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Jeon JungKook, es mejor conocido como él cachas del equipo de futbol americano y el cual tiene una innumerable lista de pretendientes de ambos géneros, dispuestos a hacer lo que sea por él

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Jeon JungKook, es mejor conocido como él cachas del equipo de futbol americano y el cual tiene una innumerable lista de pretendientes de ambos géneros, dispuestos a hacer lo que sea por él.

Y luego estaba Kim TaeHyung, el novio de JungKook, solo conocido como el novio de Jeon JungKook. No, él no tenía un montón de pretendientes, él era alguien serio y que buscaba estabilidad, pocos se fijaban en él.

Y cuando lo hacían, o tan solo lo miraban, terminaban con la nariz partida por culpa de JungKook o amenazados por el rizado.

En cualquier caso, TaeHyung odiaba ser el maldito florero de decoración al lado de JungKook. Se sentía un muñeco bonito a su lado, nada más que un pedazo insignificante de plástico bien vestido. TaeHyung era guapo, lo admitía, y más si se vestía bien, pero se sentía mal a veces.

Normalmente, las fiestas a las que asistía eran de los cientos de amigos de JungKook, muchos admiradores del rizado por su dominio en el campo a la hora de jugar. JungKook bebía, besaba a TaeHyung, sus manos o una mano se anclaban a sus caderas o cinturas, JungKook terminaba borracho y terminaban en el apartamento del rizado, sobándole la espalda mientras vomitaba.

A TaeHyung le jodía eso a veces.

— Ya estamos aquí, mamá — anunció TaeHyung, abriendo la puerta. NaRa casi se tropieza corriendo para besar las mejillas de TaeHyung y apretujarle la cara, dándole besos sonoros mientras tenía su delantal de fresitas. TaeHyung sonrió, arrugando la nariz — Mamá.

— Mi niño hermoso, más guapos no los hay — continuó NaRa adorando a su niño grande, besuqueándole toda la cara y con ese corazón tan cálido que ella tenía y el cual todo su amor iba dirigido a su bebé.

— JungKook, muchacho, es bueno verte de nuevo — Joong-Ki saludó sonriente desde el sofá, ocupado viendo el partido de futbol americano en la pantalla.

— Señor Kim — sonrió, sus hoyuelos notorios y estirando sus mejillas — ¿Qué tal va el partido? ¿Cómo van los Jacksonville Jaguars? — inquirió, quitándose las gafas de sol mientras se adentraba a la sala, Joong-Ki gruñó, con una risa burlona.

— Como la mierda, lo normal — se burló, riendo. Soltó una carcajada al ver que el jugador falló el tiro y en la cámara de repetición se veía al jugador frustrado y furioso, quitándose el casco y lanzándolo lejos — ¡Ja, menudo fracasado! ¡Vete a vender cigarros a una gasolinera mejor, Jake Luton!

JungKook rio entre dientes, sacudiendo la cabeza con diversión mientras se dirigía a la mesa ya puesta y con platos colocados. Vio una cabellera castaña allí, una niña montada en dos cojines para alcanzar bien a la mesa mientras balanceaba las piernas y terminaba unos ejercicios de matemáticas.

— Hola, monito — sonrió JungKook con cariño, Tzuyu lo miró con alegría y ojos brillantes. Se bajó de un salto de la silla.

— ¡JungKook!

— Hola, bonita — dijo, atrapándola en brazos mientras ella se colgaba como un mono tras ese salto hacia él. Hizo una mueca — Ya estás grande, Tzuyu.

— Oye — se quejó, mirándolo con el ceño fruncido — ¿Me has dicho gorda? Si yo estoy gorda, no quiero saber cómo está Tae.

— Te he oído, maldito parásito con pelos y manos — gruñó TaeHyung, que terminaba de poner los vasos. JungKook sonrió un poco, sintiendo en su pecho emoción por tan solo ver a TaeHyung — Bájate de mi novio. Largo, asquerosa.

— ¡Solo estás más celoso porque me quiere a mí más que a ti! — dijo sacándole la lengua. TaeHyung frunció aún más el ceño y JungKook sabía que de nuevo iban a empezar a pelear.

— Eres una envidiosa, tienes envidia porque he logrado enamorarlo, cosa que tú jamás lograrías, cielo.

— Ah, ¿sí? JungKook, sé mi novio — exigió Tzuyu, quejándose y chillando irritada cuando TaeHyung le dio un manotazo contra la espalda — ¿¡Qué haces!?

— Quítate de mi novio, feto de sanguijuela — demandó TaeHyung, y JungKook creía que TaeHyung furioso y peleando, era el mejor, el más gracioso y tierno.

— ¡Oblígame!

— ¡Mamá, Tzuyu no deja a JungKook! — vociferó TaeHyung, su voz algo chillona y exigente.

— ¡Tienes miedo de que te lo quite porque soy mil veces mejor que tú! — se burló ella.

— Oye, mira renacuajo mal formado. O te alejas de JungKook ahora mismo o te ahogaré en un río.

Viendo que Tzuyu iba a contestar de nuevo, JungKook se apresuró — Venga, monito, la cena ya está hecha.

Tzuyu refunfuñó, bajándose y correteando hasta la cocina para probablemente buscar algo que picotear y robar de los respectivos platos de cada uno. JungKook sonrió al ver a un TaeHyung irritado, de brazos cruzados, y mirando por donde ese demonio denominado hermana se había ido.

— ¿Qué pasa, Tae? — murmuró JungKook, burlón.

— Cierra la boca, JungKook. O de lo contrario olvidaré que eres mi novio y te atropellaré — farfulló. JungKook soltó una carcajada, abrazándolo.

— Para monito son los abrazos, Tae — susurró, cerca de su oído, Besó su mejilla y su sien — Para ti es todo de mí.

Y TaeHyung sonrió, besando suavemente los labios de JungKook, agradecido de que JungKook se inclinara —mucho— para llegar hasta sus labios.

Agresivo ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora