Capítulo 69

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ESCUCHÉ ESTA CANCIÓN MIENTRAS QUE LO ESCRIBÍA

Aquella nos quedamos juntos, sabía y tenía la sensación de que Lando había cambiado mi vida por completo. Acariciaba su pecho mientras que el dormía. Notaba como se levantaba el pecho a medida que iba cogiendo y soltando el aire. Me sentía como en casa. Me sentía como nunca me había sentido y estaba en paz conmigo mismas después de todo lo que había pasado los últimos meses.

- ¿Estás bien? - preguntó Lando cuando notó que una lágrima caía sobre su desnudo cuerpo.

- Sí - dije y me sequé las lágrimas.

- Mírame - dijo Lando.

- ¿No estabas durmiendo? - pregunté al subirme y ponerme a su altura y quedar cara a cara. Me había enamorado de esa mirada.

- Sí, pero me he desvelado por la lluvia. ¿Estabas llorando? - preguntó mientras acariciaba mi mejilla.

- No - dije intentando disimilar pero mis ojos me habían delatado por completo.

- ¿Qué te pasa? - dijo poniéndose girándose y quedándonos mirándonos fijamente a los ojos. Esos ojos que desde que los vi, supe que me iba a dar los mejores momentos de mi vida.

- Sólo estoy agradecida de poder estar aquí contigo - dije.

- ¿Agradecida? - preguntó Lando mientras que se escuchaba como la lluvia comenzaba a caer con más intensidad.

- Sí. Gracias a ti he descubierto muchas cosas sobre mi que pensaba que las había perdido por completo - dije mientras que Lando comenzó acariciar mi mejilla.

- Creo que el que más agradecido soy yo.

Lando se levantó de la cama y fue directo hacia sus pantalones y buscó su teléfono y se acostó nuevamente a mi lado.

- Tengo algo escrito desde hace tiempo pero nunca sabía cómo mandártelo o cómo decírtelo con las palabras justas - dijo mientras que miraba en su móvil.

- ¿Algo escrito? - pregunté mientras que lo miraba y lo acariciaba. Miraba cada contorno de su cara a medida que los rayos iluminaban la habitación.

- Sí. No soy una persona capaz de expresar lo que siento y es por eso que a veces me cuesta decirte lo que puedo llegar a sentir por ti.

- Pues adelante - dije y sonreí.

- Es mejor que lo leas. Me sigue dando un poco de vergüenza - dijo y posó su mano sobre mi cuerpo.

- Lando, la vida es para afrontar cosas. Léemelo.

- Desde el momento en que te conocí, supe que eras diferente. No solo llenaste mi corazón de alegría, sino que te convertiste en la razón de mi existencia. A lo largo del tiempo, me di cuenta de que no solo te amaba, sino que también te necesitaba más de lo que jamás había necesitado a alguien. Cada día que pasamos juntos me demostró que sin ti mi vida había sido incompleta. Tu ausencia convierte los días en interminables noches y los momentos felices en recuerdos lejanos. Eres mi sol en los días grises, mi refugio en las tormentas y mi fuerza cuando me siento débil. No se trata solo de amor, sino de una necesidad profunda e indescriptible. Eres la persona que mi corazón anhela cada segundo, el único ser capaz de llenar el vacío que existe en mi alma cuando no estás. Sin ti, me falta el aire para respirar, me falta el impulso para seguir adelante. Eres la esencia de mi felicidad, la pieza clave que mantiene mi mundo en equilibrio. Por eso, hoy quiero que sepas que no solo te amo con todo mi ser, sino que también te necesito, más de lo que las palabras pueden expresar. Eres la razón por la que me levanto cada mañana con una sonrisa y la esperanza de un futuro mejor, porque sin ti, nada tendría sentido.

—Yo también siento lo mismo. Contigo, he encontrado un hogar, un lugar donde pertenezco. No solo eres mi amor, eres mi necesidad más grande.

Las palabras de Lando llenaron mi corazón de calidez. En ese momento, supe que habíamos encontrado algo especial, algo que iba más allá del amor. Era una conexión profunda, una dependencia mutua que nos hacía más fuertes.

Nos abrazamos más fuerte, y en ese abrazo supe que, sin importar lo que el futuro trajera, siempre estaríamos juntos, porque nuestro amor y nuestra necesidad el uno del otro eran la base de todo lo que éramos y seríamos.

Esa noche, bajo la tenue luz y el suave murmullo de nuestras respiraciones, comprendí que Lando era y siempre sería la persona que más necesitaba en mi vida. Y no, no necesitaba un príncipe azul para que la historia fuese perfecta. Sólo necesitaba encontrar a una persona que en la oscuridad de la vida fuese mi rayo de luz que pusiera mi corazón a 300 km/h junto a un pacto que nos había cambiado la vida y todo gracias a mi hermano Jake.

Tenemos un pacto / Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora