—No puedo creer que eso sea cierto. —Susurro mientras acomodó papeles.
—¿Qué no es cierto? —Me sobresalto y respiro profundo cuando se quien es. Últimamente mis nervios están de punta, y no es para menos, la posibilidad que mi padre este vivo me llena de terror.
—¿Qué hace aquí? —Él sonríe con burla y puedo jurar que se ve tan bien que se queda corta la palabra.
—Vine a sacarla de aquí. ¿No quiere ir por un café? Lo necesita, estoy muy seguro.
—¿Y por qué está tan seguro de que voy a aceptar? —Sonríe de nuevo y toma asiento cruzando los brazos y no puedo pasar eso por alto.
Se le marca tan perfectamente bien todo.
Dios mío.
—Disimule su mirada jefa. Me mira como si quisiera comerme… —Se burla y mis mejillas se tienen de rojo.
Es lo que quiero hacer.
—¿Y qué pasa si es lo que quiero hacer? —Muerde su labio, como quisiera ser yo quien pueda morderlo.
—¿No va contra la regla que jefa y trabajador hagan eso?
—Los límites sólo están en tu mente querido. —No pierdo su mirada que recorre mi rostro detalladamente. Suelta una pequeña risa sin dejar de mírame y me gusta, me gusta tener su atención, me gusta sentirme deseada por él.
—Entonces jefa, ¿Me acompaña por un café? Aquí cerca está uno que es muy bueno.
—No puedo salir de aquí sin mis escoltas.
—Podemos ir caminando y que ellos nos sigan, —se encoge de hombros restándole importancia.
—Bien, solo vamos por café. —Se levanta y abre la puerta para mí, me apresuró a tomar mis cosas y salimos.
—Solo por el café… —murmura mientras sonríe con malicia.
Mis guardaespaldas me siguen de cerca, mientras salimos de la empresa. Mario me detiene al ver que no subimos a ningún auto, sino que seguimos caminando.
—Es muy peligroso, jefa. —Murmura, mirando hacia todos lados.
—Es aquí al final de la calle, —fulmina a Matthieu con la mirada y solo asiente después de unos segundos dándole órdenes a todos que nos sigan de cerca, pero que nos den espacio.
Él y yo caminamos poco a poco con toda la tranquilidad del mundo, y se siente bien. Tenía tantos días viviendo un infierno y ahora tratar de ser una persona normal (aunque con guardaespaldas) es algo liberador.
—¿Cómo está ella? —Se de quien me habla y respiro profundo; todavía me duele, sin contar las ganas que tengo de cobrar todo lo que le hicieron. Suspiro, no sé porqué, pero siento algo de confianza así que me dispongo a decir lo necesario.
—Siento que nunca se va a recuperar de eso, está tan perdida que la Rachel anterior dudo que regrese. —Su rostro se llena de entendimiento y asiente para que continúe.
>> A veces no duerme, no come, no deja que nadie la toque y es frustrante.
Abre la puerta del local para los dos y tomamos asiento. La empleada viene a anotar nuestro pedido y no me pasa desapercibido como lo mira, y a él tampoco porque le sonríe. Después que ella se va, me mira y juro que no sé porque me parece tan conocida su mirada. Tal vez sólo soy yo la que está mal.
—Ella va a mejorar, con mucha ayuda y paciencia. Hay que entender que es un proceso difícil pero no imposible. Hay días que sentirás que todo no ha valido la pena, que van en retroceso, pero todo es un proceso y créeme cuando se logra completar ese proceso, la recompensa es grande.
—¿Cómo sabes dar esos buenos consejos? —Susurro con un nudo en la garganta. Suspira y duda en darme una respuesta.
—Mi madre paso por eso, ella no lo logro. No supe cómo ayudarla, se cerró tanto que se perdió por completo. —Traga duro y mira a todos lados, menos a mi.
—¿Y si ella pasa por lo mismo? —Me da miedo que se vaya, duele de solo pensarlo.
—Si buscas ayuda y te asesoras sabrás que hacer. No hagas como mi familia, que se lamento después que no pudieron hacer nada. Aún así, se cansaron y nos dejaron solos.
—¿Viste a tu madre morir? —Los ojos se le llenan de lágrimas que no suelta.
—Yo la encontré… solo fui por comida y cuando regrese ya estaba muerta. —Toma de su café en total silencio, mirando a ningún lado en específico, es como si lo estuviera recordando todo.
—Es algo que escapaba de tus manos, aunque quisieras no ibas a poder ayudarla si ella no se dejaba. —Se encoge de hombros y me mira, en sus ojos hay una tormenta tan intensa que no creo que lo suelte. Hay personas que sabemos ocultar bien nuestro dolor, pero a veces nos quebramos y es imposible armarnos tan rápido, solo vamos pieza por pieza hasta que lo logramos completar con tanto esfuerzo.
—Lo se, después lo entendí. No fue mi culpa de ella ni mía, solo fuimos víctimas de las circunstancias.
Antes
—Tengo miedo que te pase algo y quedarme sin ti. —Sus ojos me miran con tanto amor que juro que si no podemos estar juntos no podré amar a nadie más, ni en esta ni en otra vida.
—Yo te amo… no vamos a ser víctimas de las circunstancias. Sea como sea siempre voy a volver a ti, siempre. —Toca mi rostro dándome un beso casto. Que me sabe tan amargo, duele. No quiero que sea una despedida. —Tú eres mi princesa, eres lo mejor que me ha pasado y no pienso dejarte ir.
