"Me jodiste la vida" [Alex Kidd x Sonic]

Vaya plática linda

Frené en seco.

Estaba a punto de bajar las escaleras cuando se me ocurrió una idea.

La gente siempre volteaba a verme al pasar a su lado y algunos hasta me señalaban, como de costumbre, pero no me importaba. (Si el mundo se iba a enterar que me gustaba Alex Kidd, pues que se entere.)

Pero a Alex no le gustaba que desobedeciera las órdenes de SEGA, y sólo para que no se moleste (tanto) se me habia ocurrido ir ocultando quien soy.

Me regresé a donde estaban Billy y Shadow.

—Hola Sonic.– Me saludó Billy.- eso fue rápido, más de lo normal.

—Ni siquiera he ido. Oye, sera que me prestes tu abrigo?

—Eh claro porque no...

—Un segundo siquiera podemos compartir ropa?.– intervino Shadow

—Claro bobo, si tienes ropa alternativa. En mi caso tengo el chicken suit que es lo que traigo ahora.– explico el chico, y con un movimiento rapido me entrego el abrigo.

—Gracias Billy.

—No hay de que! Aunque para que lo nec...

—Luego te lo devuelvo, adios, se me hace tarde!

Aceleré el paso de nuevo.

Justo antes de salir a la calle me puse el abrigo y sorprendentemente me quedaba bien.

Eso si, quiza me impedia un poco el correr (tan) rápido pero que se le va a hacer.

Sali a la calle y me tapé con la capucha.

La gente seguia viendome, pero no tanto como antes.

Corrí lo mas rápido que pude.

Me detuve frente a la tienda. Estaba vacia. Solo estaba Alex revisando el reloj de una de las paredes de la tienda.

Eran las 12:32

—¿¡LAS QUE?!.

Entre a la tienda.

Alex volteó a verme.

—Bienvenido a BUG Otorii! Se le ofre...

Alex me miró.

Sonreí y me quite la capucha, al tiempo que saltaba para sentarme sobre el mostrador

—Hola, Alex, cuanto tiempo sin vernos.– le dije levantando una ceja.

—Creia que ya no llegarías.– me dijo seriamente.– Que suerte que esta vacio.– añadió al tiempo que me sujetaba y me hacia bajarme del mostrador y pararme al lado suyo.

Lo miré y sonreí de nuevo, el me sostuvo la mirada.

—Porque me miras asi.

—Crei que habia quedado claro que me gustas.

Alex suspiró.

—No lo sé. Todavía no me lo creo.

—¿Que? ¿Te parece que miento?

—No es eso lo que quise decir. Simplemente yo... es difícil de creer que...

La puerta de la tienda se abrio.

Antes de que me diera cuenta Alex me empujo hacia el piso y me hizo una señal para que guardara silencio.

—Bienvenido a BUG otorii! en que puedo ayudarle?

Mientras, revise lo que Alex tenia debajo el mostrador.

Tenia varios juegos de hace tiempo, todos de SEGA

—Sera que tenga un juego del '86?.– Escuche la voz de alguien, sin poder saber quien era.

—Uh, depende

Encontré una copia de Alex Kidd in Miracle World (version americana). Spoiler: no se parecen en nada.

—Alex Kidd in Miracle World? Version Americana si no es mucho pedir. Soy coleccionista.

Miré a Alex, con la intención de darle el cartucho, pero incluso desde mi perspectiva podía ver su nerviosismo

—Ah.– Dijo Alex sonrojado.– S-sí, creo, yo... debo tenerlo por acá.

Me miró y yo le extendí el cartucho.

Me lo arrebato con violencia y lo puso sobre el mostrador.

—Aca. Son cinco mil yenes por ser de importación y de los clasicos.

Silencio.

—Al rato vengo por el.– dijo el cliente.

Luego de unos instantes Alex suspiró y arrojó el cartucho del juego debajo del mostrador (tuve que apartarme)

—Pero, no dijo que volvería? ¿Porque no lo apar-

—Nunca vuelven.– Me dijo sonriendo.– Llevo 15 años en esto.– Me extendió la mano y añadió.– ven, te ayudo a levantarte.

Dudé un momento. Esto se sentia raro, pero aun asi lo acepté.

Le di la mano y el me jaló hacia si. Y me abrazó. Y muy fuerte

—¿Ehhhh? ¿Alex?.– Dije, aun mas confundido.

—No te incomoda verdad?.– Me preguntó al tiempo que acariciaba mis púas.

Me estremecí. Cada vez estaba siendo mas difícil mantenerme con calma.

—¡Claro que no! Tu sigue abrazandome todo lo que quieras.

—Me estresó la idea de que me llegasen a reconocer.

Me separe un poco.

—Pero porque?

—No se... nunca me han reconocido y no sabria como reaccionar. Que suerte que queria la version Americana, ni siquiera me parezco pero... a lo que voy, me dio miedo y ni siquiera estoy seguro de porque.

Me volvió a abrazar.

Intenté decir algo para calmarlo pero no se me ocurria nada.

—No necesito que me digas nada– Me dijo, era como si me leyera la mente.

Asentí y lo abracé.

Ya era la segunda vez que nos abrazabamos.

Espero no sea la última.