Capítulo 23

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Camino a casa de Hunter, para hablar, aún no sé si es tarde para solucionar todo. Emma tenía razón de fastidiarme por mi conducta, fui una completa idiota. Han transcurrido dos días desde que nos encontramos en el club, vine muchas veces a tocar su puerta y nadie salió, ya que la llave que él me había dado la tiré cuando descubrí todo lo que me ocultaba.

Toco la puerta impaciente y nerviosa, porque no sé como seré recibida, la puerta se abre.

Aparece mi chico desaliñado con un rastrojo de barba, ojeras muy marcadas. No lleva camisa, sólo lleva puesto un short que cuelga de su cintura.

—Hola.

Es lo único que puedo decir.

—Hola, preciosa—contesta.

Su voz suena abatida, pero sus ojos aún brillan al verme.

—¿Podemos hablar?

—Sí adelante— dice apartando un mechón de su cabello.

No termino de llegar a sentarme cuando me lanzo a sus brazos; él se sorprende, pero me devuelve el abrazo, nos quedamos callados respirando el olor del otro, siento como mi cuerpo se carga con su energía masculina que posee, luego empiezo a llorar.

—Perdóname por ser tan injusta contigo, pude sentir tu dolor cuando me contaste acerca de tu pasado, abriste tu corazón mostrando el dolor de tu infancia. Aun así te deje ir. Mi corazón me dijo que te detuviera, pero mi ego pudo más y no te detuve para abrazarte como era lo correcto. Me doy cuenta que realmente soy yo la que no supera su pasado con Henry. Me convencí por muchos años que cualquier hombre mentiría como él, y terminaría abandonada nuevamente. Mis cicatrices aún están abiertas, es difícil aceptarlo, pero con todo esto lo pude ver.

Me siento completamente desahogada del dolor que he cargado estos años.

—Preciosa, no te puedo negar que cuando salí y no me detuviste mi mundo se paralizó.  Los días pasaron y no salía de ese trance. El pasado regresó nuevamente a mi mente y volvió aquel pequeño niño inseguro. Debo superar esa parte que habita en lo más profundo de mi ser—me responde acariciando mi cabello—. No tengo nada que perdonarte, debí ser más sincero. Siempre me dejaste en claro que no te gustaban las mentiras, debí deducir que esto pasaría. Pero de sólo pensar en que te perdería me hizo ocultártelo. Cuando no me llamaste pensé lo peor, cuando te vi con ese tipo mi paciencia colapsó, quería golpearlo por atreverse a tocarte. No actúo de esa forma, créeme. No me gustaría maltratar a nadie, sé, en carne propia,  lo que se siente—finaliza apartándome para ver mis ojos.

—¿Te han dicho que tienes unos preciosos ojos grises?

—Me lo dijo la chica que he amado por muchos años.

Puedo notar en su tatuaje del pectoral izquierdo que le ha agregado otro cisne, los dos están junto al lago.

—¿Le agregaste otro cisne? Es hermoso—digo tocando su piel.

—¿Recuerdas que me lo hice por alguien especial?

—Si ¿quién?

Como olvidar el día que me levante por primera vez en su cama.

—Tú.

—¿No comprendo? —respondo algo confundida.

—Recuerdas cuando me contaste la historia del patito feo.

—Si

— Resulta que ese patito se convierte en un hermoso cisne. Averigüé que el cisne es uno de los animales que elige una sola pareja para toda la vida hasta el día que fallece. Incluso a pesar de migrar y distanciarse. Pasa el tiempo y vuelven a encontrarse sin que aparezca otro cisne entre ellos, si uno de los dos se ausenta, el otro cuidaría de las crías. Es por eso que deseo un amor bonito, un amor como los cisnes: único, cariñoso, leal y fiel. Soy un cisne, eres la pareja que amaré por el resto de mi vida, así te alejes de mí. 

Pasé muchos años alejado de ti, pero nunca te olvidé, esté tatuaje, representa mi amor hacia ti "Amor cisne".

Me lanzo y lo beso, me responde con suavidad, siento como acaricia mi boca y me hace sentir la mujer más querida. Su beso es como droga, sus manos acarician mi cabello. Hunter es mi pareja predestinada, quiero estar con él y tener ese amor cisne.

—Preciosa, cuanto deseaba saborearte nuevamente—dice apartando su boca para susurrar esas palabras—, eres mi combustible.

Me da risa que tenga que decir algo relacionado con su obsesión por los coches.

—Te extrañamos—confieso—Sam, quería verte, se puso inquieto.

—También los extrañe, incluso no olvidé comprar al campeón otros autos para su colección.

—Cuando pueda conducir asumirás la responsabilidad de comprarle un auto—respondo.

—No lo dudes, incluso puede elegir—ríe.

—Ni se te ocurra malcriarlo.

—Vale, pero será como un hijo para mí.


—Gracias, Hermoso, por amarnos—digo, limpiándome una lágrima de felicidad —. Te amo Hunter y eres mi Amor cisne.


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¡Saludos!

Este capítulo fue mi favorito, llore de la emoción. 

Mi  Vecino Me Enloquece ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora