Una extraña compañía. (Sonadow/Shadonic)

9

Shadow siempre había sido de pocas palabras, pensaba muchas veces lo que iba a decir y se guardaba muchas cosas, era difícil que Shadow contará algo y eso a veces los llevaba a pelear.

La última vez había sido algo parecido.

O el erizo no recordaba o prefería olvidar, pero la extraña actitud de Shadow ese día le había llamado la atención.

Habia estado hablando solo, su oreja se inclino en algún momento que el había pasado su brazo en sus hombros y de un momento a otro había estado muy nervioso

Sin quitar la expresión relajada que pudo ver antes de hacerlo enojar.

Para cualquiera pasaría desapercibido, pero no para Sonic que había estado guardando cada detalle del azabache por su lenta pero creciente amistad.

-Sigo sin entender el porque quería un análisis, todo esta bien...-

-¿Nada raro?-

-La rama de Doctor la tiene alguien más, pero no, todo esta bien. Aunque no entiendo muchos datos por su biología alienigena, pero... Todo bien.-

Sonic hizo una mueca, su amigo no estaba actuando normal, pero al parecer, a él no quería contarle nada.

Y no podía presionar más porque se había ido a su casa y el no sabia donde demonios vivía.

-¿Crees que Ames este libre?

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-¡Shadow, mira!-

El azabache miró de nuevo hacia la chica, elevaba varias cucharas que había dejado frente a ella.

Habian pasado toda la tarde de ayer, noche y parte de ese día con eso.

Había iniciado con lo sucedido con Tails.

Coloco varias cosas ajenas a su persona para que Maria las tomará, pero sus dedos pasaban los objetos. La chica se frustró e hizo un pequeño berrinche algo salio volando hasta estrellarse en la pared.

Le debía un control a Silver...

No queriendo qué destruyera algo más, la tranquilizó con palabras dulces.

Y después de una noche de mucha práctica, elevaba varias cosas ligeras.

-Felicidades.- Era sincero, pero seguía buscando las características de los fantasmas en la laptop.

Su búsqueda estaba siendo inútil.

Alguien pico a la puerta.

-¿Puedo abrir?-

-Maria...-

La chica alzó ambas manos, no haría nada, pero bajo las cucharas. El azabache asintió y se dirigió a la puerta.

-¡Buenos días!- Apenas había procesado quien era cuando sintió como lo abrazaba.

-¡Es hermosa!- Maria había gritado desde atrás de él.

-Rose, abrazas muy fuerte...-

-¡Lo siento!- La eriza lo soltó con cuidado-. ¡También traje a alguien!

Y Mephiles salio entre las sombras con una caja adornada de rosa.

Shadow trago, una cosa era tener a Amy, lectora de cartas del tarot y confiada ciegamente en su intuición en su casa, pero otra era tener al otro azabache que veía fantasmas, por una extraña razón...

-¿Nos dejas...?- Se detuvo, sus esmeraldas veían sobre él, ligeramente a la nada-. ¿Tienes compañía?

Y Shadow el erizo, híbrido de un alienigena que había intentado apoderarse de la tierra, maldecia a sus creadores, maldecida a toda la tecnologia que había ayudado a su creación, maldecida a G.U.N por sanarlo y porque no, a Sonic, que de seguro también tenía que ver.

-No, pasen.- Se hizo a un lado. Amy sonrió agradecida e hizo el ritual del azabache de quitarse sus botas en la entrada.

Mephiles hizo lo mismo. María lo veía recelosa.

-¿La rosada me puede ver?- Juraba que por un momento la veía.

Shadow suspiro. Sería un día muy largo y el no había dormido nada...