Horas después mi padre lo asesino en frente de mis ojos, y si, ese beso fue una despedida. Ese día, él acabo con todos mis sueños e ilusiones, obligándome a hacerme cargo de todo.
Ese día, él acabo con el amor de mi vida.
Actualidad
Mis ojos no dejan de detallarlo y él tampoco deja de mirarme con tanta intensidad. Hay algo en su mirada que no se que es, pero me confunde mucho y me frustra no poder entender.
Toda mi vida siempre he querido tener todo bajo control, a mi modo, a mi gusto y tratar de adivinar porque siento que esta conexión con este hombre es frustrante. Solo he tenido esta conexión con alguien más, pero el murió hace años, es imposible que mi abogado sea el… es muy improbable.
Pero sabes que esos ojos los has visto en otro lado.
Ay por dios, solo son suposiciones mías. Tal vez estoy aferrada tanto al pasado que quiero que mi abogado sea él, no puedo seguir con esto.
—¿Qué sucede? —Me saca de mis pensamientos al tocar mis manos, el mero contacto de él me gusta. No entiendo porqué me parece tan conocido, a este punto creo que me volveré loca tratando de entender algo que no puede ser.
—A todo esto, hay algo que no me termina de cuadrar de ti. —suelta mis manos poniendo toda su atención en mi.
—¿Qué no te cuadra, querido Watson? —Sonríe con descaro que no me pasa desapercibido.
—Cuando mandé a investigar de ti, no me informaron que tu madre murió… ni menos de lo que me estás contando. ¿Por qué?
—Como sabrás no es algo que me guste que la gente sepa. Solo confíe en ti y te di un consejo; pero para que lo entendieras tenía que buscar algo, dar un ejemplo. —Asiento para que continúe. Se moja los labios y pierdo un momento la atención en eso.
>>Y para continuar, soy abogado, tengo contactos. Así que digamos que ordene borrar algo de mi historial que nadie lo necesitaba saber, así evitar cuestionamientos innecesarios.
—Entonces, ¿Me ocultas algo?
—Eso, ya nos empezamos a tutear. —Se carcajada en mi cara, pero me gusta aunque no lo hago notar. —No, solo borre eso, no me gusta que la gente ahonde en mi vida personal.
Lo miro fijamente para encontrar un rastro de mentira, pero no lo hay… nada.
¿Será tan bueno mintiendo?
—¿Supiste quiénes fueron? ¿Hiciste algo? —Se tensa y niega. Desde que supe lo que le hicieron a Rachel solo quiero y deseo cobrarme todo eso, es un resentimiento que tengo que no me deja dormir. No puedo pensar en otra cosa que no sea en eso, solo espero que no sea mi padre el que esté detrás de todo esto porque no creo que me tiemble el pulso.
Puede que sea mi padre, pero nunca cumplió su papel. Ya no se porque lo llamo así, para mí fue una persona despreciable que nunca cambio; siempre le agradezco al que lo asesino, así lo saco de mi camino.
—Nunca supe quienes fueron. Todo eso quedo así.
—¿Y aún así no quieres hacer nada? —lo duda un poco y niega.
—A veces lo recuerdo, todos los momentos que la vi llorar, sufrir; recuerdo que no podía acercarme porque me rechazaba. Si, duele. Pero duele más saber que se fue sin intentarlo. —Traga duro y su voz se escucha ronca. —Mi madre era una mujer fuerte, la alegría de la casa, era todo para mi tía y para mí; pero parece que nuestro todo se quebró y de que manera… Ella se volvió lo más frágil, algo asequible para nosotros.
Limpia una lagrima traicionera que no termina de bajar y se aclara la garganta para seguir hablando.
—Cada noche me juraba a mí mismo que lo conseguiría y los acabaría por todo el daño que nos estaban haciendo pasar, pero no todo puede ser como queremos porque nunca lo logré. Ella no hablo de quienes fueron sólo sé que por mucho tiempo me sentí un fracaso por no lograr lo que me había planteado, después entendí que escapaba de mis manos, que no fue nuestra culpa como dije hace rato fuimos víctimas de las circunstancias… cuando lo entendí pude dejarlo ir y pues aquí estoy.
Quedó totalmente sin palabras, trago duro para pasar el nudo que tengo en la garganta. Esto es tan duro, tan fuerte que no sé cómo lo cuenta con tranquilidad… yo en su lugar estaría toda día llorando su partida si eso le pasará a Rachel, ella es como la hermana que nunca tuve y me dolería mucho perderla, me partiría el corazón y no creo volver a repararlo después de eso.
A pesar de que mi madre nos abandonó nunca sentí tal dolor porque se fue, más que todo mi sentimiento fue resentimiento por haberme dejado con mi padre que me hizo la vida imposible.
El dolor a veces nos hace inhumano y rencorosos, pero muchas veces no hay salida para eso… es algo de lo que no se puede escapar. El tiempo es el que pone todo en su lugar, en su momento, es su órbita...
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Caída Apasionada
RomanceGisselle Becher es una mujer empoderada, resiliente, decidida y sobretodo peligrosa. Ella no se deja de nadie porque aprendió a defenderse desde muy joven, porque su vida dependía de ello. Su vida no era fácil, ella ocultaba algo, muy peligroso que...