❝ ¿Crees que puedes librarte tan fácilmente de él?
Todos en la universidad conocen a Jeon JungKook, el capitán de fútbol americano. Su novio es Kim TaeHyung y ellos son la pareja más famosa de allí.
Todos saben que Jeon JungKook es posesivo con TaeH...
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La velocidad del auto comenzó a descender de manera muy notable cuando JungKook pisó suavemente el freno hasta que quedó estático. Aún no estaban en la casa de TaeHyung, pero el ojiazul había decidido que lo mejor era que JungKook no lo acompañase a casa.
— ¿Estás seguro de que no quieres que te acompañe? — Preguntó de nuevo JungKook, con su ceño arrugado y mirando con ojos entrecerrados, la casa de TaeHyung a lo lejos, lleno de coches patrullas. TaeHyung suspiró.
— Sí — Contestó, haciendo una mueca — Les explicaré todo, supongo. Dame suerte, mi madre probablemente me gritará todo lo que no me ha gritado en su vida.
JungKook sonrió — Eres su pequeño osito, al fin de al cabo — Tarareó, y TaeHyung lo fulminó con la mirada porque odiaba que JungKook se burlara así — Tranquilo, Tae, es broma.
El ojiazul echó su mochila en sus hombros, y con la otra mano tomó la otra mochila — Supongo que esto es un adiós... Temporal — Murmuró TaeHyung, con la mirada gacha y viéndose deprimido.
— Lo es...
TaeHyung asintió vacilante — De acuerdo. Cuídate entonces. Llámame cuando puedas, por favor y... Y eso.
— ¿Estás seguro de que no quieres que te acompañe a casa?
— Por si no lo has visto, hay una decena de policías en mi puerta y mi tío HyunBin está probablemente ahí — Rio sin gracia TaeHyung, más bien amargo — No desearía ver cómo te inmoviliza con un Taser eléctrico mientras te veo convulsionar en el suelo.
JungKook alzó sus cejas hacia arriba, asintiendo y asimilándolo — Bueno, es un buen punto. Tienes razón — Admitió — ¿Pero podrás manejar todo tú solo?
— Lo haré — Abrió la puerta del auto — Lo entenderán — Dijo, más convenciéndose a sí mismo. Hizo una mueca — espero.
JungKook lo despidió con la mano y cambió de marcha para finalmente tomar otro camino. TaeHyung suspiró, respiró hondo e hinchó su pecho de valentía. Sabía que, probablemente, su madre lo iba a matar, pero no se arrepentía de haber ido con JungKook a esa escapada juntos.
Caminó hacia su casa, llamando la atención de algunos oficiales que sorbían café. TaeHyung los miró y los saludó con la mano, siendo observado con curiosidad y confusión. Pudo ver la enorme figura de su tío HyunBin parada en la entrada de su casa, hablando con sus padres.
NaRa miró a su hijo, abrió los ojos como platos y apartó a su hermano HyunBin de en medio con un brusco empujón —¡Kim-Jang TaeHyung! — Chilló histérica. Llevaba una bata color rosa chicle, con sus pantuflas de conejito y con rímel emborronado en sus ojos. Parecía una mujer con serios problemas mentales, con esos descuidados y alborotados pelos, y con unos ojos hinchados y mal pintados que lo fulminaban. Bajaba los escalones del porche de dos en dos a pesar de su baja estatura — ¡Que sea la última vez que desapareces, así como así! ¿¡Dónde crees que vas, desapareciendo de la nada!?
