Una extraña compañía. (Sonadow/Shadonic)

21

Shadow se recostó en su cama, había sido una noche muy extraña...

Giró su cabeza y vio su mano, su dedo meñique aun tenia la sensación del pequeño dedo de Cream.

La pequeña le había prometido que no diría nada sobre Maria hasta que el estuviera listo, así sean diez años. No sabia si creerle, aunque nunca había sido una niña que estuviera diciendo las cosas por aquí y por haya, pero algo le decía que todo estaba bien.

Sintió la manta desplazarse por su cuerpo, giró un poco, encontrando a la rubia arropandolo suavemente mientras emana a aquel brillo.

—No necesito dormir...—

—Necesitas descansar, fue una noche pesada por mi culpa.— La chica acaricio su cabeza, justo en la veta y Shadow no pudo evitar ronronear.

—Te has divertido.— El sueño comenzaba a invadirlo y Maria lo notó.

Acaricio un par de veces más y sintió como el azabache estaba siendo acunado por morfeo. Rió un poco, siempre salía con su "No necesito dormir" pero su lado erizo siempre lo iba a requerir si se acumulaba.

Escucho como alguien picaba a la puerta y se tenso un poco. Vio hacia el reloj, las 9, rápidamente salio de la habitación y cerro la puerta, esperando que no escuchara más.

Bajo rápidamente y como en aquella ocasión, se asomo, esperando que no fuera Amy. Hoy era Mephiles.

—Hola.— Saludo la sombra, alzando su mano—. ¿Shadow esta bien?

—Sí.— Termino por salir con su gran sonrisa—. Cuidamos de Cream anoche y esta un poco cansado.

Mephiles asintió, luego vio hacia arriba. Justamente a la ventana que daba a la habitación del híbrido. Regreso su vista a la fantasma, está lo veía curiosa.

—¿Sucede algo?— Inclino un poco la cabeza y Mephiles la siguió.

Para Maria era un poco difícil seguirle el ritmo de sus pensamientos, sus ojos vacíos la hacían estremecer se y ver hacia otro lado, pero sabia que eso era una falta de respeto.

—Me gustaría hablar un momento contigo.— La chica asintió despacio.

—¿Podría ser un poco más lejos? Shadow podría despertar.—

Mephiles asintió, olvidando las habilidades del azabache. Maria lo guió un poco más lejos de lo que suposo, parecía contar los paso o los árboles.

—¿Tienes un límite?—

—¡Sí!— Giró hacia el bicolor y descendió, sus zapatillas tocaban la tierra y esta comenzó crujir por el peso.

—Y puedes ser más tangible.— Sus afilados ojos veían detalladamente a la chica, emitida un lindo brillo según sus colores—. Venía a explicarte un poco sobre lo encontré de fantasmas, pero creo que me has sorprendido.

—Oh, oh, ¿¡Qué más encontraste!?— La emoción era palpable y no pudo evitar sonreir, aún cuando no pudiera reflejar lo.

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—Shadow~

El azabache se oculto nuevamente en su manta con un pequeño tarareo. María sonrió, aún cuando le daba pena despertarlo.

—Shadooow~ Tienes que comer.—

—No lo necesito...— Se escucho ahogado por la manta. Maria brillo ligeramente rojo, viendo al azabache.

—¡Shadow!— El nombardo rápidamente se hizo bolita, escondiéndose aún mas—. Eres el híbrido de un erizo, tienes necesidades básicas que cubrir respecto a eso y no puedes seguir ignorando las.

Salio de entre la tela y vio a la chica con una tierna mirada, Maria se sonrojo y parecía que iba a gritar de ternura.

—N-No puedes usar eso. ¡Es trampa!— Y se fue. Shadow suspiró, hoy no gano...