Los zapatos de JungKook resonaron e hicieron eco en la vacía fábrica abandonada. Sostenía una mochila colgada en su hombro derecho y su otra mano estaba metida en el bolsillo de su sudadera del equipo de fútbol americano. Tenía el ceño levemente fruncido, se encontraba tenso y nervioso, con una sensación enfermiza que lo hacía desear vomitar todo cuanto tenía guardado en el estómago.
Había recogido su cabello y lo había atado con una gomilla para el pelo, porque estaba algo largo. Mordisqueó su labio entre sus dientes nervioso, se detuvo cuando vio la figura del oficial JiChul allí parada. Su mandíbula se contrajo cuando, al verlo, los recuerdos dolorosos le azotaron en su memoria.
— Traje el dinero — Comenzó JungKook, descolgando el bolso deportivo — Quince millones de wons. Por favor, simplemente tómalo y márchate.
Hizo su mayor esfuerzo por no gruñir o sonar molesto, aunque lo estaba y mucho. Pero JiChul es quien llevaba ventaja en esta partida de ajedrez, y JungKook tan solo podía seguir la misma corriente del juego o se quemaría con fuego.
JiChul lo observó curioso, sin creerlo del todo — ¿De dónde lo sacaste?
JungKook relamió sus labios, titubeando — Por cada partido que ganamos recibimos una paga. Es todo cuanto tengo ahorrado este mes.
— Ah, así que seguiste mi consejo y continuaste con fútbol americano. Me sorprende, en realidad — Tarareó — Felicidades, hijo. Por una vez seguiste mi consejo.
El rizado tragó saliva, nervioso — Simplemente toma el dinero y vete, por favor — Pidió — Deja a NaYeon fuera de esto, te lo pido.
JiChul se acercó y miró con curiosidad y burla a JungKook, entrecerrando los ojos — ¿Crees que un puñado de cientos me conforman, JungKook? Vamos... Creí que eras más inteligente — Los ojos de JungKook se abrieron en alerta cuando el viejo de los Kim desenfundó una 9 mm. JiChul chasqueó la lengua — Vamos, no seas tan idiota. ¿De verdad crees que no me la llevaré?
— ¿Para qué la quieres? Jamás te hemos interesado — Masculló JungKook, furioso. Su padre carcajeó.
— Ah, hijo... Siempre serás mi hijo favorito, aunque ciertamente solo tengo un hijo.
— ¿Qué? — Susurró confundido.
— Resulta que... La zorrita de tu madre me engañó, así que NaYeon no es hija mía realmente — JiChul se encogió de hombros — Pero por derecho legal me pertenece, así que ya estás tardando en entregármela.
— ¿Qué harás con ella, adónde la llevarás?
— Le enseñaré que jamás puede huir de mí — El mayor sonrió, mirando las manos de JungKook que tenían cicatrices viejas esparcidas — Como hice contigo, hijo. ¿Te acuerdas?
Recordarlo. Cómo iba a olvidar aquellos años de completo horror y dolor.
JungKook fue siempre el saco de boxeo para que JiChul no dañara a NaYeon, que ahora tenía dieciséis años. A JungKook le dolía ver esas antiguas cicatrices que trató de olvidar suplantando tatuajes sobre ellas. Pero siempre estaban ahí, la piel rota no se puede curar y las marcas permanecerán en su cuerpo incluso cuando sea un cadáver.
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Agresivo ✧ KookTae
Random❝ ¿Crees que puedes librarte tan fácilmente de él? Todos en la universidad conocen a Jeon JungKook, el capitán de fútbol americano. Su novio es Kim TaeHyung y ellos son la pareja más famosa de allí. Todos saben que Jeon JungKook es posesivo con TaeH...