Capítulo 1

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Me llamo Isabella Dennis, de 23 años y viviendo en la maravillosa ciudad de Londres, en un pequeños apartamento muy cerca de Piccadilly Circus. Mi padre era el dueño de McLaren y mi madre tenía una cadena de hoteles de herencia de mis abuelos. Así que había tenido una vida un poco separada  de mis padres debido a que mis padres estaban constantemente trabajando.

Soy la menor de tres hermanos. Mi hermano Jake, se dedico por completo con la empresa de mi padre  debido a que es todo un apasionado del motor, en cambio mi hermana mediana, Valeria, más conocida como Val, se había dedicado por completo al mundo hotelero junto a mi madre. Y yo, estudié marketing y publicidad, sin saber muy bien donde quería trabajar, si junto a mi padre o junto a mi madre.

Bueno, realmente quería hacer marketing de los grande hoteles que tenía mi madre a su mando. Estaban diseñados perfectamente y con una decoración que me encantaba, y aunque siempre me ha gustado ver como mi padre trabajaba, pero no me gustaba nada el mundo del motor.

- Hola hija - dijo mi padre cuando le cogí la llamada.

- Hola papá - dije mientras salía de mis clases, debido a que era el día de la presentación del último año del máster.

- ¿Haces algo esta noche? - preguntó.

- No nada, bueno creo que iba a quedar con Valeria - dije refiriéndose a mi hermana.

- Bueno, Valeria no puede, tiene un evento de París con el hotel - dijo mi padre.

- Eso no lo sabía, creo que se le olvidó ese detalle.

- No es raro en Val - dijo mi padre.

- Perfecto, pues estoy libre - dije.

Me metí en el coche a la espera de la respuesta de mi padre, para poder ir hasta casa.

- ¿Te vienes a cenar en casa? - preguntó mi padre.

- Vale, no tengo planes - dije.

- Cógete algo de ropa y te quedas el fin de semana - dijo mi madre detrás de mi padre.

- Bueno, me vendrá bien - dije.

- Pues nos vemos esta noche, por cierto estará Jake- dijo mi padre.

Mis padres vivían a las afueras de Londres justamente en Woking cerca de donde estaba las oficinas centrales del equipo, en una casa increíble que parecía un castillo de lo bonito y grande que era. Mi madre, la experta en decoración, se había encargado de dejar la casa de la mejor manera posible. Parecía que habían sacado la casa de un catálogo de revista de decoración.

Llegué a casa, si la comparamos con la de mi padres no es nada, pero era una cas bastante grande para mi. Dos habitaciones y un despacho donde había estaba metida la gran parte de mis días y un salón espectacular con unas vistas hacia el Hyde Park. Tras dejar las cosas en el despacho me fui directa a mi habitación  y me acosté sobre la cama mientras que miraba las redes sociales, para descansar algo antes de comenzar a recoger todo para ir hasta casa de mis padres.

- Lo siento - dijo Valeria cuando le cogí la llamada.

- Eres un desastre tía.

- No me acordaba, anoche me llamó mamá y me lo dijo. Estoy muy mal, necesito una agenda.

- ¿No tienes una ya? - pregunté.

- No, siempre lo dejo y al final nada.

- Un desastre esta mujer - gritó Lili, la ayudante de mamá.

- No sé como puedes ser parte de la familia, siempre he pensado que eres adoptada.

- Esas cosas me hacen daño - dijo Val y comenzó a reírse.

Val, era la hermana mediana y muchas veces nos metíamos con ella porque era un puro desastre, siempre llegaba tarde, no apuntaba nada y buscaba mil excusas para que no pareciera que se olvidaba de todo.

- Os dejo, que me voy a ir a pasar el finde con  mamá y papá.

- Eso si que es raro - dijo Val.

- A mi también me ha parecido pero bueno, por una vez que me avisan pues genial - dije.

Desde que empecé en la universidad y me había mudado a Londres no me quedaba mucho tiempo en casa de mis padres, siempre pasaban mil cosas que impedían que pudiera pasar más de dos días seguidos con ellos, principalmente, porque mis padre se pasaban los días viajando o con muchas reuniones, lo que impedían poder pasar tiempo con ellos.

Me levanté de la cama y comencé a preparar la maleta, era de las cosas que más odiaba hacer. Sobre las cuatro de la tarde, cogí el coche y conduje hasta la casa de mis padres, casi dos horas de trayecto que se me pasaron muy rápidas mientras que escuchaba la música a todo volumen.

Tras llegar a la casa de mis padres, donde mi madre estaba esperándome por fuera de ella y con una sonrisa.

- Hola querida - dijo cuando me bajé del coche.

- Hola mamá - dije abrazándola y pudiendo  oler nuevamente su olor, un olor a vainilla suave.

- Cuantas ganas de poder abrazarte - dijo apareciendo mi padre.

Volver a estar con ellos me hacía muy feliz. 






HOLA ESPERO QUE OS GUSTE ESTE NUEVO PROYECTO. Y ME GUSTARIA SABER QUE OS PARECE. BESOS




Tenemos un pacto / Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora