❝ ¿Crees que puedes librarte tan fácilmente de él?
Todos en la universidad conocen a Jeon JungKook, el capitán de fútbol americano. Su novio es Kim TaeHyung y ellos son la pareja más famosa de allí.
Todos saben que Jeon JungKook es posesivo con TaeH...
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— Estás siendo entrometido — JiMin le dijo, señalándolo con su dedo índice mientras mordisqueaba los bordes de la pizza de TaeHyung. El menor nunca se comía los bordes y JiMin era una auténtica aspiradora teñida de rubio.
— ¿Tú crees? — TaeHyung preguntó, haciendo una mueca. Hojeaba una revista de perfume y demás productos de belleza, la cerró junto con un suspiro exasperado — Siento que está en líos...
JiMin asintió, encogiéndose de hombros — Es su problema, ¿no? Si quiere dedicarse al narcotráfico, que lo haga. No es tu problema de todas maneras, porque Jungkook no te importa, ¿verdad?
TaeHyung no contestó, se mantuvo mordisqueando su uña.
— ¿Verdad? — insistió JiMin, ahora con ojos abiertos como platos y enderezándose en el sillón. TaeHyung suspiró, dejando caer la cabeza hacia atrás.
— Simplemente, es raro... — TaeHyung esquivó el tema, JiMin lo miró con curiosidad y volviendo a devorar los bordes de pizza Barbacoa — Esta semana ha faltado los cinco días de clases, y el viernes lo encontré cuando fui a la casa de YuGyeom. Parecía de los nervios, y su teléfono no paraba de sonar.
— ¿Crees que se haya metido en problemas? — preguntó el más bajo — Ya sabes, algo serio como que le deba dinero a alguien... Tú eres quien mejor lo conoce de toda la Universidad.
Jungkook podía aparentar ser un idiota, pero no lo era en el fondo; TaeHyung descubrió eso cuando comenzó su noviazgo con Jungkook. El mayor siempre estuvo dispuesto a ser el chofer de TaeHyung y Tzuyu, así como acompañaba a Joong-Ki al taller mecánico cada vez que el hombre se lo pedía y ayudaba a NaRa con cualquier cosa.
Jungkook invitaba a TaeHyung a sus partidos siempre, y TaeHyung era algo como su amuleto de la suerte. Todos los touchdowns del rizado fueron dedicados y dirigidos a TaeHyung; TaeHyung gritaba y animaba eufórico a su novio hasta perder la voz y Jungkook marcaba y señalaba a TaeHyung, su mirada solo dirigiéndose hacia TaeHyung a través de ese enorme y duro casco.
TaeHyung piensa ahora que realmente debería devolverle la gran y vieja equipación a Jungkook. El rizado le dio su camiseta de la suerte a TaeHyung – que era enorme para el diminuto cuerpo del ojiazul – que consistía en la primera camiseta de juego que recibió a los dieciséis cuando ganó un partido de futbol americano.
El menor mordió su labio, pensativo — No lo sé... Pero presiento que algo malo le está pasando.
— Tal vez por eso golpeó a JinYoung — soltó el rubio, TaeHyung lo miró — Solo piénsalo, te dijo que había dicho algo que no debía. ¿Y si había mencionado algún ajuste de cuentas o algo ¿Drogas, tal vez?
TaeHyung negó rotundamente — No, honestamente JinYoung no se ve como un camello y Jungkook jamás ha ingerido droga. Odia eso, él solo fuma cuando está estresado, nada más.
— Fumaba cuando lo viste en la casa de YuGyeom...
— Es cierto — asintió TaeHyung, curioso — Jungkook llevaba dos años y medio sin probar un cigarro hasta ahora.
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TaeHyung buscó a JinYoung el lunes. Llevaba su mochila colgada en su hombro y arrastraba sus Converse apresuradamente para ir en busca del chico de último año. Se disculpaba con todo aquel que chocaba, susurrando un apresurado y avergonzado 'Lo siento', 'Perdón', Disculpa', 'Oops'.
YoonGi le había dicho que sería una muy mala idea, que ese tal JinYoung se negaría a hablar con él después de que Jungkook casi le partiera la nariz a puñetazos. Todo aquel que tuviera dos dedos de frente dudaría en acercarse a él, sabiendo que su novio es Jeon Jungkook.
TaeHyung odia y le gusta esa mierda, en cierto modo.
Buscó por los pasillos que conducían a las materias de ciencia y cálculo, por las de lenguaje e idioma y hasta terminó por buscar en el club de drama de la Universidad.
JinYoung no estaba en la Universidad, al menos no en el centro. Definitivamente.
Así que el ojiazul corrió al campo donde estaban todos esos chicos con sus hombreras y con un balón ovalado y puntiagudo volando por los aires. TaeHyung reconocía que parecían animales en estampida, corriendo tras la pelota y hasta gruñendo la mayoría de las veces.
Los hombres altos y fornidos miraron a TaeHyung, y le tenían respeto por Jungkook, TaeHyung conocía a muchos por las fiestas. Era sumamente divertido el hecho de que un chico tan pequeño de estatura como TaeHyung se estuviera acercando a auténticas estatuas de piedra gigantescas.
MinJae les explicaba algún que otro ejercicio que practicarían en el entreno de hoy, y TaeHyung supuso que serían placajes probablemente.
— ¡JinYoung! — TaeHyung llamó, y si antes muchos lo miraban, ahora todos lo hacían — Necesito hablar contigo, por favor.
El chico de último grado era inmenso, y TaeHyung no supo por qué lo miró horrorizado. Entonces vio su fea nariz morada y, oh, ya se acordaba.
— ¿TaeHyung? — MinJae frunció el ceño, y tenía su casco sujeto por su brazo que estaba enroscado alrededor de la protección — ¿Qué haces aquí?
— Necesito hablar con JinYoung, perdón — se apresuró TaeHyung, JinYoung prácticamente retrocedió todos los pasos que TaeHyung dio — Hey.
— Santa mierda, no te acerques, por favor — se apresuró JinYoung, y realmente parecía asustado.
— Yo-
— ¡No le digas nada a Jungkook, por favor! Mierda, estoy fuera del equipo como sepa que me estás buscando — se lamentó el pelirrojo, TaeHyung boqueó — No, no, no, estoy perdido. Me va a matar, seguro. Tengo los días contados en este equipo...
— No, no — TaeHyung lo interrumpió rápido — Yo no-, no voy a decirle nada a Jungkook. En serio, créeme. Solo necesito que me digas qué le dijiste a Jungkook en el aparcamiento.
Todos lo estaban mirando, y a JinYoung parecía no importarle que lo vieran temblar como un cervatillo — Jungkook va a saber que hablaste conmigo, él se entera de todo. Va a matarme, va a hacerlo. Estoy perdido, estoy jodido, la he pringado hasta el cuello... Dios mío...
— JinYoung, por favor, solo quiero que-
— ¡No le dije nada malo, en serio! — JinYoung exclamó de repente, y TaeHyung se calló, porque parecía al borde de un ataque de pánico — ¡Yo solo le pregunté si había hablado con ese hombre del otro día!
— Hace dos semanas — MinJae habló, viendo que JinYoung estaba jodiéndose la cabeza una y otra vez con la idea de que Jungkook lo echaría del equipo por bocazas — un hombre vino al entrenamiento. Jungkook y él hablaron al final del entrenamiento, no sé nada más.
