a ir a buscarme, por mucho que te hayas querido autoconvencer: no he sido un capricho más y estaré encantada de demostrártelo, con todo el rencor y el odio que me provocas, haciendo estallar juntas las paredes de tu habitación nuevamente. ¿Cómo puedo amarte y detestarte en la misma medida? Y más importante, ¿cómo dejo de hacerlo? No creo que sea lo más correcto quererte matar con la misma fuerza con la que ansío robarte un gemido dentro de un beso.

 ¿Cómo puedo amarte y detestarte en la misma medida? Y más importante, ¿cómo dejo de hacerlo? No creo que sea lo más correcto quererte matar con la misma fuerza con la que ansío robarte un gemido dentro de un beso

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Todas Las Mujeres De Donna II | En Proceso | Temática LésbicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora