23: Valley of Fire

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Micky le agarraba con fuerza la mano izquierda mientras caminaban juntos, y le encantaría decir que con la otra ella estrechaba la de Jennie, pero en realidad la tenía llena de las piedras que el pequeño iba recolectando. Se habían quedado rezagados, pero intentaba tener al resto siempre a la vista —a pesar de las múltiples paradas que hacían—, porque no quería perderse con el hermano pequeño de la coreana. Haseul y Bob se encontraban junto al guía y escuchaban atentos todo lo que les decía. Al principio Jennie también iba con ellos, pero después acabó charlando con Jisoo y con Rosé. Seguramente, aquellas dos le parecían más interesantes que la geología del Valle del Fuego.

La verdad era que las vistas y la mezcla de colores rojos y blancos resultaba increíble, había sacado varias fotos, y Bob también, pero él lo hacía de forma mucho más profesional, cámara réflex incluida, para captar cada paisaje y cada momento en máxima calidad. Estaba deseando tener en su poder aquellas en las que salía junto a Jennie y sus amigas.

—Mira, Micky, un perrito —susurró mientras se agachaba y colocaba al niño entre sus rodillas para que pudiera seguir la dirección que señalaba con el dedo.

—¡Suavecito! —exclamó y el animal salió corriendo a toda velocidad—. Se ha ido —se lamentó, haciendo pucheros.

—Seguro que hay más —lo consoló y le acarició el pelo con cariño.

Jemie tiene uno —le dijo mientras retomaban el camino.

—¿Un perrito? —El niño asintió—. ¿Cómo se llama?

Buba.

Casi.

—¿Y es bueno?

—Sí. —Sonrió ampliamente—. ¿Tuando tomemos?

—Ya mismo. —Levantó la vista para buscar al resto del grupo y se sorprendió al encontrárselos tan alejados—. Ven aquí, pequeñín.

Lo cogió en brazos y caminó deprisa para alcanzarlos. A Micky pareció divertirle la velocidad que lograron y comenzó a animarla para que fueran más rápido, cuando aceleró aún más el paso se echó a reír a carcajadas.

Pellizcó el costado de Jennie al pasar por su lado y a la coreana se le iluminó la cara al verlos.

—Hola, Jemie —la saludó imitando a su hermano pequeño y Micky se rio otra vez—. ¿De qué habláis?

—De reacciones químicas impactantes —resumió Jisoo.

—Uf, ¿otra vez? —se quejó y Jennie le dio un disimulado codazo en el brazo.

—Aunque te sorprenda, hay gente a la que le gusta escucharlo. Por ejemplo, a Roseanne y a Jennie, también conocidas como las mejores personas del mundo.

—Te hacen la pelota —picó a la pelinegra.

—No es verdad —aclaró Jennie rápidamente.

Qué mona.

—¿Ves? Vete con los adultos —ordenó Jisoo intentando molestarla.

—¿Ya me echáis? Acabo de llegar.

Hizo pucheros y Jennie la miró como si fuera lo más adorable que había visto jamás.

—Micky, ¿quieres que vayamos a ver a los zorros? —preguntó Rosé extendiendo una mano hacia el niño, que no tardó en agarrársela.

Observó a su amiga y frunció el ceño, momentáneamente confundida, al ver cómo le guiñaba un ojo a la vez que cogía a Jisoo del brazo para alejarse de allí. Un poco discreto «os dejamos a solas» muy bien ejecutado.

Distance | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora