Epílogo

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Estoy sentada en el césped del parque donde Hunter me invitó por primera vez para nuestro día de pícnic. Han pasado siete años desde esa vez. El abuelo de Sam murió hace cinco años,  compartió con su nieto muchos momentos felices, duró más años de los que le calcularon los médicos. Henry agarró lo que le tocó de su herencia y no volví a saber nada de él. Pensé que pelearíamos porque la parte del dinero que heredó mi hijo Sam fue , al final, mucho mayor que la de él, no lo hizo, hasta cierto punto agradezco que me ahorrara esa situación. Nos mudamos a otro vecindario cuando nació nuestro segundo hijo llamado Salomón. Tenía miedo por como reaccionaría Sam por su nuevo hermano, pero Hunter lo hizo sentirse a gusto como hermano mayor. Pensé que Hunter preferiría más a Salomón porque era su verdadero hijo, sin embargo, fue lo opuesto, una semana antes de mi parto programado, presentó a Sam como su hijo. Fue un día muy especial para mí, es mucho más de lo que imaginé. Hunter se comportó como un buen padre y esposo, siempre queriendo cumplir los caprichos de los niños. Su familia nos acogió desde el primer instante, los gemelos se volvieron los mejores amigos de Sam.

—Madre—dice Sam sentándose a mi lado, acariciando mi vientre hinchado por el embarazo de las gemelas. Es un niño muy alto, tiene diez años y es amante a los autos tanto como su padre.

—¿Qué sucede? —digo abrazándolo mientras veo a Hunter y a Salomón jugando a la pelota.

—Ya me cansé de jugar, Salomón no se cansa con facilidad. Papá dice que quiere superarme.

— Sabes que tu hermano es competitivo, eres su hermano mayor, debes orientarlo—contesto oliendo su cabello castaño.

—Mamá no soy un bebé.

—Siempre serás mi bebé, nunca lo olvides.

—Si lo sé madre, pero recuerda que nada de eso en público, voy para once años y las chicas me adoran.

—Vale pequeño, nada de eso en público.

Como crece mi niño, fue hace poco cuando lo di a luz, ahora es un preadolescente.

—Mami—dice Salomón sentándose en el lado libre uniéndose a nosotros. Es la copia de su padre cabello café y ojos grises claros, su cabello está sudado por tanto jugar.

— Chicos agarraron el mejor lugar—dice mi esposo sentándose frente a nosotros, tomando mis pies extendidos sobre la manta donde me encuentro sentada en el césped.

—Padre, me cansé y estoy adolorido—contesta Sam.

—Campeón, como estás cansado no creo que puedes ir a las carreras esta noche.

—No, padre, sabes que no me lo perdería por nada.

—Esta noche quería pasarla con ustedes, no puedo salir con sus hermanas tan grandes e inquietas—digo tocando mi vientre.

—Lo sé preciosa, me acabo de enterar que suspendieron la carrera de hoy.

—Sí !!

Celebra Salomón que no comparte la misma afición que su hermano. Él le apasiona el arte, en su cumpleaños número seis le obsequiamos un piano de cola. Ya ha tenido varios recitales.

—Esta noche Salomón tocará una nueva pieza musical que compuso para sus hermanas—digo revelando la sorpresa de mi hijo.

—Mami era una sorpresa, la has arruinado.

—No se ha arruinado pequeño, hoy tocarás para tus hermanas—contesta su padre masajeando mis pies hinchados.

—Padres, voy a comprar helados estoy exhausto—dice Sam levantándose de un salto.

—Yo también quiero ir —grita su hermano corriendo para alcanzarlo.

Mi esposo aprovecha que no estoy rodeada de mis niños y se sienta a mi lado acariciando mi vientre. Las gemelas se empiezan a mover, siempre que su padre las toca y habla, ellas responden de inmediato.

—Mis princesas, papá ya la quiere ver, seré el hombre más feliz y protector.

—También las más sobreprotegidas—río.

—Tendrá a su padre y hermanos para protegerlas en cualquier momento.

—Yo también cuento precioso, no te olvides de eso.

—Preciosa, no lo dudo, eres la madre que todo niño quiere tener.

Mi esposo es tan amoroso y protector con nosotros que debo recordarle que también podemos cuidarnos.

—Tengo ya los nombres de las gemelas serán Hali de origen griego, significa "el mar". Hava de origen hebreo, significa" vida".

Hunter siempre quería que yo eligiera los nombres de mis hijos.

—Hali y Hava—dice por primera vez el nombre de nuestras niñas.

Eso me causa emoción y lloro, ésto, ya es costumbre.

—Me encanta que llores, eso quiere decir que estás feliz—ríe mi chico.

Cualquiera pensaría que estoy triste, pero soy la mujer más feliz, afortunada, querida y amada. Siempre la vida tiene algo bueno para ti, aun cuando te ponen cosas que no crees que superarás, pensarás que todo está perdido, te lamentarás por no tener lo que quieres, luego cuando no te percatas, tienes todo lo que quisiste tener. 

Mi  Vecino Me Enloquece ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora